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Homilía para la Eucaristía del domingo 27 de marzo de 2022

Un cordial saludo a todos. Paz y Bien.

CUARESMA IV. 

Josué 4,19: 5,10-12: Israel entra a la Tierra Prometida: empieza una nueva etapa: cesa la peregrinación y empieza la vida sedentaria. Todo es significado con ritos: la circuncisión, la celebración de la Pascua. 

2Corintios 5,17-21: se describe la obra de Cristo: somos reconciliados: ahora todo es nuevo

Lucas 15,1-3.11-32: Con una parábola Jesús responde a la crítica de los escribas y fariseos. Expresa el inmenso amor gratuito de Dios. Dios perdona = restaura, repara; hay algo nuevo

1.- Hermanos, hay un texto del Apocalipsis 21,5 que dice: “Y dijo el que estaba sentado en el trono: Yo hago nuevas todas las cosas”. Sí, porque en el Reino de Dios todo es nuevo. Ya en la primera lectura vemos cómo Israel entra a vivir una nueva etapa dentro de su historia. Porque todo cambio sociológico trae consigo un cambio de mentalidad, produce una crisis (una ruptura). Esto lo hemos experimentado cada uno de nosotros en nuestra historia personal (el paso de la pubertad a la adolescencia, etc.) lo experimenta también una sociedad, un pueblo. Y Todo cambio sociológico trae consigo un cambio de mentalidad, en los valores, en lo religioso. Esto es inevitable y los hechos lo confirman. Para Israel comenzó una etapa nueva, tuvo que aprender a vivir un estilo nuevo de vida, como pueblo sedentario, pero sin olvidar lo que es: un Pueblo de Dios, un Pueblo de Alianza. Si olvida esto entrará en crisis, y así sucedió. 

2.- Como sucedió con el hombre al romper con Dios. Y quien rompe con Dios queda como al garete, va de tumbo en tumbo por la vida. Muchos se descarrían, ¡y todos nos hemos descarriados! Por querer vivir a nuestra pinta, como nosotros creemos que es mejor. Y aquí entra en juego Jesús, el Salvador. Gracias a Él somos reconciliados, es decir, se han vuelto a recomponer las relaciones rotas por nuestra soberbia, al creer que solos podemos más. Porque Dios es así. Él repara, restaura, renueva. Si éramos hombres viejos, ahora, gracias a Cristo, somos nuevas creaturas. En conclusión, gracias a Cristo, todo es nuevo, porque en el Reino todo es nuevo. “La alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”, nos dice el Papa Francisco en “Evangelii Gaudium”. 

3. Todos quieren que nuestra sociedad, el mundo sea nuevo. Se anhelan cambios y, ojalá cambios radicales. Algo de esto se trató de mostrar en el famoso estallido social. Pero, hermanos, no puede haber una sociedad nueva, un mundo nuevo, un Chile nuevo, si está plagado de ciudadanos “viejos”, de hombres “viejos”. Y no me refiero a la edad, sino al modo de concebir el mundo. El mundo está plagado de gente que vive sólo para sí, sin pensar en el otro. Piensan sólo en sus intereses personales o de partido. No hablemos de cambios, de revolución (con cualquier apellido), si va a seguir habiendo situaciones de injusticia, de opresión, de atropellos a las libertades esenciales de toda persona. No hablemos de “Algo nuevo” si no cambiamos cada uno de nosotros. Dígase lo mismo en la Iglesia y en la familia. Hoy el Señor nos dice: Yo hago nuevas todas las cosas”. No podemos quedarnos mirando hacia atrás, añorando el pasado. El pasado ya pasó y punto.  El Señor lo dijo: “Los que ponen la mano al arado y miran hacia atrás no sirven para el Reino de Dios” (Lucas 9,62). 

4.- Pero No. Hoy la Palabra nos trae una Buena Noticia, una linda Noticia: Dios nos ama; por eso Él repara, pone de pie y come con nosotros. 

La Parábola escuchada es un vivo retrato. ¿De quién? De los dos hermanos. En ellos se retrata toda la humanidad: los malos y se alejan de la Voluntad de Dios; y los que se creen buenos, y eso porque no los han pillado. Pero igual menosprecian al que ha caído. Igual son malos. ¿En cuál de los dos te sientes retratado? Pero también tenemos al padre, el retrato de Dios. Así es Dios. Fíjense que yo muchas veces digo: ¡Si llega a dar rabia lo bueno que es Dios con todos, incluso con aquellos que nosotros con gusto lanzaríamos al infierno! Como el hermano mayor, nos enojamos con Dios; Él no debería perdonar a los malos. ¡Cuidado! ¿Te perdonaría a ti? 

Jesús come con los pecadores…come con nosotros. ¿Aceptarás la invitación que Él hoy te hace? No olvides que Él nos está invitando a hacer algo nuevo, a ser personas nuevas. El banquete es el Reino. Y en el Reino todo es nuevo. Que tu pasado no te condene; Dios, en Cristo, te reconcilió y Él pagó por ti, por mí, por todos. Como una antigua propaganda te digo; “No te quedes en el pasado, Nene, sino mira hacia adelante.” Vale la pena celebrar el banquete. 

 Hermano Pastor Salvo Beas.