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Homilía para la Misa del Gallo.

Que tengan todos una feliz Navidad junto a sus seres queridos. Un abrazo fraterno.

MISA DEL GALLO.

Isaías 9,1-6: Anuncio gozoso de salvación: el pueblo sometido a la tiniebla ve una gran luz = salvación. Todo es obra de Dios, por eso llega la Paz, ya que un Niño nos ha nacido.

Tito 2,11-14: Se ha manifestado la gracia, es decir, el Amor de Dios que salva; esto exige de nosotros una vida nueva.

Lucas 2,1-14: Pregón gozoso: el Nacimiento del Mesías, el Señor.

1.- Hoy nos ha nacido el Mesías, el Señor. Dos títulos que nos dicen mucho. San Pablo nos dice que mediante su Hijo, que es Dios y Salvador, el Padre nos ha salvado. Jesús es esa Gracia que se nos ha manifestado y que es Fuente de salvación para todos nosotros.

El Profeta simplemente nos dice que ha brillado la luz. Para todos nosotros  luz significa mucho. Por eso a Jesús se le llama Luz del mundo. Dios es luz, Cristo, su Enviado, es luz que a todos viene a iluminar. Y Él brilla en las tinieblas.

El binomio luz-tiniebla es muy elocuente en el lenguaje bíblico. Muchas veces se habla de estar en la luz, vivir en la luz; lo que tiene mucho significado.

La luz es el reflejo de la gloria de Dios; más aún, Dios es luz. Luz es sinónimo de vida. No tener luz, estar en tiniebla, es estar en la muerte, sin Dios. Los sin Dios están en tiniebla, son ciegos.

2.- El Profeta dice que la luz brilla en medio de las tinieblas. Y el evangelio nos dice que “la gloria del Señor los envolvió en su luz”. ¿A quiénes? A los pastores, a todos los que están en la oscuridad de la noche. Los cánticos que Lucas conserva en su evangelio saludan a Jesús como el Sol que nace, que viene a iluminar a los que están en tinieblas. Y así también se revela Jesús cuando daba la vista a los ciegos y Él declara: “Yo soy la Luz del mundo” (cfr. Juan 9,1-5).

Hoy en el Pesebre hay un Niño dado por Dios. Él es la Luz que vence a las tinieblas. Un niño con atributos de Rey, con atributos de Dios. Hoy nos ha nacido un Salvador. No un salvador más, sino el Mesías, el Señor. El Mesías, porque posee la plenitud del Espíritu Santo, por eso es Luz; es el Señor, ya que sobre sus hombros lleva la soberanía plena.

3.- “Pueblo que caminaba en tinieblas”. El profeta lo dice en pretérito. Hoy habría que decirlo también en presente: Pueblos que están en tinieblas. Son muchos los que aún yacen en sombras, en tinieblas de muerte. Lo experimentamos a diario en nuestro entorno. Tiniebla que todo lo invade. Son muchos los que en muchas partes están sufriendo. Lo recordaba el Papa Francisco al Secretario General de la ONU cuando le decía: “debemos estar unidos en la defensa de la dignidad humana tantas veces pisoteada”. Y nuestros obispos afirman: Aun siendo “tiempos difíciles y dolorosos para los familiares y amigos de las personas fallecidas en distintas circunstancias, todas amargas, no es la oscuridad la que triunfa en la noche ni mucho menos la violencia la que se impone, sino la paz de un Dios que camina con nosotros”.

Celebrar la Navidad no es sólo un celebrar el nacimiento del sol; Navidad es más que un “Wetripantu”, es celebrar la Luz que vence las tiniebla del pecado, es celebrar a Jesucristo.

4.- Hoy nos ha nacido el Mesías, el Señor. Nace para todos nosotros. ¿Dónde encontrarlo? La Palabra nos dice dónde: en un pesebre, en la humildad y la sencillez. Nuestro Dios no es un Dios de eventos, sino el Dios que se encarna, se anonada para ponerse al servicio de la humanidad.

Contemplando el pesebre podemos redescubrir al Señor, a ese Señor olvidado o ignorado, pero, al mismo tiempo, querido por los humildes y sencillos.

Acojamos al Señor, dejémonos iluminar por Él. Celebremos, hermanos, con gozo al Señor que llega para iluminar toda la tierra.

         Hermano Pastor Salvo Beas.