EDD. viernes 13 de diciembre de 2019.
Hoy, viernes, 13 de diciembre de 2019
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (48,17-19):
ESTO dice el Señor, tu libertador,
el Santo de Israel:
«Yo, el Señor, tu Dios,
te instruyo por tu bien,
te marco el camino a seguir.
Si hubieras atendido a mis mandatos,
tu bienestar sería como un río,
tu justicia como las olas del mar,
tu descendencia como la arena,
como sus granos, el fruto de tus entrañas;
tu nombre no habría sido aniquilado,
ni eliminado de mi presencia».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 1,1-2.3.4.6
R/.El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
V/. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.
V/. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
V/. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,16-19):
EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«¿A quién compararé esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».
Palabra del Señor
REFLEXIÓN :
Juan Lozano, cmf
Querido amigo/a:
Si hubieras atendido a mis mandatos…, dice hoy el Señor por boca del profeta Isaías en el capítulo 48. El pueblo -nosotros- con frecuencia caemos en la idolatría, en adorar otros dioses que no nos proporcionan felicidad, pero que nos seducen con sus “luces de colores”, como las que adornan los escaparates de las tiendas desde el inicio del “adviento” comercial. Cada uno tenemos nuestros dioses a los que somos fieles, a los que rendimos culto: el prestigio, la buena imagen, la última palabra de autoridad en casa o en el trabajo, el dinero, etc. Son nuestros becerros de oro de los que nos tenemos que liberar para dejar a Dios ser Dios, es decir, ocupar el primer puesto en nuestro corazón desde la libertad de nuestro amor, porque yo quiero Señor que tú seas mi Dios. El tiempo de Adviento es un buen momento para este ejercicio de limpieza.
En la primera lectura el Señor mantiene su promesa de liberación a pesar de la infidelidad del pueblo -nuestra infidelidad- recordándonos que -yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues.- Es un buen día hoy para orar con esta petición, ¿Señor que falsos dioses me apartan de ti? Dame luz para ponerles nombre y apartarlos de mi, de modo que tú puedas nacer en mi con más luz en esta Navidad.
La joven Santa Lucía, lo tenía claro. Prefirió el martirio antes que ser infiel al Señor; hay que tener mucho amor para mantenerse firme hasta el final. Lo peor que nos puede pasar es mantenernos impasibles; es la actitud que desaprueba Jesús en el evangelio de hoy: …hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado. Es como si nos dijera:¡no habéis reaccionado, no habéis hecho nada, estáis dormidos! Despertemos. Escuchemos la Palabra a través de la cual Dios nos habla; es Su Palabra. Atendamos sus mandatos, porque si lo hacemos -reza hoy Isaías-, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar… Nos lo recuerda también la antífona del salmo de hoy: El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.
Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy