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EDD. jueves 27 de mayo de 2021.

Jueves de la octava semana del tiempo ordinario
JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Fiesta
Color: blanco

Esta celebración fue instituida por el Papa Pío XI como Misa votiva, en su encíclica “Ad catholici sacerdotii” promulgada el 20 de diciembre de 1935. Luego pasó a tener categoría de fiesta. Conmemora el sacerdocio de Jesucristo del cual participan los miembros del clero, como ministros y servidores del pueblo de Dios, a ejemplo de Nuestro Señor.

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Antífona de entrada             Cf. Sal 109, 4

El Señor lo ha jurado y no se retractará: tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que para gloria de tu nombre y salvación del género humano constituiste a tu único Hijo, sumo y eterno sacerdote, concede que el pueblo adquirido con su Sangre, por la participación en su memorial, pueda experimentar el poder de su Cruz y de su Resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Mediante una sola oblación, Él ha perfeccionado para siempre a los que santifica.

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 12-23

Cristo, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies. Y así, mediante una sola oblación, Él ha perfeccionado para siempre a los que santifica.

El Espíritu Santo atestigua todo esto, después de haber anunciado:

“Ésta es la Alianza que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Yo pondré mis leyes en su corazón y las grabaré en su conciencia, y no me acordaré más de sus pecados ni de sus iniquidades”.

Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna oblación.

Por lo tanto, hermanos, tenemos plena seguridad de que podemos entrar en el Santuario por la sangre de Jesús, siguiendo el camino nuevo y viviente que Él nos abrió a través del velo del Templo, que es su carne. También tenemos un Sumo Sacerdote insigne al frente de la casa de Dios. Acerquémonos, entonces, con un corazón sincero y lleno de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo lavado por el agua pura.

Mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque Aquél que ha hecho la promesa es fiel.

SALMO RESPONSORIAL 39, 6ab. 9bc. 10. 11ab

R/. ¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!

¡Cuántas maravillas has realizado, Señor, Dios mío! Yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón.

Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, Tú lo sabes, Señor.

No escondí tu justicia dentro de mí, proclamé tu fidelidad y tu salvación.

EVANGELIO

Aleluya Is 42, 1

Aleluya.

Éste es mi servidor a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. Aleluya.

EVANGELIO

Hagan esto en memoria mía.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 22, 14-20

Llegada la Hora de pasar de este mundo a su Padre, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:

“He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios”.

 Y tomando una copa, dio gracias y dijo: “Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios”.

Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Después de la cena, hizo lo mismo con la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes.”.

Palabra del Señor.

Fuente : http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2021-05-27


Meditación del Papa Francisco

Palabra y pan en la mesa se vuelven una cosa, como en la última cena cuando todas las palabras de Jesús, todos las señales que había hecho se condensaron en el gesto de partir el pan y de ofrecer un cáliz, anticipación del sacrificio de la cruz, y en esas palabras: ‘Tomad y bebed este es mi cuerpo, tomad y bebed esta es mi sangre’.

El gesto de Jesús realizado en la última cena es el agradecimiento extremo al Padre por su amor y misericordia. Agradecimiento en griego se dice eucaristía, y por eso el sacramento se llama eucaristía. Es el supremo agradecimiento al padre que nos amó tanto al punto de darnos a su Hijo por amor. Por esto el término eucaristía resume este gesto de Dios y del hombre juntos. Gesto de Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.[X]        

Por lo tanto la celebración eucarística es algo más que un simple banquete, es el memorial de la pascua de Jesús, el misterio central de la salvación. Memorial no significa solamente un simple recuerdo, pero quiere decir que cada vez que celebramos este sacramento participamos al misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. La eucaristía constituye el auge de la acción de salvación de Dios.» (S.S. Francisco, catequesis, 5 de febrero de 2014).

REFLEXIÓN :
Cristo estaba ansioso de celebrar la Pascua con sus apóstoles. Sabe lo que esta Pascua significa, pero no la teme, sino la desea, no huye, sino que la prepara cuidadosamente. Quiere compartir la mesa con sus apóstoles, despedirse, es su adiós en el tiempo.

A nosotros también nos espera Cristo para compartir la mesa con nosotros. Y si al hacerlo nuestros corazones se encuentran abiertos y deseosos de conocer más y mejor al Señor, el Espíritu Santo trabajará en cada uno de nosotros, y así podremos vivir, cada día más,como cristianos auténticos, esforzándose por adquirir las virtudes necesarias para ello.

Jesucristo es Sumo y Eterno Sacerdote que instituye el sacerdocio y la Eucaristía. En este jueves hagamos una reflexión de agradecimiento. Al despedirse Él, también promete su presencia viva, poniendo en manos de los Doce al Espíritu Santo que hará realidad el misterio de la Eucaristía. Demos gracias al Señor por cada sacerdote que hace posible, por medio del Espíritu, la presencia viva de Cristo.

Oremos por las vocaciones, que no falten hombres que con sus manos consagradas hagan presente a Cristo para poder recibir la vida de Dios en la Eucaristía.

Fuente : https://es.catholic.net/op/articulos/17933/cat/330/haced-esto-en-recuerdo-mio.html