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EDD. jueves 23 de agosto de 2018.

Jueves de la vigésima semana del tiempo ordinario

Del Santísimo nombre de Jesús
Color: verde

Antífona de entrada            Flp 2, 10-11

Al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abismos; y toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Dios Padre, que quienes veneramos el santísimo nombre de Jesús, gozando de su dulzura en esta vida, seamos colmados en el cielo de la eterna alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Les daré un corazón nuevo e infundiré mi espíritu en ustedes.

Lectura de la profecía de Ezequiel      36, 23-28

Así habla el Señor:

Yo santificaré mi gran Nombre, profanado entre las naciones, profanado por ustedes. Y las naciones sabrán que Yo soy el Señor -oráculo del Señor- cuando manifieste mi santidad a la vista de ellas, por medio de ustedes.

Yo los tomaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los países y los llevaré a su propio suelo. Los rociaré con agua pura, y ustedes quedarán purificados. Los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus ídolos.

Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que sigan mis preceptos, y que observen y practiquen mis leyes.

Ustedes habitarán en la tierra que Yo he dado a sus padres. Ustedes serán mi Pueblo y Yo seré su Dios.

SALMO RESPONSORIAL   50,12-15. 18-19

R/. Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados.

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti.

Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio es un espíritu contrito, Tú no desprecias el corazón contrito y humillado.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Cf. Sal 94, 7d. 8a

Aleluya.

Si escuchan la voz del Señor, no endurezcan el corazón. Aleluya.

EVANGELIO

Inviten al banquete nupcial a todos los que encuentren.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    22, 1-14

Jesús se dirigió a los sumos sacerdotes y fariseos, diciendo esta parábola:

El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero éstos se negaron a ir.

De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: “Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas”. Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.

Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: “El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren”.

Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.

Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. “Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?” El otro permaneció en silencio. Entonces el rey dijo a los guardias: “Átenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes”.

Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos.

 

Fuente  :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2018-08-23

 

REFLEXIÓN

Dios no se da por vencido, invita a la alegría de su Reino, al banquete de bodas, a su pueblo Israel, pero este pueblo, que era libre por voluntad del mismo Señor no «quisieron ir a la boda». Y como su amor a los hombres es como una avalancha incontenible, extiende su llamada a toda la humanidad. Quiere que todos lo sepan, que nadie se sienta excluido: «Id ahora a los cruces de los caminos». Quiere que los que vayan creyendo en Él no guarden para ellos esa alegría, sino que la repartan, la contagien. La iglesia es misionera, se echó a andar por los caminos del mundo: «los criados salieron a los caminos». Sin más poder que la Palabra desarmada del Señor, sin más comida ni dinero en el zurrón que una inmensa confianza en el Padre y un amor desbordado a la gente. Quiere Jesus, que sus misioneros, que todos nosotros, llevemos esa buena noticia para que se vuelva a encender la esperanza en el corazón de muchos hombres, especialmente de los más pobres, de los peores tratados por la vida, para que, algún día, florezca de nuevo la sonrisa.

Pero hay en este evangelio un detalle que desconcierta: Dios reparó en uno que no tenía traje de fiesta y fue echado de malas manera fuera del banquete. ¿Qué nos querrá decir Jesús de importante con este gesto? Jesus está queriendo que comprendamos que no por el hecho de abrir la invitación a todo el mundo está Dios «malbaratando» su Reino. No se está ofreciendo el banquete a precio de saldo, para que la sala se llene a toda costa. Quiere Dios que todo el que entre a disfrutar de su banquete, lo haga con plena libertad, con plena lucidez, con el «traje» de la fe. Quiere personas en su Reino, no borregos.

Que cuando hoy nos sentemos en su mesa y celebremos la eucaristía, antes de echarnos el Pan a la boca, miremos alrededor para ver que hay, todavía, demasiados puestos vacíos. Y eso, a mí me duele ¿y a ti?

¡Paz y Bien!

Fuente :  https://ofmfranciscanos.com/la-palabra/96-dios-quiere-personas-en-su-reino-no-borregos