Homilía para la Eucaristía del día de Navidad.
DIA DE NAVIDAD.
Isaías 52,7-10: Los centinelas – Atalayas del Pueblo vislumbran, descubren la presencia del que trae el consuelo, la Paz.
Hebreos 1,1-6: La mejor manera de darse a conocer Dios es por medio de su Hijo Jesús.
Juan 1,1-18: es la obertura al evangelio de Juan. Jesús, la Palabra, el Hijo, se hace carne y permanece con nosotros.
1.- Hermanos, conocí a una persona muy buena, pero sufría porque quería creer que Jesucristo es Dios. Lo admiraba como un gran personaje, pero, me decía, ¿por qué lo hacen Dios? He aquí un problema actual. Dios, el Ser Supremo, se acerca, se aproxima…se hace hombre. El texto del evangelio dice: “se hizo carne”. Sabemos el sentido que tiene esto en la Palabra. Dios asume nuestra realidad.
Jesús, es el Hijo Unigénito de Dios Padre, es decir, Él es el Hijo único de Dios, no hay otro. Pero siendo el Unigénito se hace el Primogénito. Siendo único se hace hermano de muchos, de toda la humanidad. Esto sólo lo puede hacer Dios, y lo hizo.
2.- Misterio grande es este. Dios presente en la humanidad. Pero no sólo con una presencia locativa, no sólo presente como está cualquier persona en un grupo o familia. Es más que eso. Él es nuestro Hermano porque se ha unido vitalmente a nosotros.
Nosotros los católicos hemos aprendido que bajo las especies de pan y vino, en la Eucaristía, Jesús está realmente presente. Pues bien, bajo las especies de la humanidad está presente Dios. En Cristo Dios está real y fuertemente presente entre nosotros. Él nos hace sus hermanos y con Él somos herederos.
3.- Por experiencia sabemos que no es fácil ser hermano. Cuesta porque nos cuesta compartir lo propio con otro. Un hijo único no sabe compartir, le cuesta compartir.
La persona inmadura, que no ha crecido interiormente, no sabe salir de sí mismo, no sabe crear vínculos, no sabe ser hermano. Es más cómodo quedarse encerrado en uno mismo. Es más cómodo, pero es más pobre. Y a veces esto se vive en la sociedad.
4.- Navidad: Dios con nosotros y en nosotros.
Navidad significa muchas cosas. Hoy podemos decir: Navidad = Dios es de los nuestros.
Jesús es la exégesis del Padre, es decir, la manifestación y explicación del Padre. En Jesús entendemos a Dios. Pero también en Jesús podemos entender a la humanidad.
Porque Dios nos tomó en serio, nos amó, nos valoró, nos hermanó. Por eso, a la luz del Misterio de la Navidad podemos entender que todo ser humano tiene dignidad, vale, es persona, es hermano.
No importa como sea y de donde sea. No importa si es feto, recién nacido o persona adulta. Lo importante: es HUMANO y Dios está en él. Como está en las especies de pan y vino que ahora vamos a depositar y con ellos agradecer.
Navidad, Amor, respeto, dignidad. No lo olvidemos. Un abrazo para todos.
Hermano Pastor Salvo Beas.