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Homilía para la Eucaristía de la Festividad de la Asunción de la Stma.Virgen María.

Un cordial saludo a todos.

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN.

Apocalipsis 11,19;12,1-6.10: Un cuadro teofánico (=manifestación de Dios). Aparece el Arca de la Alianza = inicio del tiempo del Reino de Dios. El dragón = personificación del mal. Se enfrenta a la mujer = el Pueblo de Dios – María, del que surge el Mesías para el mundo.

1Corintios 15,20-27: Por la desobediencia de Adán entró la muerte en la humanidad. Por la obediencia de Cristo entró la vida. Muchos son los que le siguen.

Lucas 1,39-56: El Cántico de María, que condensa toda la obra de salvación, se realizó en María y también esperamos su realización en nosotros.

1.- ¿Qué celebramos hoy? La Asunción o Tránsito de la Santísima Virgen María en cuerpo y alma al cielo, es decir, celebramos lo que Dios hizo en Ella y también hará en nosotros, es decir, la plena transformación, lograr la vida plena. Pero hay que hacer aquí una aclaración. ¿Qué se entiende por muerte? En primer lugar, la muerte es algo biológico, propio de la naturaleza. Entonces, todo somos mortales. Pero en un sentido teológico se puede decir que por el pecado =desobedecer a Dios, entró la muerte, es decir, una existencia sin Dios. Y vivir sin Dios es muerte, la peor de las muertes, es muerte eterna. Pero por la obediencia de Cristo entró la vida, no la biológica, sino la vida plena, esa que viene de Dios. Por supuesto que el triunfo de Cristo es sobre la muerte total: la física y la espiritual.

2.- Dios es Dios de vida, no quiere la muerte. Así como siempre asecha al hombre el mal, la enfermedad, la muerte, también asecha el mal el mal del pecado, la envidia, el odio, la destrucción, las injusticias, la muerte total. Lo que describe el Apocalipsis con un lenguaje enigmático no es más que la descripción de la realidad. El pecado está presente en el mundo y no hace falta demostrarlo La maldad asecha a la mujer. ¿Qué mujer? El Pueblo de Dios, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, del que surge el Mesías, Jesús Bendito por siempre. Siempre el dragón (entiéndase como quiera este signo) quiere devorar al Hijo de esta Mujer, quiere borrar, hacer desaparecer al Salvador de en medio de la sociedad y se vale de mil artimañas; pero no lo logrará.

3.- Esta mujer está verdaderamente personificada en María, la Madre de Jesús, la llena de gracia. En Ella el Señor hizo maravillas: la ensalzó, la llenó de gracia y favores y, al mismo tiempo, humilló al mal, es decir, a los soberbios, poderosos, a los sin vergüenzas, a los que cultivan la muerte, el odio, la maldad. Y todo esto es una realidad.

Hoy nosotros, Pueblo de Dios, nos sentimos atacados fuertemente; mal heridos, pero no derrotados; humillados, pero no aplastados; vilipendiados, pero no acomplejados. Es que en Cristo fuimos salvados. Él es el que vence totalmente. Con Él ya entró la vida en plenitud.

4.- La mujer fue llevada al desierto. La Iglesia está viviendo su desierto. Pero la figura de María nos alienta.

Si Cristo fue el primero en tener la vida en plenitud, creemos que también nosotros la tendremos. Lo creemos porque lo dice el Apóstol en su carta; lo creemos porque contemplamos a María resplandeciente, llena de esta vida plena que Jesús nos trajo y que Ella ya alcanzó.

Por eso hacemos Eucaristía, alabamos y damos gracias al Señor porque ha hecho maravillas no sólo en María Santísima, sino también en nosotros. A Él sea la gloria por siempre.

   Hermano Pastor Salvo Beas.