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Sábado de la decimocuarta semana del tiempo ordinario

San Benito, abad

Memoria obligatoria

Color: blanco

Benito (489-547) nació en Nursia (Umbría). Después de estudiar en Roma, se retiró en una gruta de Subiaco, donde congregó en torno a él, a numerosos discípulos. Más tarde se estableció con ellos en Montecasino.

Allí fundó el célebre monasterio y escribió su regla, en la que supo conjugar la experiencia ascética del oriente cristiano y el sentido humano de la vida occidental con los más puros valores evangélicos.

Pronto se extendió desde este lugar, por el occidente europeo, toda una red de monasterios, observantes de la Regla de san Benito. Mereció por ello ser llamado “patriarca de la vida monacal en Occidente”. El Papa Pablo VI lo nombró Patrono de Europa y el Papa Juan Pablo II lo confirmó junto con los santos Cirilo y Metodio.

Antífona de entrada

Hubo un varón de vida venerable, bendecido por la gracia y por su nombre; que dejando su casa y los bienes paternos; buscando vivir sólo para Dios; pidió el hábito de la vida monástica.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del servicio divino, concédenos que, sin anteponer nada a tu amor, avancemos con un corazón generoso por el camino de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Soy un hombre de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, el Señor del universo.

Lectura del libro de Isaías     6, 1-8

El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo. Unos serafines estaban de pie por encima de Él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. Y uno gritaba hacia el otro: “¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria”.

Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo. Yo dije: “¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!”

Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. Él le hizo tocar mi boca, y dijo: “Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado”.

Yo oí la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré y quién ira por nosotros?”. Yo respondí: “¡Aquí estoy: envíame!”

SALMO RESPONSORIAL    92,1-2. 5

R/. ¡Reina el Señor, revestido de majestad!

¡Reina el Señor, revestido de majestad! El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder. El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás!

Tu trono está firme desde siempre, Tú existes desde la eternidad. Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos.EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO      1 Ped 4, 14

Aleluya.

Felices si son ultrajados por el nombre de Cristo, porque el Espíritu de gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre ustedes. Aleluya.

EVANGELIO

No teman a los que matan el cuerpo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    10, 24-33

Jesús dijo a sus apóstoles:

El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! No los teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que Yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.

No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquél que puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno.

¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes. También ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.

Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero Yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquél que reniegue de mí ante los hombres.

Palabra del Señor.

Fuente :

Sábado de la decimocuarta semana del tiempo ordinario

San Benito, abad

Memoria obligatoria

Color: blanco

Benito (489-547) nació en Nursia (Umbría). Después de estudiar en Roma, se retiró en una gruta de Subiaco, donde congregó en torno a él, a numerosos discípulos. Más tarde se estableció con ellos en Montecasino.

Allí fundó el célebre monasterio y escribió su regla, en la que supo conjugar la experiencia ascética del oriente cristiano y el sentido humano de la vida occidental con los más puros valores evangélicos.

Pronto se extendió desde este lugar, por el occidente europeo, toda una red de monasterios, observantes de la Regla de san Benito. Mereció por ello ser llamado “patriarca de la vida monacal en Occidente”. El Papa Pablo VI lo nombró Patrono de Europa y el Papa Juan Pablo II lo confirmó junto con los santos Cirilo y Metodio.

Antífona de entrada

Hubo un varón de vida venerable, bendecido por la gracia y por su nombre; que dejando su casa y los bienes paternos; buscando vivir sólo para Dios; pidió el hábito de la vida monástica.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito un esclarecido maestro en la escuela del servicio divino, concédenos que, sin anteponer nada a tu amor, avancemos con un corazón generoso por el camino de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Soy un hombre de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, el Señor del universo.

Lectura del libro de Isaías     6, 1-8

El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo. Unos serafines estaban de pie por encima de Él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. Y uno gritaba hacia el otro: “¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria”.

Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo. Yo dije: “¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!”

Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. Él le hizo tocar mi boca, y dijo: “Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado”.

Yo oí la voz del Señor que decía: “¿A quién enviaré y quién ira por nosotros?”. Yo respondí: “¡Aquí estoy: envíame!”

SALMO RESPONSORIAL    92,1-2. 5

R/. ¡Reina el Señor, revestido de majestad!

¡Reina el Señor, revestido de majestad! El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder. El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás!

Tu trono está firme desde siempre, Tú existes desde la eternidad. Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos.EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO      1 Ped 4, 14

Aleluya.

Felices si son ultrajados por el nombre de Cristo, porque el Espíritu de gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre ustedes. Aleluya.

EVANGELIO

No teman a los que matan el cuerpo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    10, 24-33

Jesús dijo a sus apóstoles:

El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! No los teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que Yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.

No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquél que puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno.

¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes. También ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.

Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero Yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquél que reniegue de mí ante los hombres.