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Homilía para la Eucaristía del domingo 29 de diciembre de 2019

Paz y Bien a todos.

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.

Eclesiástico 3,3-7.14-17: Según el texto, las relaciones familiares constituyen un área donde se practica la devoción a Dios. Concretamente aquí se trata de la actitud de los hijos frente a los padres. Incluso el honor a los padres repara los pecados; es como un sacrificio cultual.

Colosenses 3,12-21: Se trata de la vida nueva en Cristo, la que crea nuevos lazos en las relaciones humanas.

Mateo 2,‪13-15.19-23‬El relato calca el Éxodo del Pueblo de Dios: el Niño amenazado es salvado por sus padres, por la familia.

1.- Estamos celebrando el Misterio de la Encarnación: Dios se hace hombre, habita entre nosotros. Pero esto no basta. Al hacerse hombre Dios asume la realidad humana concreta. Y una de las realidades humanas que emana de su misma naturaleza es la vivencia de la familia.

Si el hombre es imagen y semejanza de Dios lo es porque refleja el ser íntimo de Dios. Y Dios es COMUNIDAD DE AMOR.  Y es esto lo que el hombre está llamado a realizar y vivir: la comunidad, a formar comunidad. Por eso, todos los humanos sienten dentro de sí el llamado a vivir en comunidad. Hay gente que dice. “mi familia es el mundo”. Cierto, la familia es el primer y más sensible llamado de la vida en comunidad. Pero la familia  no agota el madurar en el amor comunitario.

2.- Los que creemos en el Dios Uno y Trino sabemos que nuestra vocación fundamental es asemejarnos a Él en la comunidad de amor. Somos hechos para tener relaciones de comunidad, primero en la familia, que es la “primera socialización”, Si somos imagen de Dios lo es porque somos llamados a vivir en una comunidad de amor. Lo segundo es que cada persona es imagen y semejanza de Dios porque está llamado a ser y vivir en Comunidad. Y en este sentido, la Familia es una Comunidad de Amor, Y lo es porque es una comunidad de personas que se aman y se respetan.

Por eso, el Verbo al hacerse hombre, se metió en una familia. Allí aprendió Él a ser humano, a ser un verdadero israelita.

3.- La cultura actual nos empuja al individualismo. Y lo que más se pone en peligro es la familia, que es la célula madre de toda la sociedad. Hoy está de moda el sanar o tratar ciertas enfermedades con células madres. Pues bien, a esta sociedad enferma hay que tratarla y curarla con células madres, con la vivencia de una familia sana. Y deber del Estado es velar por la familia.

Parece mentira que existan sistemas que consciente o inconscientemente atentan contra la  vivencia de la familia. Las consecuencias están a la vista. Uno de los principales atentados a la vida de la familia es el divorcio, donde no se toma en serio el futuro de los hijos, que crecen mutilados, sin la figura paterna o materna. También atentan contra la familia los matrimonios igualitarios.

4.- La Sagrada Familia es modelo para una familia de creyentes. San Pablo cuando habla a las familias creyentes replantea los códigos de la familia greco-romana desde la perspectiva de la fe. Las relaciones ad intra de la familia se basan en el Amor. Si el cristiano ha aceptado la soberanía de Cristo vive su vida en el amor, que perfecciona las relaciones humanas.

En la familia, célula madre, se aprende a vivir en comunidad, lo que luego se aplica a la sociedad, a la comunidad cristiana, al mundo entero y a la creación. Si así lo hacemos, entonces sentido el que hagamos la Comunión y la proyectemos en nuestro entorno.

Somos la Familia de Dios; el desafío nuestro es transparentar al Dios-Comunión-de Personas.

Hermano Pastor Salvo Beas.