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EDD. lunes 11 de febrero de 2019

Lunes de la quinta semana del tiempo ordinario

Nuestra Señora de Lourdes
Memoria obligada
Color: blanco

Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858, en la Gruta de Massabielle de Lourdes, en los Pirineos, la Inmaculada Madre de Dios se manifestó a Bernardita Soubirous. Desde entonces, Lourdes es un llamado constante a la conversión, a la oración y a la caridad, y para el pueblo cristiano, María es la imagen de la Iglesia por venir, la prefiguración de la nueva Jerusalén, cuyas puertas están abiertas a todos los pueblos.

Antífona de entrada

Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.

ORACIÓN COLECTA

Padre misericordioso, ayúdanos en nuestra debilidad, para que, al celebrar a la Madre inmaculada de tu Hijo, su intercesión nos libre de todo pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Yo haré correr hacia ella la paz como un río.

Lectura del libro de Isaías   66, 10-14c

¡Alégrese con Jerusalén y regocíjense a causa de ella, todos los que la aman! ¡Compartan su mismo gozo los que estaban de duelo por ella, para ser amamantados y saciarse en sus pechos consoladores, para gustar las delicias de sus senos gloriosos! Porque así habla el Señor: Yo haré correr hacia ella la prosperidad como un río, y la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda. Sus niños de pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas. Como un hombre es consolado por su madre, así Yo los consolaré a ustedes, y ustedes serán consolados en Jerusalén. Al ver esto, se llenarán de gozo y sus huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus servidores.

EVANGELIO

CÁNTICO DE JUDIT    13, 18-19

R/. ¡Tú eres el honor de nuestro pueblo!

Que el Dios Altísimo te bendiga, hija mía, más que a todas las mujeres de la tierra; y bendito sea el Señor Dios, creador del cielo y de la tierra.

Nunca olvidarán los hombres la confianza que has demostrado y siempre recordarán el poder de Dios. Que Dios te exalte para siempre.

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Cf. Lc 1, 45

Aleluya.

Feliz de ti, Virgen María, por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Y la madre de Jesús estaba allí.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan  2, 1-11

Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le respondió: Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía. Pero su madre dijo a los sirvientes:

Hagan todo lo que Él les diga.

Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: Llenen de agua estas tinajas. Y las llenaron hasta el borde. Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete. Así lo hicieron.

El encargado probó el agua cambiada en vino y, como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: Siempre se sirve primero el buen vino, y cuando todos han bebido bien, se trae el de calidad inferior. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento.

Éste fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.

Fuente  :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2019-02-11

 

REFLEXIÓN  :

 

Juan 2,1-2: Fiesta de las bodas. Jesús está invitado
En el Antiguo Testamento, la fiesta de las bodas era un símbolo del amor de Dios hacia su pueblo. Era lo que todos esperaban en el futuro (Os 2,21-22; Is 62,4-5). Y precisamente en una fiesta de bodas, junto a una familia y una comunidad, Jesús cumple su “primer signo” (Jn 2,11). La Madre de Jesús se encontraba en la fiesta. Jesús y sus discípulos estaban invitados. O sea, la Madre de Jesús hacía parte de la fiesta. Simboliza el Viejo Testamento. También Jesús está presente, pero con vestido de invitados. Él no forma parte del Viejo Testamento. Junto a sus discípulos Él es el Nuevo Testamento que está llegando. La Madre de Jesús ayudará al paso del Viejo al Nuevo Testamento.

Juan 2,3-5: Jesús y su Madre ante la falta de vino
En lo más alegre de la fiesta, se acaba el vino. La Madre de Jesús reconoce los límites del Viejo Testamento y toma la iniciativa para que se manifieste el Nuevo Testamento. Se acerca a Jesús y constata: “¡No tienen vino!” Aquí aparecen tanto la foto como los rayos-x. La Foto representa la Madre de Jesús como persona atenta a los problemas de los otros en tal grado que se da cuenta que la falta de vino arruinaría la fiesta. Y no sólo constata el problema, sino que toma iniciativas para resolverlo. Los Rayos-Xrevelan la dimensión más profunda de la relación entre el Viejo Testamento (la Madre de Jesús) y el Nuevo Testamento (Jesús). La frase “¡No tienen vino!”, viene del Viejo Testamento, y despierta en Jesús la acción que hará nacer el Nuevo. Jesús dice: “Mujer, ¿que nos va a mí y a ti?” O sea, ¿cuál es el nexo entre el Viejo y el Nuevo Testamento? “Todavía no ha llegado mi hora”. María no entiende la respuesta como una negativa, puesto que dice a los sirvientes: “¡Haced lo que Él os diga”. Obrando así, Jesús enseña cómo se pasa del Viejo al Nuevo Testamento. La hora de Jesús, en la que se hará el paso del Viejo al Nuevo Testamento, es su pasión, muerte y resurrección. El cambio del agua al vino es la indicación anticipada del Nuevo, que nacerá a partir de la muerte y de la resurrección de Jesús.
A finales del siglo primero, se discutía entre los primeros cristianos sobre la validez del Antiguo Testamento. Algunos no querían saber ya nada del Viejo Testamento. En la reunión de los Apóstoles en Jerusalén, Santiago defendió la continuidad del uso del Viejo Testamento (Act 15,13-21). De hecho, a principios del segundo siglo, Marción rechazó el Viejo Testamento y se quedó solamente con los libros del Nuevo Testamento. Algunos sostenían incluso, que después de la venida del Espíritu Santo no se debía recordar más a Jesús de Nazaret, sino hablar sólo de Jesús Resucitado. En nombre del Espíritu Santo decían: “Anatema sea Jesús” (1Cor 12,3).

Juan 2,6: Las tinajas de la purificación están vacías
Se trata de un pequeño detalle, muy significativo. Las tinajas solían estar siempre llenas, sobre todo durante una fiesta. ¡Aquí están vacías! ¿Por qué? La observancia de la ley de la pureza, simbolizada en las seis tinajas, ha agotado todas sus posibilidades. La antigua ley ha conseguido ya preparar a la gente a poder estar en unión de gracia y de justificación delante de Dios. ¡Las tinajas, la antigua alianza, están vacías! Ya no pueden generar una vida nueva.

Juan 2,7-8: Jesús y los sirvientes
La recomendación de la Madre de Jesús a los sirvientes es la última gran orden del Antiguo Testamento: “¡Haced lo que Él os diga!” El Viejo Testamento mira hacia Jesús. De ahora en adelante las palabras y los gestos de Jesús marcarán la vida. Jesús llama a los sirvientes y les ordena verter agua en las seis tinajas.¡En total, más de seiscientos litros! Luego ordena sacar y llevar al maestresala. Esta iniciativa de Jesús acontece sin que los dueños de la fiesta intervengan. Ni Jesús, ni la Madre, ni los sirvientes eran los dueños obviamente. Ninguno de ellos fue a pedir permiso a los dueños. La renovación pasa por las personas que no pertenecen al centro del poder.

Juan 2,9-10: Descubrimiento del signo por parte del dueño de la casa
El maestresala prueba el agua transformada en vino y dice al esposo: “Todos sirven al principio el vino bueno. Tú, sin embargo, has conservado hasta ahora el vino bueno!” ¡El maestresala, el Viejo Testamento, reconoce públicamente que el Nuevo es mejor! Donde antes estaba el agua para los ritos de la purificación de los judíos, ahora hay vino abundante para la fiesta. ¡Era mucho vino! ¡Más de seiscientos litros, y la fiesta estaba para terminar! ¿Cuál es el sentido de esta abundancia? ¿Qué se hace con el vino sobrante? ¡Lo estamos bebiendo hasta hoy!

Juan 2,11-12: Comentario del evangelista
Este es el primer signo. En el Cuarto Evangelio, el primer signo sucede para ayudar en la reconstrucción de la familia, de la comunidad, para resanar las relaciones de base entre las personas. Seguirán otros signos. Juan no usa la palabra milagro, sino la palabra signo. La palabra signo indica que las acciones de Jesús en favor de las personas tienen un valor profundo, que sólo se descubre con los rayos-x de la fe. La pequeña comunidad que se ha formado en torno a Jesús aquella semana, viendo el signo, estaba ya en grado de percibir el significado más profundo y “creyó en Él”.

c) Ampliando conocimientos

* Bodas muy esperadas

En el evangelio de Juan, el comienzo de la vida pública de Jesús acontece en una fiesta de bodas, momento de mucha alegría y de mucha esperanza. Por esto mismo, las Bodas de Caná tienen un significado simbólico muy fuerte. En la Biblia, el matrimonio es la imagen usada para significar la realización de la perfecta unión entre Dios y su pueblo. Estas bodas entre Dios y su pueblo eran esperadas desde hacía mucho tiempo, ¡más de ochocientos años!

Fue el profeta Oseas (hacia el año 750 a C.) el que , por primera vez, representó la esperanza de estas bodas cuando narra la parábola de la infidelidad del pueblo ante las propuestas de Yahvé. La monarquía de Israel había abandonado a Yahvé y su misericordia, conduciendo al pueblo hacia falsos dioses. Pero el profeta, seguro del amor de Dios, dice que el pueblo será conducido de nuevo al desierto para escuchar de parte de Dios la siguiente promesa: “Te haré mi esposa por siempre, te haré mi esposa en la justicia y en el derecho, en la benevolencia y en el amor, y te esposaré en la fidelidad y tú reconocerás al Señor! (Os 2,21-22). Estos esponsales entre Dios y el pueblo indica que el ideal del éxodo se conseguirá (Os 2,4-25). Después de casi ciento cincuenta años , el profeta Jeremías vuelve a tomar las palabras de Oseas para denunciar a la monarquía de Judá. Y dice que Judá tendrá el mismo destino que Israel por causa de su infidelidad (Jer 2,2-5; 3,11-13). Pero también Jeremías mira hacia la esperanza de unos desposorios perfectos con la siguiente novedad: será la mujer la que seducirá al marido (Jer 31,22). Y a pesar de la crisis general del destierro en Babilonia, el pueblo no pierde la esperanza de que un día este desposorio se realizará. Yahvé tendrá compasión de su esposa abandonada (Is 54,1-8). Con el regreso de los desterrados, la “Abandonada” volverá a ser la esposa acogida con mucha alegría (Is 62,4-5).

