Del santo Evangelio según san Mateo 5, 33-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En el Evangelio de hoy se nos habla claramente de no jurar, ni por el cielo, ni por la tierra, ni mucho menos por Dios mismo. Puede pasar que, en ocasiones, se nos presenta la oportunidad de jurar por algo en una determinada circunstancia, solamente para librarnos de algo, como un regaño, o porque queremos dejar bien claro alguna cosa. Hoy el Señor nos habla y dice: «hijo/a es momento de llamar las cosas por su nombre y vivir en una constante pureza de intención.» La pureza de intención se va viviendo en el día con día, haciendo, sobre todo, ese ejercicio de sinceridad en medio de las dificultades. Lo que ayuda es pensar que Dios lo ve todo y que ve nuestra pureza de intención, sólo que es obvio que depende de cada uno de nosotros.
«La enseñanza que Jesús nos da hoy nos ayuda a recobrar lo que es esencial en nuestras vidas y favorece una relación concreta y cotidiana con Dios. Hermanos y hermanas, las balanzas del Señor son diferentes a las nuestras. Pesa de manera diferente a las personas y sus gestos: Dios no mide la cantidad sino la calidad, escruta el corazón, mira la pureza de las intenciones.»
(Homilía de S.S. Francisco, 11 de noviembre de 2018).
Fuente : http://es.catholic.net/op/articulos/72961/pureza-de-intencion.html#modal