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Comentario al evangelio de hoy jueves 28 de febrero de 2019.

Del santo Evangelio según san Marcos 9, 41-50

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa.

Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.

Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

Todos serán salados con fuego. La sal es cosa buena; pero si pierde su sabor, ¿con qué se lo volverán a dar? Tengan sal en ustedes y tengan paz los unos con los otros”.

Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Cuando era niño, mi padre siempre me decía: «si vas a hacer algo, hazlo bien; si no, ni lo intentes». Tal vez, algunos piensen, ¡qué exagerado, ¡cómo le dices eso a un niño! Sin embargo, nunca tomé las palabras de mi padre como un insulto, todo lo contrario. Encontraba tres cosas fundamentales que el Evangelio de hoy, también nos presenta: conocer, decidir y seguir.

Conocer: Dios Padre, al adoptarnos como hijos suyos, nos otorga un hermoso camino, la santidad, es decir, el poder estar con Él. Es una vía que se necesita conocer, saber en qué consiste.

Es muy famoso ese dicho: «nadie ama lo que no conoce». Es necesario descubrir lo que implica la santidad, pues de otra manera, ¿cómo sería capaz de sacrificarme por algo, si no lo conozco? Es muy importante, antes de seguir el camino, decidirse a seguirlo. Es muy difícil dar el paso, porque implica una respuesta, no sólo de una parte de mi vida, sino de todo lo que yo soy. Santa Teresa de Jesús diría una «determinada determinación». Es una decisión que implica una donación de mí mismo.

Ya que se ha hecho una opción fundamental, es vital seguir el camino; donde, a veces, nosotros mismos seremos el obstáculo que no nos permite seguir. «Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la gehena, al fuego inextinguible.»

Sin embargo, no estamos solos. Cristo nos acompaña en este camino, incluso, en los momentos más difíciles, Él nos carga.

«Pobreza evangélica y transparencia. Para mí, siempre —porque lo he aprendido como jesuita en la constitución— la pobreza es “madre” y es “muro” de la vida apostólica. Es madre porque la hace nacer, y muro porque la protege. Sin pobreza no hay celo apostólico, no hay vida de servicio a los otros… Es una preocupación que se refiere al dinero y a la transparencia. En realidad, quien cree no puede hablar de pobreza y vivir como un faraón. A veces se ven estas cosas… Es lo contrario a un testimonio hablar de pobreza y llevar una vida de lujo; y es muy escandaloso tratar el dinero sin transparencia o gestionar los bienes de la Iglesia como si fueran bienes personales.»
(Discurso de S.S. Francisco, 1 de mayo de 2018).

 

 

Fuente  :  http://es.catholic.net/op/articulos/72399/la-gravedad-del-escandalo.html#modal