Skip to main content

Comentario al evangelio de hoy miércoles 21 de agosto de 2019

Del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo’. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo: ‘¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?’ Ellos le respondieron: ‘Porque nadie nos ha contratado’. Él les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’.

Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: ‘Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros’. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: ‘Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor’.

Pero él respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mí lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?’.

De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Imagina esto: la persona que más quieres tuvo una operación en los ojos. Todo salió bien, pero por un tiempo deberá andar con lentes oscuros, y no verá bien. Vas saliendo del hospital con esta persona tan especial. Ella camina lento, insegura. ¿Qué haces?

El cariño y la delicadeza que pondrías en ayudar a tu amigo, mamá, pareja etc., adaptarte a su paso, sostenerla de cerca y caminar a su lado, todo esto refleja tu amor a esa persona. ¡Así es el amor de Jesús por nosotros! Él nos conoce mejor que nadie. Conoce nuestra historia, miedos, flaquezas, deseos profundos, talentos, alegrías, esperanzas… Y nos quiere tanto que se adapta a nosotros.

Esto lo vemos hoy en el Evangelio. Jesús no forzó a nadie. Sale e invita. Sale e invita. Sale e invita… Con una mirada llena de aceptación, amor, invitación a ser más amigo suyo. A Jesús no le importa si llegas antes o después, sino que llegues con Él y puedas ser feliz en Él, que es la única y verdadera felicidad.

Él nos acompaña en nuestro camino hoy, aquí y ahora. No tenemos que tener un pasado perfecto ni un presente en orden para ser aceptados por Jesús. De hecho, Él no espera a que vayamos a Él, sino que sale una y otra vez a buscarnos y a decirnos: Vengan a mí los que están cansados…y sus almas encontrarán descanso. (Cf. Mt 11,28-29)

«En realidad, esta “injusticia” del jefe sirve para provocar, en quien escucha la parábola, un salto de nivel, porque aquí Jesús no quiere hablar del problema del trabajo y del salario justo, ¡sino del Reino de Dios! Y el mensaje es éste: en el Reino de Dios no hay desocupados, todos están llamados a hacer su parte; y todos tendrán al final la compensación que viene de la justicia divina —no humana, ¡por fortuna!—, es decir, la salvación que Jesucristo nos consiguió con su muerte y resurrección. Una salvación que no ha sido merecida, sino donada, para la que “los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos”. Con esta parábola, Jesús quiere abrir nuestros corazones a la lógica del amor del Padre, que es gratuito y generoso. Se trata de dejarse asombrar y fascinar por los “pensamientos” y por los “caminos” de Dios».
(Homilía de S.S. Francisco, 24 de septiembre de 2017).

Fuente : http://es.catholic.net/op/articulos/73165/id-tambien-vosotros-a-mi-vina.html#modal