Skip to main content

EDD. lunes 04 de mayo de 2020.

Lunes de la cuarta semana de Pascua
San Felipe y Santiago, apóstoles
Fiesta
Color: rojo

No se sabe casi nada de Santiago, hijo de Alfeo y pariente del Señor, sino que pertenecía al grupo de los doce y fue, probablemente, el primer Obispo de Jerusalén.

Felipe, nacido en Betsaida, como Pedro y Andrés, fue como ellos discípulo de san Juan Bautista. Fue él quien, en la última Cena, le dijo a Jesús: “Señor, muéstranos al Padre”, y obtuvo esta respuesta: “Felipe, quien me ve, ha visto al Padre”.

Antífona de entrada

Estos son los santos varones a quienes el Señor eligió por su caridad sincera; El les dio la gloria eterna. Aleluya.

Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que cada año nos alegras en la fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago; concédenos, por su intercesión, participar en la pasión y resurrección de tu Hijo unigénito, para que merezcamos contemplarte eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor se apareció a Santiago y a todos los apóstoles.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto   15, 1-8

Hermanos:

Les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano.

Les he transmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Cefas y después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto.

Además, se apareció a Santiago y a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto.

SALMO RESPONSORIAL. Sal. 18, 2-5.

R/. Resuena su eco por toda la tierra.

El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos; un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia.

Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del mundo.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Jn. 14, 6b. 9c

Aleluya.

“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Felipe, el que me ha visto ha visto al Padre”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14, 6-14

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a Tomás:

“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.

Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le respondió: “Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: Muéstranos al Padre”? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.  Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que Yo hago, y aún mayores, porque Yo me voy al Padre. Y Yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré”.

Fuente : http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2020-05-04

REFLEXIÓN :

• El evangelio de hoy, fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago, es el mismo que meditamos durante la cuarta semana de Pascua, cuando el apóstol Felipe pide a Jesús: “Muéstranos al Padre y esto nos basta”.

• Juan 14,6: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Tomás había preguntado: «Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos conocer el camino?” Jesús responde: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”. «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”. Tres palabras importantes. Sin un camino, no se anda. Sin verdad, no se acierta. Sin vida, sólo ¡hay muerte! Jesús explica el sentido. El es el camino, porque «¡nadie viene al Padre sino por mí!» Pues, él es la puerta por donde las ovejas entran y salen (Jn 10,9). Jesús es la verdad, porque mirándole a él, estamos viendo la imagen del Padre. «¡Si vosotros me conocierais, conoceríais también al Padre!» Jesús es la vida, porque caminando como Jesús caminó, estaremos unidos al Padre y tendremos la vida en nosotros.

• Juan 14,7: Conocer a Jesús es conocer al Padre. Tommaso preguntó: «Señor, no sabemos dónde vas. ¿Cómo podemos conocer la calle?» Jesús contesta: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.» Y añade: “Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. Jesús habla siempre del Padre, pues el Padre era su vida y transparenta en todo lo que Jesús hace y dice. Esta referencia constante al Padre provoca la pregunta de Felipe, cuya fiesta celebramos hoy.

• Juan 14,8-11: Felipe pregunta: «Muéstranos al Padre, ¡y esto nos basta!» Ver y experimentar al Padre era el deseo de los discípulos; era el deseo de muchas personas en las comunidades del Discípulo Amado de Asia Menor y, hasta hoy, continúa siendo el deseo de muchos de nosotros. ¿Cómo experimentar la presencia del Padre de la que tanto habla Jesús? La respuesta de Jesús es muy bonita y vale hasta hoy: «Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces? ¡El que ha visto a mi, ha visto al Padre!» La gente no debe pensar que Dios está lejos de nosotros, como alguien distante y desconocido. Aquel que quiere saber cómo y quién es Dios Padre, basta que mire a Jesús. El lo ha revelado en las palabras y en los gestos de su vida. «¡El Padre está en mi, e yo estoy en el Padre!» A través de su obediencia, Jesús está totalmente identificado con el Padre. En cada momento él hacía lo que el Padre le mostraba para que lo hiciera (Jn 5,30; 8,28-29.38). Por esto, en Jesús ¡todo es revelación del Padre! ¡Y los signos o las obras de Jesús son obras del Padre! Como dice la gente: «¡El hijo es la cara del padre!» En Jesús y por Jesús, Dios está en medio de nosotros.

• Juan 14,12-14: Promesa de Jesús. Jesús hace una promesa para decir que la intimidad con el Padre no es privilegio sólo de él, sino que es posible para todos y todas aquellos que creen en él: El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. Nosotros también, a través de Jesús, podemos llegar a hacer cosas bonitas para los demás como las hacía Jesús para la gente de su tiempo. El intercederá por nosotros. Todo lo que la gente le pide, él lo va a pedir al Padre, y lo conseguirá, siempre que sea para servir. Jesús es nuestro defensor. El se va pero no nos deja sin defensa. Promete que va a pedir al Padre que mande a otro defensor o consolador, al Espíritu Santo (Jn 14,15-17). Jesús llega a decir que el precisa irse ahora, pues, de lo contrario, el Espíritu Santo no podrá venir (Jn 16,7). El Espíritu Santo realizará las cosas de Jesús en nosotros, si observamos el gran mandamiento de la práctica del amor.

Fuente : https://ocarm.org/es/content/lectio/lectio-lectio-san-felipe-santiago-ap-jn-146-14