También, observando la Novedad que está llegando, Juan Bautista mira a Jesús, el esposo esperado (Jn 3,29). En sus enseñanzas y conversaciones con la gente, Jesús vuelve a tomar la parábola de Oseas, el sueño de las bodas perfectas. Él se presenta como el esposo esperado. (Mc 2,19). En la conversación con la samaritana, se presenta discretamente como el verdadero esposo, el séptimo (Jn 4,16-17). Las comunidades cristianas aceptarán a Jesús como el esposo esperado (2 Cor 11,2; Ef 5,25-31). Las bodas de Caná quieren demostrar que Jesús es el verdadero esposo que llega para las tan esperadas bodas, portando un vino gustoso y abundante. Estas bodas definitivas están descritas con bellas imágenes en el libro del Apocalipsis (Ap 19,7-8; 21,1 a 22,5).

* La Madre de Jesús en el Evangelio de Juan

Aun no siendo llamada con el nombre de María, la Madre de Jesús aparece dos veces en el evangelio de Juan: al principio, en las bodas de Caná (Jn 2,1-5), y al final, a los pies de la Cruz (Jn 19,25-27). En los dos casos representa al Viejo Testamento que espera la llegada del nuevo, y en los dos casos, contribuye a la llegada del Nuevo. María es el lazo entre lo que había antes y lo que vendrá después. En Caná, la Madre de Jesús, símbolo del Viejo Testamento, es aquella que se da cuenta de los límites del Viejo Testamento y da los pasos para que pueda aparecer el Nuevo. A los pies de la Cruz, está junto al “Discípulo Amado”. El Discípulo Amado es la comunidad que crece en torno a Jesús, es el hijo que nace del Viejo Testamento. A petición de Jesús, el hijo, el Nuevo Testamento, recibe a la Madre, el Antiguo Testamento, en su casa. Los dos deben caminar juntos. De hecho, el Nuevo no se entiende sin el Viejo. El Nuevo no tendría base, fundamento. Y el Viejo sin el Nuevo sería incompleto: un árbol si frutos.

* Los siete días de la nueva creación

El texto comienza: “¡Al tercer día!” (Jn 2,1). En el capítulo precedente, Juan había repetido ya tres veces la expresión “Al día siguiente” (Jn 1,29.35.43). Haciendo cálculos, esto ofrece el siguiente esquema: El testimonio de Juan Bautista sobre Jesús (Jn 1,29) sucede el primer día. ”Al día siguiente” (Jn 1,29), o sea, el segundo día, sucede el bautismo de Jesús (Jn 1,29-34). El tercer día ocurre la llamada de los discípulos y de Pedro (Jn 1,35-42). El cuarto día, Jesús llama a Felipe y a Natanael (Jn 1,43-51). Finalmente, “tres días después” esto es, el séptimo día, o sea en pleno sábado sucede el primer signo de las bodas de Caná (Jn 2,1). A lo largo del evangelio Jesús realizará siete signos.

Juan usa el esquema de la semana para presentar el comienzo de la actividad de Jesús, El Viejo Testamento se sirve del mismo esquema para presentar la creación. En los primeros seis días Dios creó todas las cosas llamándolas por su nombre. El día séptimo descansó, y no trabajó más (Gen 1,1-2,4). Igualmente, Jesús en los seis primeros días de su actividad llama a las personas y crea la comunidad, la nueva humanidad. El séptimo día, o sea, el sábado, Jesús no reposa, sino que realiza el primer signo. A lo largo de los capítulos siguientes, del 2 al 19 inclusive, realizará todavía seis señales, siempre en sábado (Jn 5,16,9,14). En fin, en la mañana de la resurrección, cuando María Magdalena va al sepulcro, se dice: “El primer día de la semana” (Jn 20,1) es el primer día de la nueva creación, después de aquel sábado prolongado en los que Jesús hace los seis signos.

Acusado de trabajar en sábado, Jesús responde: “¡Mi Padre siempre trabaja, y también yo trabajo!” (Jn 5,17). A través de la actividad de Jesús entre Caná y la Cruz, el Padre completa lo que falta en la vieja creación, de modo que pueda surgir la nueva creación en la resurrección de Jesús.

 

Fuente  :  https://www.ocarm.org/es/content/lectio/lectio-divina-2-domingo-tiempo-ordinario-c