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EDD. martes 25 agosto de 2020.

Hoy, martes, 25 de agosto de 2020

Primera lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2,1-3a.14-17):

Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima. Que nadie en modo alguno os desoriente. Dios os llamó por medio del Evangelio que predicamos, para que sea vuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así, pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta. Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerzas para toda clase de palabras y de obras buenas.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 95,10.11-12a.12b-13

R/.
Llega el Señor a regir la tierra

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos. R/.

Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,23-26):

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Queridos hermanos:

No acabo de acostumbrarme del todo a estas acusaciones tan duras que se ponen en boca de Jesús contra los hipócritas. Por cierto, Jesús habla con tanta dureza a los hipócritas, que en este caso son escribas y fariseos y no al revés; lo que le indigna hasta el punto de sacarle de sí no son los escribas y fariseos por sí mismos, sino que hayan hecho de la hipocresía su modo habitual de vivir.

De hecho, el contraste es mayor si releemos el agradecimiento y valoración amable que Pablo dedica a los cristianos de Tesalónica. ¿Qué le pasa a Jesús? ¿Por qué se pone así? Vamos a tener toda la semana para contemplar su “indignación”.

En estas pocas líneas Jesús les llama hasta tres veces “ciegos”. Parece que es lo que mejor describe el corazón del hipócrita: no ve y además no sabe que no ve. Por eso no hay coherencia en su vida: su mente por un lado, sus valores por otro, sus acciones por otro… Y así arrastra a quienes se dejen llevar por él. ¿Acaso hay mayor despropósito que estar ciego y querer guiar a los demás?

Y su indignación mueve dentro de mí otra pregunta: ¿qué me indigna a mí? ¿Qué cosas o personas me sacan de quicio? … Tendré que pensarlo más despacio… Intuyo que, a veces, en mí (y en la Iglesia) nos indignan cosas que bien poco tienen que ver con la indignación de Jesús. A Jesús le importa mucho más la gente que las cosas (por sagradas que sean).

En el fondo están poniendo al descubierto dónde tengo puesto el corazón, a qué doy valor y qué relativizo, por qué estoy dispuesta a “tener problemas” y con qué hago “pactos” (por santos que sean) y miro para otro lado, mientras tantos y tantos siguen dejándose guiar por guías necios y ciegos.

Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy