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EDD. miércoles 19 de septiembre de 2018.

Miércoles de la vigesimocuarta semana del tiempo ordinario

San Jenaro, obispo y mártir
Memoria libre 
Color: rojo

Jenaro, obispo de Benevento, sufrió el martirio en el año 305, durante la persecución de Diocleciano. En el siglo V, sus restos fueron trasladados a las afueras de Nápoles. La ciudad lo eligió como su protector.

Antífona de entrada

Este santo combatió hasta la muerte en defensa de la ley de Dios y no temió las amenazas de los impíos: estaba arraigado sobre roca firme.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que nos permites venerar la memoria de tu mártir san Jenaro; concédenos gozar de su compañía en la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor; pero la más grande de todas es el amor.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto    12, 31—13, 13

Hermanos:

Aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía.

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo para hacer alarde, si no tengo amor, no me sirve para nada.

El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasara jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.

Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño.

Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara.

Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.

En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor; pero la más grande de todas es el amor.

SALMO RESPONSORIAL     32, 2-5. 12. 22

R/. ¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!

Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; entonen para Él un canto nuevo, toquen con arte, profiriendo aclamaciones.

Porque la palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor.

¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se eligió como herencia!  Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Cf. Jn 6, 63c. 68c

Aleluya.

Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida; Tú tienes palabras de Vida eterna.

Aleluya.

EVANGELIO

¡Les tocamos la flauta, y no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   7, 31-35

Dijo el Señor:

¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: ¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!

Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: “¡Tiene un demonio!” Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!” Pero la Sabiduría ha sido reconocida, como justa por todos sus hijos.

Fuente  :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2018-09-19

 

REFLEXIÓN  : 

CR

Siempre tenemos una buena razón para disculparnos. Siempre encontramos el modo de justificarnos para seguir haciendo lo que nos gusta hacer, para no movernos de donde estamos o para no responder a las urgencias que nos impone el dolor y el sufrimiento de los hermanos.

Jesús lo dice, hasta con una cierta gracia, en el Evangelio de este día. Ve que sus contemporáneos no le escuchan ni le hacen caso. Prefieren mirar para otro lado. Ni danzan ni lloran. Ni escucharon a Juan Bautista ni al Hijo del hombre. Para todo encontraron razones que dejaron tranquilas sus conciencias. Su vida podía seguir tranquila. Juan el Bautista era un radical extremo. Eso, ya se sabe, no es bueno. Por el contrario, Jesús estaba con la gente, se acercaba a todos. Y claro, ya se sabe que un hombre de Dios debe mantener una cierta distancia con la gente, sobre todo con los pecadores, para poder ser creíble.

El problema es que el mensaje cristiano, en su sencillez, es radical. Absolutamente radical. Si alguno no se lo cree, puede volver atrás y leer la primera lectura. Pablo explica cuál es el carisma mejor. Habla del amor. Dice que lo demás son tonterías. Lo que vale es el amor. Sin amor todo lo demás es inútil, pérdida de tiempo. Y el amor es entrega total. Supone una preocupación constante y eficaz por el bienestar del otro. No es impuesto. No puede ser obligado por ley. Brota de dentro, de la comprensión profunda de que somos hermanos y hermanas, hijos todos de Dios, miembros de la única familia. Cuando nos damos cuenta de que el otro es siempre carne de mi carne, nace el amor, la verdadera preocupación. La vida del otro es la mía. Su libertad es la mía. Su bienestar y felicidad son míos. Si él no es libre, si no está bien, si no es feliz, yo no puedo ser libre ni estar bien ni ser feliz.

Por eso, cuando escuchamos palabras de este estilo tan radical como las de Pablo, preferimos hacer como aquellos contemporáneos de Jesús: miramos para otro lado y nos decimos a nosotros mismos alguna frase que tranquilice nuestras conciencias y nos deje seguir viviendo como antes, con nuestra pequeños odios y rencores, con nuestros egoísmos, con nuestras soledades. Y nos alejamos sin comprender que lo que Jesús nos ofrece es la única posibilidad de vivir una vida verdaderamente plena.

Fuente  :  https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/hoy