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EDD. jueves 28 de enero de 2021.

Hoy, jueves, 28 de enero de 2021

Primera lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (10,19-25):

Teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa; fijémonos los unos en los otros, para estimularnos a la caridad y a las buenas obras. No desertéis de las asambleas, como algunos tienen por costumbre, sino animaos tanto más cuanto más cercano veis el Día.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/.
Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,21-25):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: «¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos:

Comenzábamos la semana volviendo los ojos y el corazón a San Pablo y a los Santos Timoteo y Tito, grandes misioneros de la primera Iglesia entre los gentiles. Ayer, la parábola del sembrador nos invitaba a acoger con un corazón limpio la Palabra para que así, como tierra buena, demos fruto en abundancia. Ese fruto será de nuevo palabra esparcida para otros que la reciban de nosotros y la puedan acoger de nuevo como tierra buena. Y así, desde los tiempos de Pablo y los primeros evangelizadores hasta hoy: generaciones y generaciones de hombres y mujeres que, acogiendo la Palabra, la transmitieron a otros en situaciones históricas y contextos culturales muy diversos. Y así hasta nosotros.

En este mundo difícil que nos está tocando vivir en este recién estrenado 2021, somos ahora tú y yo, y nuestros hermanos y hermanas en la fe, los que debemos ser candiles que se encienden para iluminar, como nos dice el Evangelio de hoy. En él, tras la parábola del sembrador, se entremezclan excesivamente resumidas y colocadas una tras otra lo que debieron ser distintas enseñanzas de Jesús. Nos quedamos con la primera: no se enciende una luz para esconderla, sino para que ilumine…

Es cierto que en este momento de la historia parece que la humanidad se hunde en un pozo de tinieblas, arrastrada por la muerte y la crisis que nos ha traído no sólo el coronavirus, también las desigualdades crecientes, las guerras, la destrucción de la naturaleza… Cunden la tristeza y el desánimo…, la oscuridad. En medio de tanta noche, nosotros estamos llamados a ser luz. Hemos recibido el don de Dios, la Palabra, el Reino: somos luz que hemos de transmitir al mundo. La gente, los pueblos de la tierra, hoy lo necesitan más que nunca. Brillemos, pues, llenos de esperanza, alegría y amor, en medio de tanta desesperanza, tristeza, egoísmo y violencia. Que así sea.

Javier Goñi (fjgoni@hotmail.com)

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy