Skip to main content

Homilía para la Eucaristía del domingo 27 de septiembre de 2020.

Paz y Bien a todos ustedes.

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO. 

Ezequiel 18,24-28: Ante la creencia popular que sostenía que por el pecado de uno pagaban también los demás, el profeta enseña con claridad que cada uno es responsable de su propio pecado.

Filipenses 2,1-11: A través de un antiguo himno que contiene dos partes: una, lo que Cristo hizo por Dios: el auto despojarse de todo; otra, lo que Dios hizo por su Hijo Jesús: lo elevó y constituyó “Señor”, el Apóstol enseña cómo los cristianos tienen que realizar en carne propia este Misterio de Cristo.

Mateo 21, 28-32: En controversia con los fariseos Jesús propone la parábola de los dos hijos, con la que les muestra quién es el que cumple la Voluntad de Dios.

1.- Según san Mateo el tema de la Justicia es clave en la predicación de Jesús. Ser justo se identifica con hacer la voluntad del Padre (cfr. Mateo 7,21) revelada en las palabras de Jesús. Jesús de palabra y obra muestra cuál es la Voluntad del Padre; y Jesús la cumplió a cabalidad, Él es el Justo por excelencia. Pero, remitiéndonos a la parábola de los dos hijos, nos preguntamos: ¿quién hace la voluntad del Padre? O ¿quién es verdaderamente justo? La respuesta de Jesús es desconcertante: “los publicanos y prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios”. ¿Por qué? Porque aceptaron a Juan Bautista, que vino por el camino de la justicia. Porque creer en el anuncio de la justicia es hacer la voluntad de Dios. En cambio los sostenedores de la religión se conforman con decir sí a la letra de la ley, pero su corazón está lejos del querer de Dios.

2.- Pues bien, la justicia es querer vivir como Jesús en una sociedad nueva, en la que la regla es Jesús mismo, ya que Él es “El Señor”, que fue obediente hasta la muerte en cruz.

El “camino de la justicia”, por el que vino y proclamó el Bautista y luego Jesús, es un nuevo orden social que se contrapone a los proyectos humanos de la sociedad. Esta nueva sociedad de hermanos y hermanas de Jesús, los que hacen la voluntad del Padre (cfr. Marcos 3,36; Lucas 8,21), realiza la justicia que Jesús vino a traer y se sintetiza en el amor a Dios y al prójimo. De modo que para el evangelista la justicia no es una virtud, sino que indica el camino comunitario nuevo de aquellos que siguen a Jesús.

3.- Parafraseando a san Alberto Hurtado podríamos preguntar: ¿“Es Chile un país cristiano?”, ¿Un país donde un alto porcentaje se confiesa cristiano? Si es así, ¿por qué no reina la justicia, la rectitud?

Una sociedad donde todavía hay una gran mayoría que vive en la pobreza, una sociedad en la que por siglos se ha descartado e ignorado a los pueblos originarios, una sociedad en la que se favorece la muerte y no la vida, la respuesta no puede ser afirmativa. Es cierto que hay quienes quieren el camino de la justicia, pero tienen que convivir con la cizaña.

Es verdad que nuestra sociedad ha despertado, ha reaccionado, se puso de pie, porque quiere y exige vivir en la Dignidad, en la igualdad, el respeto a todos.

Nuestra sociedad clama por un cambio, una nueva Constitución, que recoja y contenga estos valores que facilitan el camino de la justicia, de la voluntad de Dios.

4.-Hermano, hoy es el Día de oración por Chile. Que no sea este un día en el que resuene un fuerte “Señor, Señor”, pero su corazón está en otra. Es Día de oración, es decir, día de compromiso. María del Carmen no dice: “Hagan lo que Él les dirá” (Juan 2,5).

Que allí donde hay individualismo pongamos solidaridad.

Donde reina el descarte pongamos comunión y participación.

Donde reinan los atropellos pongamos el respeto.

Porque todos somos hijos de Dios y de esta tierra, todos hermanos, y también el que viene de afuera a compartir con nosotros.

Cristo es nuestra paz. Él, que vino a cumplir con toda justicia, nos enseñe a todos  a hacer de Chile un país de hermanos.

Hermano Pastor Salvo Beas.