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EDD. miércoles 03 de agosto de 2022.

Hoy, miércoles, 3 de agosto de 2022

Primera lectura

Lectura del libro del profeta Jeremías (31,1-7):

En aquel tiempo –oráculo del Señor–, seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas serán mi pueblo. Así dice el Señor: Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; camina Israel a su descanso, el Señor se le apareció de lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongue mi misericordia. Todavía te construiré y serás reconstruida, Doncella de Israel; todavía te adornarás y saldrás con panderos a bailar en corros; todavía plantarás viñas en los montes de Samaría, y los que plantan cosecharán. «Es de día» gritarán los centinelas en la montaña de Efraín: «Levantaos y marchemos a Sión, al Señor nuestro Dios.» Porque así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el amor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: «El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel.»»

Palabra de Dios

Salmo

Jr 31,10-13

R/.
El Señor nos guardará como pastor a su rebaño

Escuchen, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como pastor a su rebaño.» R/.

Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (15,21-28):

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.»
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.»
Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.»
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.» En aquel momento quedó curada su hija.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Paulson Veliyannoor, CMF

Una fe que mueve a Dios

En el evangelio de hoy, tenemos el sorprendente acontecimiento de una mujer cananea que convierte a Jesús. Algunos dirían que Jesús, siendo Dios omnisciente y omnipotente, estaba probando la fe de la mujer. Pues bien, yo no estoy muy seguro. ¿Y si Jesús, en su humanidad total y en ese momento de su ministerio, se inclinaba a pensar que los judíos merecían su atención principal antes que los demás? Pero estaba tan abierto a la Verdad de su Padre y era tan consciente de los movimientos dentro de los corazones humanos que se sorprendió realmente por la calidad de la fe que la mujer exhibía. Y se dio cuenta al instante de que su Padre sencillamente no frenaría su Gracia ante tal fe. Su deseo, surgido de tal fe y confianza, sería una orden de Dios. Evidentemente, la fe puede mover no sólo montañas, ¡sino al propio Dios!

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy