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Homilía para la Eucaristía del domingo 14 de abril de 2019.

A todos deseo que tengan una buena Semana Santa, con mucho provecho espiritual.

DOMINGO DE RAMOS. AÑO C.

Lucas 19, 28-40: Solemne entrada de Jesús: entra triunfalmente como Rey pacífico, como Mesías que viene a gobernar.

Isaías 50,4-7: Se presenta al Servidor del Señor dócil, dispuesto siempre a cumplir la Voluntad del Señor.

 Filipenses: Himno que canta el Misterio de Cristo: siendo Dios se despoja de todo y se pone al servicio de todos. Por eso Él es el exaltado, es el Señor.

Lucas 23,1-56: Parte de la Pasión del Señor. Se podría destacar:

. Él es acusado de dos delitos: uno religioso, llamarse Hijo de Dios; otro político: Rey de Israel.

. Se reconoce su inocencia, pero es torturado y humillado.

. Simón de Cirene: imagen del discípulo que carga su propia cruz.

. Es reconocido como el Justo.

1.- Iniciamos esta Semana que es Santa porque es diferente a las otras semanas del año. Diferente porque queremos no sólo recordar sentimentalmente lo que el Señor realizó, sino queremos actualizarlo, vivirlo hoy. Con Él entramos a vivir el Misterio central de nuestra fe: la Pascua.

Al iniciar esta liturgia hoy hemos escuchado a san Lucas. En este texto leemos: “El Señor lo necesita”. ¿Qué necesita? ¿Y por qué necesita?  Necesita un asno, pero no cualquiera, sino uno separado del uso profano, Él lo necesita porque viene como Mesías de su Pueblo, Él es quien ata su asno a la vid (cfr. Génesis 49,11). Lo necesita para dar cumplimiento a lo que su Padre quiere. Porque Jesús “se hizo obediente hasta la muerte”. Porque la razón de ser de su vida fue siempre cumplir con el Plan de Dios. Su obediencia nos salva a nosotros que por naturaleza somos desobedientes. La obediencia abarca toda la vida de Jesús. Por eso “el Señor lo necesita”. Es todo un gesto mesiánico.

2.- Por esta razón la liturgia lo identifica con ese Servidor fiel y dócil que es ultrajado, menospreciado.

A Jesús lo acusan por una verdad, pero también por una mentira. Lo acusan por una verdad: es cierto, Él es el Hijo de Dios, así lo proclamó ante las autoridades religiosas. Lo acusan por una mentira: que Él es el Rey-Mesías. No. Pero esta calumnia se transforma en verdad, ya que Él es el Rey-Mesías, pero como Dios quiere, no a la manera de los hombres. Y esto es motivo suficiente para rechazarlo, insultarlo, matarlo.

Hoy la Iglesia proclama el mensaje según san Lucas. Y san Lucas quiere presentarnos a Jesús como Salvador de todos, especialmente para los pobres y pecadores. Por eso está colocado entre dos malhechores, pero es reconocido como Salvador.

3.- Hoy el mundo, como siempre, le da la espalda a Dios. Jesús vivió obedeciendo, el mundo vive desobedeciendo, rechazando, condenando.

Lo que vamos a celebrar esta semana debe, en primer lugar, hacernos reflexionar, pero también motivarnos para entrar con Él en la Pascua, morir y resucitar con Él.

No es esta una semana sólo de ritos y ceremonias. Tampoco es la semana del turismo. No. Es una ocasión para profundizar en nuestra fe y así llegar a la Noche de Pascua para resucitar con Él.

Seamos como el Cireneo, quien nos indica cómo seguir al Señor, cargando la propia cruz. No bastan los lamentos y lágrimas por la Pasión. Él quiere que lloremos nuestros pecados y con Él seamos “leño verde”, rectos ante Dios y los hombres.

                                              Hermano Pastor Salvo Beas.