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Comentario al evangelio de hoy lunes 10 de septiembre de 2018

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 6-11

Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio». El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: «Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?». Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: «Extiende la mano». Él la extendió y quedó curado.

Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Ante el milagro de Jesús los fariseos se enojan y no pueden creer que Jesús se haya atrevido a curar en sábado. Cualquier persona que busque una excusa para criticar a otra la va a encontrar, ni siquiera Cristo se libró de esto. Pero no por eso deja de obrar el bien y prefiere enfrentarse a la desaprobación de los fariseos a dejar pasar la oportunidad de hacer el bien.

Hoy en día también encontramos muchas personas necesitadas de curación o por lo menos de ayuda. Nos podemos preguntar: «¿Y qué hace Cristo por ellos?» Sin embargo, nos olvidamos que como parte de la Iglesia, somos el cuerpo místico de Cristo y que Él nos llama a ser esas manos extendidas que levantan, esos pies que acompañan, esa boca que anima. El problema es que nos paralizamos con nuestros problemas o ante lo que los demás piensan.

¿Estoy dispuesto a hacer el bien como Jesús lo hizo?

La respuesta de Dios al pobre es siempre una intervención de salvación para curar las heridas del alma y del cuerpo, para restituir justicia y para ayudar a retomar la vida con dignidad. La respuesta de Dios es también una invitación a que todo el que cree en Él obre de la misma manera dentro de los límites de lo humano. La Jornada Mundial de los Pobres pretende ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío. Probablemente es como una gota de agua en el desierto de la pobreza; y sin embargo puede ser un signo de compartir para cuantos pasan necesidad, que hace sentir la presencia activa de un hermano o una hermana.
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de noviembre de 2018).

 

Fuente :  http://es.catholic.net/op/articulos/70925/dejar-pasar-la-oportunidad-de-hacer-el-bien.html#modal