Skip to main content

EDD. viernes 10 de diciembre de 2021.

Hoy, viernes, 10 de diciembre de 2021

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (48,17-19):

ESTO dice el Señor, tu libertador,
el Santo de Israel:
«Yo, el Señor, tu Dios,
te instruyo por tu bien,
te marco el camino a seguir.
Si hubieras atendido a mis mandatos,
tu bienestar sería como un río,
tu justicia como las olas del mar,
tu descendencia como la arena,
como sus granos, el fruto de tus entrañas;
tu nombre no habría sido aniquilado,
ni eliminado de mi presencia».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 1,1-2.3.4.6

R/.
El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

V/. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

V/. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

V/. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,16-19):

EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«¿A quién compararé esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Querido amigo/a:

No hay peor sordo que el que no quiere escuchar. Y digo escuchar y no oír. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define escuchar en su primera acepción como: prestar atención a lo que se oye. Y oír como: percibir con el oído los sonidos. Lo que quiero resaltar es que escuchar es un verbo mucho más activo que oír. Yo escucho a alguien y oigo llover. Pues bien, para ser un buen seguidor de Jesús, hay que escuchar. El Adviento nos invita a escuchar. Necesitamos reaprender el arte de la escucha. Escuchar los sonidos de la naturaleza, escucharnos a nosotros mismos, escuchar lo que nos dicen los otros con sus palabras y con su lenguaje no verbal (lo que no dicen con palabras pero expresan con distintas actitudes), escuchar los signos de los tiempos…

El hombre y mujer contemporáneo tiene una obsesión y justificación que lo persigue angustiosamente: “no tengo tiempo”. En una vida acelerada y estresada como la urbana se hace muy difícil la escucha; donde no hay escucha no puede haber una comunicación fluida, y donde la comunicación es pobre, suelen nacer la mayoría de nuestros conflictos, malentendidos con los demás, suspicacias y susceptibilidades. Si no hay tiempo para escucharnos, ¿cómo va a haber tiempo para escuchar a Dios? Creo que este es el drama de muchos hombres y mujeres, que no pueden encontrarse con Dios (tener experiencia de Él) porque no lo sienten, y no lo sienten porque no lo escuchan ni en sí mismos, ni en los demás, ni en los más pequeños, ni en la naturaleza,… ni en ninguna parte. Sin la escucha no puede nacer la acogida del mensaje, ni en consecuencia la fe.

La Palabra de hoy nos invita a escuchar, a practicar esta actitud tan sanadora y necesaria para vivir con más paz y apertura. El profeta Isaías se lamenta: Si hubieras atendido a mis mandatos… Y Jesús también se lamenta de que esa generación no escuchó a Juan el Bautista (el otro protagonista del Adviento) ni le escuchan a Él. Shesmá Israel (escucha Israel), escucha Pueblo de Dios, escucha. Escucha querido amigo/a. El Señor nos habla, nos llama constantemente. Habla a través de los acontecimientos cotidianos, también en los más extraordinarios; habla en la Palabra de cada día, habla en el interior de tu corazón, en tus pensamientos y sentimientos; habla a través de los otros, de los que te cruzas en tu jornada diaria; grita en los más necesitados, en los acontecimientos de la historia… Abre tus oídos. Estate atento. El Señor habla. Digámosle hoy en nuestra oración: ¡habla Señor que tu siervo escucha!

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy