Skip to main content

Comentario al evangelio de hoy jueves 30 de mayo de 2019

Del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”. Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: “¿Qué querrá decir con eso de que: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver’, y con eso de que: ‘Me voy al Padre’?” Y se decían: “¿Qué significa ese ‘un poco’? No entendemos lo que quiere decir”.

Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: “Están confundidos porque les he dicho: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver’. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El Evangelio de hoy nos presenta esta «pre-despedida» del Señor a sus apóstoles, y quiero que nos detengamos en una frase que dice Jesús: «… pero vuestra tristeza se convertirá en alegría». Dentro de dos o tres días estaremos celebrando la solemnidad de la Ascensión de nuestro Señor a los cielos, y metiéndonos en los zapatos o, mejor dicho, en las sandalias de los apóstoles, después de todo lo que habían vivido: la pasión del Maestro, su muerte, la muerte de Judas, el miedo que tenían porque los estaban buscando; terminado todo esto, parece que ya nada tiene sentido. Es entonces cuando el Señor se les aparece en algunos momentos y recobran la alegría que al perecer se había ido con el Maestro. Y no quieren que Él nuevamente se vaya, no quieren perder la alegría que tienen al verlo, pero Jesús tiene que subir a los cielos para reinar desde allá. Y es desde allí, precisamente, de donde nos enviará el Espíritu Santo para que nuestra «tristeza se convierta en alegría». Nosotros somos templos del Paráclito, (Cf. 1 Cor 1,16), pero ¿qué tanto lo creemos? «Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré» (Jn 16,7).

Dentro de muy poco conmemoraremos Pentecostés; preparémonos para recibir al Espíritu Santo. Él vendrá y se posará sobre cada uno de nosotros, para que toda tristeza se convierta en alegría. Pidamos a la Virgen María, ella que es la esposa del Paráclito, que nos ayude a tener nuestro corazón lo menos indigno posible para recibir al artífice de nuestra santidad.

Pentecostés… Alegría de recibir el Espíritu Santo.

«En este día les digo: por favor mantengan viva la alegría, es signo del corazón joven, del corazón que ha encontrado al Señor. Y si ustedes mantienen viva esa alegría con Jesús, nadie se la puede quitar, ¡nadie! Pero por las dudas, les aconsejo: No se la dejen robar, cuiden la alegría que unifica todo ?¿En qué?? en el saberse amados por el Señor. Porque, como habíamos dicho al principio: Dios nos ama… ?¿Cómo era?– [Repiten: «Dios nos ama con amor de Padre»], Dios nos ama con corazón de Padre. Otra vez… [Repiten: «Dios nos ama con corazón de Padre»]. Y este es el principio de la alegría. El fuego del amor de Jesús hace desbordante este gozo, y es suficiente para incendiar el mundo entero. ¡Cómo no van a poder cambiar esta sociedad y lo que ustedes se propongan! ¡No le tengan miedo al futuro! ¡Atrévanse a soñar a lo grande!»
(Saludo de S.S. Francisco, 7 de septiembre de 2017).

Fuente : http://es.catholic.net/op/articulos/72826/su-tristeza-se-convertira-en-alegria.html#modal