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Homilía para la Eucaristía del domingo 19 de septiembre de 2021.

Feliz fiestas patrias.

DOMINGO XXV DEL AÑO. 

Sabiduría 2,12.17-20: Reflexión acerca de la suerte de los que permanecen fieles al Señor. 

Santiago 3,16-4,3: La auténtica Sabiduría, la que viene de Dios, engendra armonía. La sabiduría falsa, en cambio, produce hostigamiento y rivalidad. 

Marcos 9,30-37: Segundo anuncio de la Pasión.  Luego enseña a sus discípulos cómo vivir en la comunidad. 

1.- Muchas veces escuchamos la expresión “estar en otra”. Cierto,  estar en otra significa estar en otra honda, en otra mentalidad, tener otra sabiduría. ¿Cuál? La de Dios, que es contraria a la sabiduría de la carne, la que se deja guiar por criterios puramente humanos. Un cristiano será en verdad un discípulo de Cristo cuando tenga la sabiduría de Cristo, cuya expresión es una mentalidad nueva.  Por eso, es bueno tener presente lo que dice san Pablo: “No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto”. (Romanos 12,2).  En otra parte nos dice el mismo Apóstol:   “Cuiden mucho su conducta y no procedan como necios, sino como personas sensatas que saben aprovechar bien el momento presente” (Efesios 5,15-16). 

2.- En la carta Santiago hace una distinción entre la Sabiduría de Dios y la del mundo. Y lo ejemplifica: la Sabiduría de Dios produce armonía, amor, justicia. Los que son conducidos por la Sabiduría de Dios son personas diferentes al resto. Son santas, porque responden a lo que es justo para Dios, a su querer.  El hombre transformado en su mentalidad es  Sabio y vive de acuerdo a las Bienaventuranzas. 

3.- El mundo tiene su sabiduría, su mentalidad, muy distinta a la de Dios. Y esto muchas veces se expresa a través de la “Opinión pública”, es decir, en la tendencia o preferencia de una sociedad o grupo o individuo hacia los hechos que reportan interés. Y los Medios de comunicación social influyen en gran manera en la formación de la Opinión pública. Y aquí es donde un discípulo debe estar muy atento para no dejarse engañar. De ahí la importancia del discernimiento para ver si calza o no lo que se sostiene con la sabiduría del evangelio. Y esto hoy es importantísimo. ¡Ojo! Debemos estar muy atentos al “cambio climático” que se está produciendo en la sociedad, en los diferentes ambientes. 

4.- Jesús, con su sabiduría, nos enseña cómo vivir como discípulos. 

En el evangelio se ve a las claras que ellos estaban en otra respecto a Jesús. Mientras Él les habla de entrega, servicio, sacrificio, ellos pelean y ambicionan los primeros puestos en la comunidad. Y es en esto precisamente que el Señor nos hace ver que la verdadera sabiduría, la que viene del Padre, engendra humildad y servicio. Y es esto lo que el mundo no capta. ¿Usted lo capta? 

El Señor nos enseña a ser discípulos generosos. La única actitud válida de un cristiano es la Diaconía, es decir, el servicio fraterno, como lo hizo Él, que no vino a ser servido, sino a servir y dar la vida por muchos. 

Hoy Jesús nos dice lo que les dijo a sus discípulos en la santa Cena y ahora a nosotros en esta santa Cena: “Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.  Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”. 

(Juan 13,14-15). 

Esta es la Sabiduría del Señor enseñada magistralmente con su ejemplo. Vivámosla. 

Hermano Pastor Salvo Beas.