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EDD. viernes 21 de septiembre de 2018.

Viernes de la vigesimocuarta semana del tiempo ordinario.

San Mateo, apóstol y evangelista
Fiesta 
Color: rojo

Mateo, a quien Lucas y Marcos llaman Leví, era hijo de Alfeo y natural de Cafarnaún. La vocación de este recaudador de impuestos constituye uno de los episodios más populares del ministerio de Cristo en Galilea.

No sabemos casi nada de su actividad apostólica después de la Ascensión de Jesús, pero Mateo nos ha dejado el primero de los Evangelios, en el que mejor se destaca la continuidad entre la Antigua y la Nueva Alianza y a través del cual comunicó la Buena Noticia a todas las generaciones sucesivas.

Antífona de entrada            Mt 28, 19-20

Dice el Señor: vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado.

Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que con infinita misericordia elegiste a san Mateo, convirtiéndolo de publicano en apóstol; sostenidos por su intercesión y su ejemplo concédenos que, siguiéndote con fidelidad, vivamos siempre unidos a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Él comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros predicadores del Evangelio.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso   4, 1-7. 11-13

Hermanos:

Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han  recibido. Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor.  Traten de conservar la unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz.

Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida.  Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.  Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos.

Sin embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida en que Cristo los ha distribuido.

Él comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo.

SALMO RESPONSORIAL  18, 2-5

R\. Resuena su eco por toda la tierra.

El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos: un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia.

Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del mundo.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya.

¡A tí, Dios, te alabamos y cantamos; a ti, Señor, te alaba el coro celestial de los Apóstoles! Aleluya.

EVANGELIO

Sígueme. Él se levantó y lo siguió.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   9, 9-13

Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.

Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”

Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: «Yo quiero misericordia y no  sacrificios». Porque Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”.

Fuente  :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2018-09-21

 

REFLEXIÓN :

CR

Hace ta algunos años escuchaba un programa de televisión con motivo de la beatificación de Escrivá de Balaguer. Como siempre en esos programas de debate, los responsables habían intentado que entre los participantes hubiese unos que estuviesen a favor y otros en contra. El programa se desarrollaba según lo previsto. Hasta que uno de los que estaban en contra comenzó a sacar algunas historias de juventud de Escrivá de Balaguer. Intentaba desautorizar así la beatificación. Si había hecho aquellas cosas, no merecía semejante premio.

Lo curioso fue que entonces intervino un teólogo, llamado allí precisamente por ser de los de en contra. Dijo, con muy buen tino, que lo que hubiese hecho Escrivá de Balaguer en su juventud tenía relativamente poca importancia, que la santidad no es algo con lo que se nace sino algo que se va haciendo poco a poco, a base de entrega, de encuentro con Jesús, de asimilar la buena nueva del Evangelio en la propia vida. Por eso decía aquel teólogo que era relativamente poco importante lo que hubiese hecho en su juventud Escrivá, que lo importante era ver el proceso y cómo había terminado.

Lo dicho se puede aplicar perfectamente a Mateo, el apóstol y evangelista que hoy celebramos. Era un publicano cuando Jesús se lo encontró. Para entendernos, uno que había hecho el juego a los romanos invasores y colaboraba con ellos en la recaudación de impuestos. Hoy cualquiera diría que los funcionarios de Hacienda no son necesariamente malos, que tienen una profesión que es un servicio a la sociedad. Un servicio necesario. Pero no era así en aquella época. Los romanos subcontrataban el cobro de los impuestos a los publicanos. Y no se preocupaban más. Estos abusaban del pueblo porque del mismo cobro de impuestos sacaban su beneficio. Mateo era uno de estos. Uno de los explotadores que se aprovechaban de la situación para hacerse ricos a costa de los demás. Pero Jesús vino a llamar a los pecadores. Cuando Mateo se encontró con Jesús, se le abrió la puerta a una vida nueva. Escuchó el “sígueme” de Jesús y lo siguió. ¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a cambiar de vida? ¿O vamos a dejar que Jesús pasé de largo sin escucharle?

Fuente  :  https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/hoy