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Homilía para la Eucaristía del domingo 21 de febrero de 2021.

Les deseo una santa y fructífera Cuaresma. Paz y Bien.

DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA. B. 

Génesis 9, 8-15: Primera Alianza de Dios: con Noé y la creación. Una señal: el arco iris. Dios se compromete a defender la vida. 

1Pedro 3,18-22: el texto resalta la acción de Cristo. Él murió y resucitó para salvar a todos. Cristo resucitado evoca el bautismo, por el que fuimos salvados, así como Noé en el arca. Por eso, Resurrección y Bautismo son inseparables. 

Marcos 1,12-15: Dos partes: Una: Jesús, el nuevo Adán, vence al adversario para establecer la Paz = el Shalom de Dios. Dos: Jesús comienza a proclamar la cercanía de esta Paz, es decir el Reino de Dios. Por eso hay que convertirse. 

1.- Recién el miércoles comenzamos este tiempo de Cuaresma, tiempo de Reconciliación. Sí, porque la humanidad le dio la espalda a Dios; por eso debe convertirse, volverse a Dios. Pero esta Reconciliación la inicia Dios, autor de toda salvación. Porque si el pecado produce una triple ruptura: con Dios, con el hombre, con la creación, la salvación es Reconciliación; por eso el Señor quiere hacer y hace Alianza. Y en la Historia de Salvación encontramos tres Alianzas: con Noé, con Abraham y con Moisés. Lo que desembocará en la Nueva y Definitiva Alianza obrada por medio de Jesucristo. Y en todas estas Alianzas encontramos un hilo conductor: Dios ama lo creado, ama al hombre, ama la vida. Por eso, lo que nos muestra la primera lectura es un Pacto de defensa. Porque la ofensa contra la vida es ofensa contra Dios. 

2.- Dios salva, se compromete y reconcilia. Y el mediador no es Noé, ni Abraham, ni Moisés. Ahora es Jesucristo, el Justo, quien,  pasando por la tribulación fue vivificado por el Espíritu. Jesús tiene un nuevo modo de vivir: Resucitado. Por eso nosotros, habiendo sido salvados por Él en el bautismo, como Noé en el arca, estamos llamados a vivir con una conciencia pura, limpia.  

Dios salva a través de la Alianza, en la que se compromete a defender la vida. ¿Cuál vida? La de todos los seres vivientes, la de su Pueblo, la de toda la humanidad. Por eso, la catequesis de este tiempo es muy rica y es muy comprometedora. Con un llamado a una vida nueva, plena, lo que implica una vuelta, un cambio, un empezar de nuevo. 

3.- Pero ya sabemos que estamos nadando contra la corriente. El mundo está en otra y nos damos cuenta; cultiva la muerte y la destrucción. Hoy en nuestra patria se habla mucho de la constituyente para una nueva constitución. La que se supone ha de tener una Agenda ética. Pero, ¿cómo podrá haber una agenda ética firme, o un Consenso Básico Ético si no se respeta lo más valioso y estable que hay como es la vida? La vida del planeta, la vida del ser humano desde su concepción. Sin esto veo difícil que haya un Consenso Ético válido para todos, creyentes y no creyentes. Ya lo dije el domingo pasado: No debemos pretender imponer a esta sociedad pluralista nuestro estilo de vida que tenemos y vivimos. No se trata de imponer, pero sí valientemente proponer como una alternativa, para nosotros la única alternativa válida, para el bien de los demás. 

Pienso que en esta cuaresma hemos de poner el acento en el compromiso de Dios: la vida en plenitud, que se traduce en el respeto a todos por lo que son y valen. 

4.- Jesús, vencedor del enemigo, nos llama a una conversión de verdad, aceptando el señorío de Dios, que es vida. Ya no necesitamos del arco iris; Cristo es la señal por excelencia, la señal dada por el mismo Padre Dios para salvar a todos.  

En la primera lectura escuchábamos el compromiso de Dios: al ver el arco iris recordaré mi Alianza y no los destruiré. Hoy, al ver a Jesús muerto y resucitado, se acordará de la Alianza hecha con nosotros y nos salvará. Por eso, el camino de la cuaresma es un camino a la Pascua, la de Cristo y la de nosotros., que morimos y resucitamos con Él. 

Y aquí en la Eucaristía Dios renueva su Alianza con nosotros al darnos a su Hijo. Porque, como dice el salmo: “El Señor es bondadoso y recto; por eso muestra el camino a los extraviados”. 

Hermano Pastor Salvo Beas.