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EDD. miércoles 16 de junio de 2021.

Hoy, miércoles, 16 de junio de 2021

Primera lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (9,6-11):

El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios. Tiene Dios poder para colmaros de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: «Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta.» El que proporciona semilla para sembrar y pan para comer os proporcionará y aumentará la semilla, y multiplicará la cosecha de vuestra justicia. Siempre seréis ricos para ser generosos, y así, por medio nuestro, se dará gracias a Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 111,1-2.3-4.9

R/.
Dichoso quien teme al Señor

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R/.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R/.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos:

En la segunda carta a los Corintios S. Pablo les insiste  sobre la importancia que tiene para nuestra vida de fe la práctica de la solidaridad con los hermanos que están sufriendo especiales dificultades. El mismo apóstol les había informado sobre las calamidades que seguían padeciendo los cristianos de la región de Jerusalén, que él conocía muy bien. De aquellas primeras comunidades cristianas habían surgido los primeros misioneros que estaban difundiendo la fe en Jesús por muchas ciudades y regiones del imperio romano. De ahí que el deber de gratitud por la fe recibida, se debía expresar a través de una ayuda concreta a sus hermanos  en Cristo.

Les recuerda que si son generosos con sus hermanos necesitados: “Siempre seréis ricos para ser generosos, y así, por medio vuestro, se dará gracias a Dios”.

En el evangelio se nos habla de la forma como hay que compartir, qué sentimientos e intenciones debemos cultivar cuando se trata de colaborar, dar limosna y hacer el bien. Las obras de piedad no deben practicarse para ganar prestigio ante los demás, posición de poder o privilegios.

Siempre recuerdo de mis tiempos de misionero en Paraguay recorriendo los campos de Yhu, Caaguazú, lo que me sucedió en una pequeña comunidad campesina.  Tenían escuela, pero querían construir también un Oratorio o Capilla. El deseo era muy bueno,  pero no tenían fondos para conseguir las maderas que se necesitaban. Alguien de los que se habían reunido conmigo para tratar el tema sugirió que había que formar una pequeña comisión e ir a pedir ayuda  a un estanciero  rico que vivía en la zona. A todos les pareció muy bien. Pero   uno de los reunidos dijo: “Padre, las obras comunitarias se hacen con las promesas de los ricos y la platita de los pobres. Sí, te prometen una vaca o lo que haga falta, pero lo prometido nunca llega y nosotros necesitamos construir pronto nuestro Oratorio”.

No todos los ricos son iguales en sus sentimientos  y ganas de colaborar, gracias a Dios.  Pero ya en el evangelio advierte nuestro Señor: “Cuando tú hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha” (Mateo, 6, 3). Es decir, ayudar sí, pero sin ostentación ni por vanidad.

No cabe duda que muchas personas que encuentran a veces dificultades para practicar la fe, pero se consideran creyentes y quieren vivir de verdad una relación personal con Dios encuentran en la práctica de la solidaridad con los necesitados la expresión concreta de su fe. En una palabra, no son de mucho rezar o leer la biblia, pero practican con generosidad la caridad. El apóstol Santiago ha dejado escrito en su carta: “Yo te mostraré por las obras mi fe”.

Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre
carloslatorre@claretianos.es

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy