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Somos Delegación de la Provincia de la Inmaculada Concepción de San Pablo, Brasil. 17 de noviembre de 2021.

“Vayan con el Señor, hermanos, y, según Él se digne inspirarlos, prediquen a todos la Buena Noticia de Jesús” (1Cel 33).


Una de las máximas exigencias de San Francisco de Asís, era mostrar al mundo el amor de Dios hacia todos los hombres y mujeres. Encontrando a muchas personas que vivían al margen de la sociedad, San Francisco vio en ello una oportunidad para hacer realidad y poner en práctica el Evangelio. Quería anunciarlo a un mundo que, lleno de egoísmo y orgullo, necesitaba de la Buena Nueva. Bajo está misma mirada y confiando en la fidelidad al Evangelio los capuchinos llegan a Chile para compartir su fe con todos los hermanos.
Los primeros capuchinos llegaron a Chile el 23 de octubre de 1848, con la enmienda de la evangelización en la región del pueblo mapuche en la Araucanía (hoy Diócesis de Villarrica). En este tiempo las misiones estaban en franca decadencia, por eso, a través de su ministro plenipotenciario en Roma, el gobierno chileno acudió a la Curia General de los Capuchinos solicitando misioneros.
El 16 de febrero de 1848 se firmó el contrato y luego se embarcan en Génova 12 Capuchinos italianos, igual número que los 12 Apóstoles. Luego de 5 meses de navegación llegan a Valparaíso y luego a Valdivia. En el año 1853 llegan de Italia 40 hermanos más. Los primeros conventos son: Santiago (1852), Concepción (1855), Quillota (1856), La Serena (1857) y Valparaíso (1860). Durante 50 años los capuchinos italianos realizaron una heroica tarea misionera. Aprenden la lengua mapuche, abren colegios e internados en las llamadas estaciones misionales.
Mas tarde en 1889 se le confía a la Provincia de España la jurisdicción de la Araucanía. Llegando 10 capuchinos más, 5 sacerdotes y 5 hermanos. Se dedican a la predicación de grandes misiones en la parte norte. Así se funda: Constitución (1900), Viña del mar (1919), Arica y Linares (1956) y Longaví (1960). A finales del siglo XIX se le encomienda la Misión a la Provincia de Baviera.
En 1901 se hace cargo la Provincia de Baviera, siendo su primer Prefecto Apostólica el P. Burcardo Englert, fundando colegios e internados. En el 5 de agosto la misión es elevada a Vicariato Apostólico y consagrado como primer obispo capuchino Fr. Guido Beck de Ramberga. Entre sus numerosas obras se destacan: la Fundación del Magisterio de la Auraucania (1928), la fundación de las Hermanas Catequistas de Boroa (1928) y la fundación del seminario San Fidel (1925) en San José de la Mariquina y la promoción de la cultura autóctona en la Isla de Pascua por parte de Fray Sebastián Englert.
Un tiempo también fuimos custodia Chile- Argentina (1902-1936) y luego independiente.
En el año 1955 se crea la Diócesis de Osorno, siendo su primer obispo Fray Francisco Valdés Subercaseaux. Como nueva Diócesis tiene muy poco clero y el obispo acude a la Provincia Capuchina de Holanda. Tres años más tarde llegan capuchinos venidos de Holanda que se instalan en Quilacahuin, Rahue y San Juan de la Costa. Su trabajo es con la comunidad rural y luego con la Radio escuela. Luego el año 1960 llegan capuchinos belgas que venían con la idea de trabajar en las fábricas, por eso, luego de un breve tiempo se fueron a Hualpencillo (hoy comuna de Hualpen).
Los primeros capuchinos chilenos: la Orden desde el primer momento que se instaló en Chile, trabajo el aspecto vocacional con los intentos de noviciado en Santiago (1855) y luego en Los Ángeles (1890) que no dieron resultados. Luego de 80 años, hace su primera profesión Fr. Francisco Valdés, como primer capuchino chileno y luego primer obispo de Osorno y cuyo proceso de beatificación está en proceso.

En el año 1929 se creó el Seminario Menor de Paine, donde se formaron varios capuchinos chilenos, pero se cerró en 1968 pues no se parecía conveniente apartar a los niños desde muy pequeños de sus familias. Luego se abre en constitución 1941 con siete novicios. Así en 1960 ya había 50 capuchinos chilenos. En el año 1971 se unen las distintas jurisdicciones de capuchinos en Chile para tener la formación en común. Este fue un gran paso para lo que vendría posteriormente. En el año 1974 se determino que todos los comisariatos pasarán a ser Provincia.
Una sola provincia capuchina: el 15 de febrero de 1982 se erigió una sola Provincia llamada Provincia de San Francisco de Asís, que comprendía la Misión de la Araucanía, la Delegación Holandesa y la Delegación Wallo Belga y dos capuchinos suizos. Esto daba un total de 95 hermanos, 39 chilenos y 56 extranjeros. Uno de los grandes objetivos de la nueva Provincia, era vivir la vida fraterna como primer apostolado, el testimonio de cercanía, el respeto frente a la diversidad y la formación de acuerdo a la vida de la Iglesia Local.
Debido a la crisis generalizada que se venía manifestando de varios años atrás, y luego del problema de los abusos en Chile, las vocaciones fueron disminuyendo notable en toda la iglesia chilena. Esto nos trae a toda la Iglesia una crisis generalizada de vocaciones y por lo mismo, las congregaciones nos vamos haciendo cada vez avanzados en edad y sin posibilidad de enriquecimiento vocacional.
Ante esto, luego de buscar algunas soluciones con posibilidad de ayuda de otras provincias capuchinas o de otras ayudas, desde la Curia General, nos dan la buena noticia que la Provincia de la Inmaculada Concepción de San Pablo Brasil asumirá la responsabilidad de los capuchinos en Chile.
De este modo y con un Decreto de la Provincia del Brasil, el día 17 de noviembre pasamos a ser una Delegación de la provincia del Brasil, donde es nombrado (luego de una consulta telemática) como Delegado el Hno. Héctor Campos, como primer consejero el Hno. Mauricio José da Silva y como segundo consejero, ecónomo y secretario el Hno. José Miguel Jiménez. Los hermanos del Brasil, ya ahora el 1 de enero del 2022 incrementa la Delegación con tres hermanos que llegan a Chile y luego posibilidad de otros hermanos.
Con esta realidad, el equipo de la nueva Delegación nos proponemos los siguientes desafíos:
a) Favorecer la vida fraterna y ecología integral.
b) Trabajar junto con los laicos y laicas la Pastoral Juvenil y Vocacional.
c) Hacer un camino de Sinodalidad con todos los que formamos parte de esta espiritualidad franciscana y capuchina.
d) Responder a los nuevos desafíos de nuestra iglesia en Chile.
Estimados hermanos laicos y los que podrán leer esta breve y sucinta historia de nuestra vida capuchina, queremos caminar con ustedes para acompañar los dolores y esperanzas que nos planteamos y para soñar juntos la nueva vida capuchina que queremos vivir.

Fraternalmente:
Hno. Héctor Alejandro Campos Méndez
Delegado Hermanos Capuchinos en Chile.