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Homilía para la Eucaristía del domingo 25 de abril de 2021.

Un cordial saludo de Paz y Bien. Cuidémonos.

CUARTO DOMINGO DE PASCUA. 

Hechos 4,8-12: Los Apóstoles comparecen ante el tribunal supremo y proclaman que Jesús resucitado trae la salvación a todos. Él es la piedra angular, el indispensable, sólo Él salva. 

1Juan 3,1-2: Somos hijos de Dios por el amor que Dios Padre nos tiene. 

Juan 10,11-18: Jesús es el Pastor que da su vida y la da a los demás. 

1.- Jesús resucitado es el acreditado por el Padre y constituido por Él en piedra angular; sólo en Jesús hay salvación. Jesús es el enviado con poder y tiene una misión muy concreta. Misión que en los evangelios es denominada de dos maneras; según los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas, Jesús trae el Reino de Dios y es la Buena Noticia que proclamó de palabra y obra. Según san Juan Jesús viene para dar Vida en abundancia. De modo que Reino de Dios y Vida en abundancia vienen a significar lo mismo. Llega ya la salvación de Dios. Pronto comienza Jesús a hablar un lenguaje nuevo: está llegando el “reino de Dios”. No hay que seguir esperando más, hay que acogerlo. Es Jesús mismo el que recorre las aldeas invitando a todos a “entrar” en el reino de Dios que está ya irrumpiendo en sus vidas Porque lo que Dios quiere, su Proyecto, es que tengamos vida en plenitud, que el ser humano participe de su vida; por eso somos hijos de Dios. Y por ser sus hijos también quiere que seamos y vivamos como hermanos, que no haya diferencias, enemistades ni situaciones de muerte. Dios quiere lo mejor para todos nosotros. Porque somos sus hijos nos quiere libres. En una palabra, el Proyecto de Dios que Jesús trae es Vida en plenitud. Y sabemos por experiencia que todavía no se realiza plenamente este Proyecto del Reino de Dios. 

2.- En la historia de Israel, en tiempos de la monarquía, hubieron reyes que atropellaron y abusaron del Pueblo de Dios. Fue entonces cuando Dios  dice por los Profetas que Él será el Pastor de su Pueblo. Así, Isaías dice que “Él viene como un pastor que cuida su rebaño” (40,11); lo mismo Ezequiel y otros. Es Dios quien se preocupará de su rebaño, de su gente. 

Hemos escuchado cómo Jesús es el Buen Pastor que da su vida por todos nosotros. Él se hace cargo de todo nosotros. Misión del pastor es reunir al rebaño, procurarle alimento y conducirlo a la vida. Jesús es el Autor de la vida, el que conduce a la vida, pero a la vida en plenitud. 

La mejor manera de conocer el Proyecto que Dios tiene para con nosotros es saber cómo actúa Jesús, el Buen Pastor. Él da su vida por todos nosotros, nos guía y va delante de nosotros, es decir, nos muestra el camino. 

3.- Creo que lo que hemos visto nos ayuda para entender la realidad. 

En la sociedad actual existen muchos malos pastores, los asalariados, que trabajan por interés personal. Hay muchos pastores que explotan, abusan, crean desigualdades, siembran la mentira, el odio, la violencia y van creando un clima de muerte. Pastores que no sirven a la gente, sino que se sirven de la gente. Son muchos los que no quieren acoger este Proyecto de Dios que Jesús trae. ¿Dónde existen y quiénes son estos malos pastores? ¡Cuidado!. Miren que los hay en todos los estamentos de la sociedad. 

Malos pastores: en la Iglesia, en los gobernantes, en los políticos, en los empresarios, en los educadores, en los padres de familia, etc. Cierto que no son todos, pero basta unos pocos para desacreditar a todos. En cambio Jesús, Él solo es acreditado por el Padre, porque como dice el mismo Jesús, “el Padre me ama porque Yo doy mi vida”. 

4.- Jesús, el Buen Pastor, ya cumplió con su tarea.  Por eso Él asocia a muchos a esta tarea de pastorear, de procurar la vida al rebaño. Y así Él es modelo para todo pastor, para todo aquel que tiene responsabilidad para con los demás. Todos nosotros debemos sembrar y promover lo que Dios quiere: la vida, la dignidad, el respeto por los demás. Pastores que al estilo de Jesús vengan a servir y no a ser servidos. 

Pastores que sepan conducir al Pueblo por las sendas de la justicia, la paz y el amor. 

Hoy es el momento de pedir al Buen Pastor que nos envíe buenos pastores a la Iglesia y a la sociedad que busquen el bien de los demás. 

Hoy el Señor nos alimenta con su Palabra, con su Cuerpo y con su Sangre. Porque “nosotros somos su Pueblo y ovejas de su rebaño”. 

Hermano Pastor Salvo Beas.