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EDD. viernes 04 de octubre de 2019.

Viernes de la vigesimosexta semana del tiempo ordinario
San Francisco de Asís
Memoria obligatoria
Color: blanco

Desde el día en que encontró a Cristo en San Damián hasta el día en que murió en la Porciúncula, a lo largo de su vida itinerante, junto con sus hermanos, los Menores, Francisco (1182-1226), el pobrecito de Asís, nunca tuvo otra preocupación sino la de seguir a Jesús. Lo hizo en la alegría, la pobreza, la humildad y la sencillez de corazón, en la fidelidad a la Iglesia y una gran ternura para con todos.

Antífona de entrada

Francisco, hombre de Dios, dejó su casa, renunció a sus bienes y se hizo pobre; por ello el Señor lo tomó consigo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que otorgaste a san Francisco la gracia de identificarse con Cristo por la humildad y la pobreza; concédenos que, imitando sus ejemplos, podamos seguir a tu Hijo y unirnos a ti con la alegría del amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Por Cristo el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia 6, 14-18.

Hermanos: Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.

Estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva creatura. Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios.

Que nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús.

Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con vosotros. Amén.

SALMO RESPONSORIAL.  Sal 15, 1-2a. 5. 7-8. 11

R/. ¡Tú eres mi herencia, Señor!

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Señor, Tú eres mi bien”. El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi suerte!

Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré.

Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Cf. Mt 11, 25

Aleluya.

¡Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños! Aleluya.

EVANGELIO

Habiendo ocultado estas cosas a los sabios, las has revelado a los pequeños.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 11, 25-30.

Jesús dijo:

Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.

Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontraran alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.

Fuente  :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2019-10-04

REFLEXIÓN

• Hoy celebramos la fiesta del Transito de San Francisco de Asís. En el evangelio escuchamos la invitación de Jesús: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”. El evangelio muestra la ternura con que Jesús acoge a los pequeños. El quería que los pobres encontrasen en él paz y descanso.
• El contexto de los capítulos 11 y 12 de Mateo. Este contexto destaca y pone de relieve el que los pobres son los únicos que entienden y aceptan la sabiduría del Reino. Mucha gente no entendía esta preferencia de Jesús por los pobres y excluidos.
a) Juan Bautista, que miraba a Jesús con los ojos del pasado, queda con la duda (Mt 11,1-15).
b) la gente, que miraba a Jesús con finalidad interesada, no fue capaz de entenderle (Mt 11,16-19).
c) las grandes ciudades alrededor del lago, que oyeron la predicación de Jesús y vieron sus milagros, no quisieron abrirse a su mensaje (Mt 11,20-24).
d) los sabios y los doctores que lo juzgaban todo a partir de su propia ciencia, no fueron capaces de entender la predicación de Jesús (Mt 11,25).
e) ni sus parientes le entendían (Mt 12,46-50).
f) sólo los pequeños le entendían y aceptaban la Buena Nueva del Reino (Mt 11,25-30).
g) los otros quieren sacrificios, pero Jesús pide misericordia (Mt 12,1-8).
h) la reacción contra Jesús lleva a los fariseos a quererle matar (Mt 12,9-14).
i) le llamaban Jesús de Belcebú (Mt 12,22-32).
j) pero Jesús no miró atrás; siguió asumiendo la misión de Siervo, descrita en las profecías (Mt 12,15-21). Por causa de esto, fue perseguido, condenado a muerte.
• Mateo 11,25-26: Sólo los pequeños entienden y aceptan la Buena Nueva del Reino. Jesús reza así:» Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.” Los sabios, los doctores de aquella época, habían creado una serie de leyes que ellos imponían al pueblo en nombre de Dios. Pensaban que Dios exigía del pueblo estas observancias. Pero la ley del amor, traída por Jesús, decía lo contrario. Lo que importa, no es lo que hacemos para Dios, sino lo que Dios, en su gran amor, ¡hace por nosotros! La gente entendía el hablar de Jesús y quedaba contenta. Los sabios pensaban que Jesús estaba en el error. No podían entender esa enseñanza que modificaba la relación de la gente con Dios.
• Mateo 11,27: El origen de la nueva ley: el Hijo conoce al Padre. Jesús, el Hijo, conoce al Padre. Sabe lo que el Padre quería cuando, siglos atrás, entregó la Ley a Moisés. Aquello que el Padre nos quiere decir, lo entregó a Jesús, y Jesús lo reveló a los pequeños, porque éstos se abrieron a su mensaje. Hoy también Jesús está enseñando muchas cosas a los pobres y a los pequeños. Los sabios e inteligentes hacen bien en ser alumnos de los pequeños.
• Mateo 11,28-30: Venid a mí los que estáis fatigados y sobrecargados. Jesús invita a todos los que están cansados a que vayan a él y les promete descanso. Es la gente que vive cansada bajo los impuestos y las observancias exigidas por las leyes de pureza. Y él dice: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. Muchas veces, esta frase fue manipulada para pedir al pueblo sumisión, mansedumbre y pasividad. Lo que Jesús quiere decir es el contrario. Pide a la gente una ruptura, que deje de lado a los profesores de religión de la época y empiece a aprender de él, de Jesús, que es «manso y humilde de corazón». Jesús no hace como los escribas que se exaltan de su ciencia, sino como el pueblo, que vive humillado y explotado. Jesús, el nuevo maestro, sabe por experiencia lo que pasa en el corazón de la gente y del pueblo que sufre.
• La invitación de la Sabiduría Divina para todos los que la buscan. Jesús convida a todos los que están sobrecargados por el peso de las observancias de la ley a que encuentren en él descanso y suavidad, pues él es manso y humilde de corazón, capaz de aliviar y consolar a la gente sufrida, cansada y abatida (Mt 11,25-30). En esta invitación resuenan las palabras tan bonitas de Isaías que consolaba al pueblo cansado por el exilio (Is 55,1-3). Esta invitación está relacionada con la Sabiduría Divina, que invita a las personas a encontrase con ella (Sir 24,19), diciendo que “sus caminos son deliciosos y sus senderos son de bienestar” (Pr 3,17). Dice además: “La Sabiduría educa a sus hijos y cuida de los que la buscan. El que la ama, ama la vida, y los que madrugan por ella serán colmados de alegría” (Sir 4,11-12). Esta invitación revela un rasgo muy importante del rostro femenino de Dios: ternura y acogida que consuela, revitaliza a las personas y las lleva a sentirse bien. Jesús es entrañas y seno materno que el Padre ofrece al pueblo cansado (cf Is 66,10-13).

Fuente  :  https://ocarm.org/es/content/lectio/lectio-mateo-1125-30