Skip to main content

EDD. martes 14 de julio de 2020.

Hoy, martes, 14 de julio de 2020

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (7,1-9):

Reinaba en Judá Acaz, hijo de Yotán, hijo de Ozías. Rasín, rey de Damasco, y Pecaj, hijo de Romelía, rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla; pero no lograron conquistarla.
Llegó la noticia al heredero de David: «Los sirios acampan en Efraín.» Y se agitó su corazón y el del pueblo, como se agitan los árboles del bosque con el viento.
Entonces el Señor dijo a Isaías: «Sal al encuentro de Acaz, con tu hijo Sear Yasub, hacia el extremo del canal de la Alberca de Arriba, junto a la Calzada del Batanero, y le dirás: «¡Vigilancia y calma! No temas, no te acobardes ante esos dos cabos de tizones humeantes, la ira ardiente de Rasín y los sirios y del hijo de Romelía. Aunque tramen tu ruina diciendo: «Subamos contra Judá, sitiémosla, apoderémonos de ella, y nombraremos en ella rey al hijo de Tabeel.» Así dice el Señor: No se cumplirá ni sucederá: Damasco es capital de Siria, y Rasín, capitán de Damasco; Samaria es capital de Efraín, y el hijo de Romelía, capitán de Samaria. Dentro de cinco o seis años, Efraín, destruido, dejará de ser pueblo. Si no creéis, no subsistiréis.»»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 47

R/.
Dios ha fundado su ciudad para siempre

Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R/.

El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R/.

Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos. R/.

Allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,20-24):

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN :

Edgardo Guzmán, cmf.

Queridos amigos y amigas:

Al escuchar la lectura de Isaías de hoy podemos tener la impresión de extrañeza, ya que el texto hace referencia a una serie de nombres y de lugares con los cuales no estamos familiarizados. Sin embargo, este texto abre el capítulo 7 de Isaías, la sección llamada el «Libro de Emanuel», Dios-con-nosotros, es el nombre del hijo anunciado a Acaz, rey de Judá. Es el signo que garantiza la intervención salvífica de Yahvé. A pesar de la incredulidad del rey y de los altos funcionarios de la corte. Alrededor de esta figura se recogen los distintos oráculos de los cc. 7-11, en los cuales a ese hijo que nacerá vienen atribuidos una serie de prerrogativas, así emerge el símbolo y la imagen del mesías venidero que llevará a cumplimiento las promesas de Dios.

El profeta Isaías requiere al rey y al pueblo la adhesión de la fe, como condición indispensable para participar de la promesa esperada. En el texto que leemos hoy el profeta pide a Acaz: «vigilancia y calma». Frente a la amenaza y el asedio de guerra Isaías le recuerda al rey que lo que cuenta, no es tanto la estrategia político y militar, sino la fe en Dios: «Si ustedes no creen, no subsistirán» (v. 9b). Qué actualidad sigue teniendo para nosotros hoy este apelo de Isaías de poner nuestra confianza en Dios. Este tiempo de pandemia ha creado una serie de crisis que nos pueden hacer vivir con miedo e incertidumbre. En muchos países la situación, incluso ya antes del COVID 19, era verdaderamente dramática. El mensaje de Isaías nos da una valiosa clave creyente que nos puede ser muy útil en este momento: «vigilancia y calma».

El texto del Evangelio presenta tres denuncias, de corte profético, hechas por Jesús a algunas ciudades de Galilea: Corazaín, Betsaida, Cafarnaún. Estos fueron los primeros espacios operativos de Jesús, que vieron de primera mano y experimentaron la actividad sanadora del primer anuncio del Reino (vv. 21.23). Sin embargo, vienen señaladas como prototipo de una «generación caprichosa» que, como unos niños en una plaza, son incapaces de interpretar los acontecimientos ya que están en otra onda, como los representa la parábola precedente al texto de hoy (cfr. Mt 11, 16-19). Jesús les reprocha la incapacidad para reconocer en los milagros que ha realizado los signos de su identidad más profunda de Hijo de Dios.

A Jesús le duele ver la cerrazón del corazón del ser humano y que no sea capaz de reconocer la acción liberadora de Dios. Mas que interpretar como amenazas estos «ayes» de este pasaje de Mateo son más bien una advertencia, una llamada a la conversión. Que sigue también resonando para nosotros hoy. Cuantos «ayes» nos tendría que dar Jesús ante nuestra incapacidad de ver sus intervenciones en nuestra vida cotidiana. Este texto del Evangelio es una invitación a saber discernir cómo Dios se hace presente en nuestra vida, quizás por los caminos más inesperados. De ahí, el cambio de mentalidad (conversión) que nos pide Jesús para ser más conscientes y agradecidos por la acción salvadora de Dios en nuestra vida.

Fraternalmente,
Edgardo Guzmán, cmf.
eagm796@hotmail.com

Fuente : www.ciudadredonda.org