Skip to main content

Homilía para la Eucaristía del domingo 26 de agosto de 2018.

DOMINGO XXI DEL AÑO.

Josué 24,1-2.15-18: Instalado Israel en a Tierra Prometida tiene que hacer una Opción: o por el Señor o por los dioses del lugar donde se han instalado. Israel opta por el Señor. Rzón de esta opción, el Señor hizo maravillas con ellos al salvarlos.

Efesios 5,21-33: visión cristiana del matrimonio; éste es imagen de la Alianza del Dios con su Pueblo, de Cristo con su Iglesia. Esto supone una opción.

Juan 6,61-70: reacción de algunos ante las afirmaciones de Jesús: se retiraron. Sólo unos pocos quedan con Él, optan por Él.

1.- Resumiendo lo que Jesús dijo allá en Cafarnaúm, podría decir: Jesús es el Pan vivo, bajado del cielo, que Dios da al hombre para alimentarlo. Sólo quien lo acepta por la fe se alimenta de Él. Su carne es comida y su Sangre es bebida. Esto trae consigo una unión vital con Jesús, le acarrea al oyente una vida plena, eterna. Esta enseñanza produjo reacciones distintas en los oyentes.

Escuchar la Palabra y decidir seguirla es la acción central de la vida cristiana. Esta decisión de seguirla es lo que podríamos llamar una Opción. En la vida la persona tiene que optar, saber optar para no errar.

En el caso de la vida cristiana existe una opción esencial-fundamental, que sustenta cualquier otra opción que uno pudiera hacer en la vida. Y esta opción es CRISTO, seguirlo a Él.

Si Dios gratuitamente se nos revela nosotros libremente podemos aceptar y optar por Él. La única manera que el hombre tiene de responder a la oferta de Dios es mediante la fe. Fe que supone el haber escuchado la Palabra, la oferta de Dios. Y Él es quien nos capacita para poder responder, para poder optar. Jesús lo afirma: “Nadie puede venir a Mí, si el Padre no se lo concede”.

2.- Los oyentes de Jesús reaccionaron de diversos modos. Unos rechazaron el Mensaje. “Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?” y se retiraron, le dieron la espalda, optaron por otro camino. Sólo unos pocos optan por Él. “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios”.

Y así es siempre. Los israelitas allá en Siquem optaron por el Señor, juraron fidelidad a la Alianza que el Señor les había propuesto. Según un historiador en este momento nace Israel como Pueblo de Dios. Del mismo modo, en los esposos; éstos comienzan a ser matrimonio cuando cada uno opta por el otro y se dan el sí.

Optar es elegir, pero supone también un renunciar a otras posibilidades. La opción es un acto central en la vida de toda persona, de todo creyente.

3.- En Siquem Israel optó por el Señor, pero su respuesta fue siempre fluctuante, tendiendo siempre a la idolatría, a la infidelidad.

Podría decirse que hoy existe una crisis de opción, de fidelidad. ¿Por qué esta crisis? Vivimos en la cultura llamada líquida. Ya no se cree en lo permanente, en lo estable. Todo es inestable, se cultiva lo desechable. Los compromisos no son para siempre. Hoy todo es volátil, frágil. Lo que parecía estable ya no lo es. No dejamos conducir por los sentimientos y pulsiones psicológicas, hoy todo es por química. Por eso cuesta optar, tomar decisiones estables. Hoy ha muchos desencantados: con la poítica, la religión, lo establecido. Mejor es vivir por vivir.

Nos chocan las exigencias del evangelio y se justifica lo que antes era injustificable. Los judíos = no creyentes, fueron incapaces de pasar de la comprensión puramente humana al nivel sobrenatural, propio de la fe. Lo mismo sucede hoy día. No alcanzan a traspasar, a trascender a lo divino, no creen, no conocen (a-gnosis).

4.- La pregunta que Jesús nos hace cala hondo, sigue siendo actual: “¿También ustedes quieren irse?” ¡Cuántas veces, fastidiados, hemos deseado tirar la esponja! Yo mismo, cediendo a mis impulsos, he pensado: ¿para qué seguir con esto, con el sacerdocio? Preferible vivir en paz, sin problemas. Lo mismo le sucede a muchos casados, a muchos cristianos. ¡PERO NO! Con Pedro le digo, le decimos: “Señor, ¿a dónde iremos?” Cada día hemos de optar por el Señor. Cada día los esposos deben darse el sí. Cada día los cristianos tenemos que hacer una opción de fe. La Eucaristía que celebraremos es una oportunidad para renovar nuestra opción por el Señor, nuestra Alianza bautismal, reencantarnos con nuestra fe y nuestra Iglesia.

                                                     Hno. Pastor Salvo Beas.