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Homilía para la Eucaristía del Domingo 28 de abril de 2019.

Día de la Divina Misericordia. Seamos misericordiosos como del Padre lo es con nosotros. Pastor.

DOMINGO SEGUNDO DE PASCUA.

Hechos 5,12-16: Cristo Resucitado se manifiesta en los signos que realizan los Apóstoles. Esto trae consigo la conversión de muchos, crece el número de creyentes.

Apocalipsis 1,9-13.17-19: Es el inicio del Libro. Encontramos  una manifestación de Cristo Resucitado: Él es el primero y el último, es el Señor.

Juan 20, 19-31: podemos considerar dos aspectos:

Uno, la manifestación del Señor resucitado que les comunica su Espíritu.

Dos, la confesión de fe de Tomás; se destaca el valor de la fe.

1.- Jesús resucitado se hace presente en medio de los suyos, en la comunidad de los que creen en Él. Esta presencia del Señor tiene mucho sentido, ya que Él comunica el Espíritu a sus discípulos para que puedan continuar su Obra. En la Sagrada Escritura muchas veces aparece el hecho que un profeta comunica su Espíritu (cfr. Números 27,23; Deuteronomio 34,9) a alguien para que pueda continuar su obra.  Es lo que vemos en el relato del evangelio. La presencia del Resucitado se realiza y proyecta a través del tiempo por medio del Espíritu Santo. La comunidad de los creyentes es tal por tener al Espíritu Santo y dejarse conducir por Él.

2.- Jesús resucitado, presente entre los suyos, sigue actuando. Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios entre el pueblo. ¿Acaso eran unos milagreros baratos, unos vulgares charlatanes de feria que engañaban al pueblo con supuestos milagros, como suele suceder de vez en cuando? No. Simplemente son testigos del Resucitado y el Señor acompañaba a los suyos por medio de estos signos. En otras palabras, la comunidad de los creyentes tiene a Cristo y Él actúa en ella. Por eso se dice: la Iglesia – la comunidad es signo e instrumento del Señor resucitado; no es un recuerdo de Jesús, sino Signo e Instrumento. Esto quiere decir que la Comunidad cristiana significa a Cristo y el Señor resucitado está presente en ella y actúa a través de ella.

3.- En la época actual predomina el racionalismo científico.  Sólo se acepta lo que la ciencia constata y prueba. La fe no tiene lugar.

Si sólo se acepta lo que se ve, entonces no es verdad que la iglesia sea Signo e Instrumento del Señor resucitado. La Iglesia perfecta, sacramento de Cristo no existe en este mundo. Lutero cayó en este error; por eso no se creyó en la sacramentalidad de la Iglesia. Y sucede también hoy.

Sin fe es imposible ver y detectar la presencia del Resucitado en la Iglesia actual, que atraviesa por una terrible crisis. ¿Cómo puede ser instrumento de salvación tamaña iglesia? Y san Agustín dirá: “Si Pedro bautiza es Cristo quien bautiza. Si Judas bautiza es Cristo quien bautiza. Porque la eficacia no está en la persona del ministro sino en la Persona de Cristo que actúa por medio de su Espíritu. La persona podrá escribir con un lápiz de fina marca o con un trozo de burdo carbón. No importa el instrumento, lo que vale es quién escribe y lo que escribe. La iglesia es el instrumento. Desgraciadamente no siempre significa al Señor, es pobre y pecadora. Pero ahí está el Señor.

4.- ¡Felices los que creen sin haber visto! Sin haber visto al Señor resucitado. Pero más felices son los que creen a pesar de lo que ven, porque actúan movidos por el Espíritu y no por la carne.

Y si nosotros hoy estamos aquí es porque somos una Comunidad de creyentes, de personas que tenemos fe.

 Y porque tenemos fe sabemos que Él está presente en su Iglesia y sigue actuando a través de ella.

Porque tenemos fe sabemos que Él se hace presente con la fuerza de su Espíritu para darnos su perdón.

Porque tenemos fe sabemos que Él es rico en misericordia.

Porque tenemos fe sabemos que Él está hoy con nosotros, porque donde dos o más se reúnen en su Nombre Él está en medio.

Porque tenemos fe sabemos que Él se hace presente en el pan y el vino cuando el celebrante (sea quien sea) invoca al Espíritu Santo dando gracias por la salvación. Por eso estamos aquí. No te dejes guiar por los sentidos, sino por la fe, que es lo único que salva.

                                               Hermano Pastor Salvo Beas.