EDD. sábado 29 de septiembre de 2018.
Sábado de la vigesimoquinta semana del tiempo ordinario.
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel Y Rafael
Fiesta
Color: blanco
Con los arcángeles Miguel (“¿Quién como Dios?”), Gabriel (“Fortaleza de Dios”) y Rafael (“Medicina de Dios”), celebramos a todos los ángeles quienes, desde el Paraíso del Génesis hasta aquél del Apocalipsis, llenan, de su presencia invisible, el desarrollo de la historia de la salvación. Mensajeros del Señor para revelar sus designios y llevar sus órdenes, se constituyen como la inmensa muchedumbre de los adoradores del Dios vivo.
Antífona de entrada Sal 102, 20
Bendigan al Señor, todos sus ángeles, los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes apenas oyen la voz de su palabra.
Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios nuestro, que ordenas admirablemente los oficios de los ángeles y de los hombres, te pedimos que nos protejan siempre en la tierra aquellos que te asisten continuamente en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Miles de millares lo servían.
Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14
Daniel continuó el relato de sus visiones, diciendo:
“Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego brotaba y corría delante de Él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros.
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; Él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta Él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido”.
SALMO RESPONSORIAL 137, 1-5
R\. ¡Te cantaré en presencia de los ángeles, Señor!
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca. Te cantaré en presencia de los ángeles y me postraré ante tu santo Templo.
Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma.
Que los reyes de la tierra te bendigan al oír las palabras de tu boca, y canten los designios del Señor, porque la gloria del Señor es grande.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO
Aleluya.
¡Bendigan al Señor, todos sus ejércitos, sus servidores, los que cumplen su voluntad! Aleluya.
EVANGELIO
Ustedes verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 47-51
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”.
“¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael.
Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”.
Natanael le respondió: “Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel”.
Jesús continuó: “Porque te dije: «Te vi debajo de la higuera”, crees. Verás cosas más grandes todavía”.
Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.
Fuente : http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2018-09-29
Comentario :
Está difícil esto de hablar de los ángeles. ¿Seres míticos o seres reales? ¿Andan por ahí, poblando el cielo y jugando con nosotros? Podemos perder el tiempo pensando y reflexionando en la esencia de los ángeles, en sus categorías y clases. No hacemos más que poner en el cielo la idea que tenemos de la corte de un señor de nuestro mundo. Como nuestros presidentes y reyes tienen cortes y gobiernos con muchos secretarios y asesores, también nos imaginamos que Dios, el todopoderoso por excelencia, tiene miríadas de secretarios, asesores y ayudantes de todo tipo.
Y de tanto mirar al cielo, nos puede salir tortícolis. Se nos olvida que el centro de nuestra fe está precisamente en la encarnación. Dios mismo se hizo hombre. Se vino a estar con nosotros. Desde aquel momento la salvación no se juega en las alturas sino en la bajuras de nuestra vida diaria y cotidiana, en la relación con los demás, en el trabajo, en la familia, en el esfuerzo por hacernos libres y responsables como corresponde a lo que somos: hijos e hijas de Dios, amados y queridos por él. En Jesús Dios se nos mostró cercano. Para llegar a él no nos hacen falta intermediarios. No es como aquellos emperadores a los que había que acercarse de rodillas y no se podía levantar la vista para mirarlos. Tampoco es como los presidentes de hoy que tienen tantos filtros entre ellos y el mundo de la calle que se nos hacen inalcanzables. Jesús puso a Dios a nuestro lado, en nuestras calles, en nuestras tiendas, en nuestras salas de televisión. Y vino para quedarse porque es de la familia. Es nuestra auténtica familia.
Por eso los ángeles nos tienen que hablar sobre todo de un Dios que quiere nuestro bien, que se preocupa por nosotros. Si tuviéramos que buscar una figura en nuestro mundo para pensar a Dios, tendríamos que pensar mucho más en el Defensor del Pueblo que en el presidente del Tribunal Supremo. Lo suyo es escuchar, atender, sentir con los dolores y alegrías de nuestros corazones. La Fuerza de Dios (Gabriel), la Medicina de Dios (Rafael) nos hablan de un Dios que está con nosotros y por nosotros, que quiere nuestra vida, nuestra felicidad, nuestro bienestar. ¿Qué Dios hay como éste? O como dijo Miguel: “¿Quién como Dios?”
Fuente : https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/hoy