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EDD. martes 31 de julio de 2018

Martes de la decimoséptima semana del tiempo ordinario .-

San Ignacio de Loyola, presbítero
Memoria obligatoria 
Color: blanco

Ignacio de Loyola (1491-1556) nació en el País Vasco. Militar de profesión, abandonó la milicia de los Tercios españoles, después de ser herido en una hazaña guerrera durante el cerco de Pamplona. Fundó, en 1534, la Compañía de Jesús que, desde un comienzo, buscó la expansión y el crecimiento del Reino de Dios: pastores, misioneros, teólogos, educadores fueron impulsados por el espíritu apostólico y misionero de san Ignacio.

Los Ejercicios espirituales, redactados por él en la Cueva de Manresa, trazan un camino a quien quiere consagrar su vida a “la mayor gloria de Dios”.

Antífona de entrada            Flp 2, 10-11

Al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abismos; y toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, para difundir la mayor la gloria de tu nombre suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio; concédenos que, después de las luchas de esta vida, con su protección y siguiendo su ejemplo, merezcamos compartir su triunfo en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Acuérdate, Señor, no rompas tu Alianza con nosotros.

Lectura del libro de Jeremías    14, 17-22

Que mis ojos se deshagan en lágrimas, día y noche, sin cesar, porque la virgen hija de mi pueblo ha sufrido un gran quebranto, una llaga incurable.

Si salgo al campo abierto, veo las víctimas de la espada; si entro en la ciudad, veo los sufrimientos del hambre. Sí, hasta el profeta y el sacerdote recorren el país y no logran comprender.

¿Has rechazado del todo a Judá? ¿Estás disgustado con Sión?

¿Por qué nos has herido sin remedio?

Se esperaba la paz, ¡y no hay nada bueno…! el tiempo de la curación, ¡y sobrevino el espanto! Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti.

A causa de tu Nombre, no desprecies, no envilezcas el trono de tu Gloria: ¡acuérdate, no rompas tu Alianza con nosotros! Entre los ídolos de las naciones, ¿hay alguien que haga llover? ¿Es el cielo el que envía los chaparrones? ¿No eres Tú, Señor, nuestro Dios?

Nosotros esperamos en ti, porque eres Tú el que has hecho todo esto.

SALMO RESPONSORIAL    78, 8-9. 11. 13

R/. ¡Por el honor de tu Nombre, líbranos Señor!

No recuerdes para nuestro mal las culpas de otros tiempos; compadécete pronto de nosotros, porque estamos totalmente abatidos.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu Nombre.

Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos, preserva con tu brazo poderoso a los que están condenados a muerte.

Y nosotros, que somos tu pueblo y las ovejas de tu rebaño, te daremos gracias para siempre, y cantaremos tus alabanzas por todas las generaciones.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya.

La semilla es la Palabra de Dios, el sembrador es Cristo; el que lo encuentra permanece para siempre. Aleluya.

EVANGELIO

Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   13, 36-43

Dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña en el campo”.

El les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo, del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles.

Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviara a sus ángeles, y éstos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre.

¡El que tenga oídos, que oiga!”

 

Fuente  :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2018-07-31

 

Reflexión Evangelio San Mateo 13:36-43.

 

Las parábolas evangélicas son breves narraciones que Jesús utiliza para anunciar los misterios del Reino de los cielos.

En el fragmento que hoy leemos del Evangelio, el Señor explica la parábola del trigo y la cizaña, respondiendo a las preguntas de sus discípulos.

El destino de la cizaña es el horno, el destino del trigo bueno es brillar como el sol en el Reino de los Cielos.

Cizaña y trigo crecen juntos hasta el momento de la siega. Allí su destino será muy diverso el uno del otro, antes parecían recibir igual trato.

Así ocurre en el mundo. Buenos y malos conviven bajo el sol. Es un misterio que Dios permita la acción del diablo y la malicia de los pervertidores.

Muchas veces parece que a los malos sonríe la fortuna. Pero en el juicio final no será así. Allí se harán actuales las bienaventuranzas que el Señor nos ha enseñado.

Allí lo puros, los mansos, los perseguidos, los humildes, los que lloran, los que sufren en este mundo serán bienaventurados. Y ay de aquellos que gozaban en la tierra viviendo de espaldas a Dios y a sus prójimos. A estos, si no se arrepienten a tiempo, espera la condenación eterna.

Esta parábola nos llama a vivir profundamente tres virtudes: Vigilancia, Paciencia y Esperanza.

1- Vigilancia de los pensamientos y actos propios.

Es absurdo engañarnos a nosotros mismos y pretender engañar a los demás, porque a Dios no se le engaña.

No podemos ser indiferentes al llamado a la santidad. Sabemos que existe el cielo y el infierno para los que acepten o rechacen el Reino.

“Tenemos que estar preparados para custodiar la gracia recibida desde el día del Bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces.” (SS. BENEDICTO XVI – ÁNGELUS – Domingo 17 de julio de 2011).

Conviene pensar todos los días en nuestras Postrimerías (nuestra Muerte, el Juicio final, el Infierno de los condenados y la Gloria de los salvos), y sobre todo en la oración de la mañana al despertarnos, a la noche antes de acostarnos, y siempre que nos sintiéremos tentados, porque este pensamiento es muy eficaz para poder escapar del pecado.

2- Paciencia frente a los actos de los prójimos alejados de Dios.

Dios castiga al perverso, pero es paciente y espera la conversión. San Agustín, observa que que «muchos primero son cizaña y luego se convierten en trigo».

Sin la paciencia todo sería destruido, el trigo bueno y la hierba mala, y el campo correría el riesgo convertirse en un desierto.

No debemos escandalizarnos ante la presencia del mal en el mundo; el mal será derrotado para siempre en la última fase del reino. En la fase inicial se trata de sembrar, en la intermedia de vigilar, sólo en la fase definitiva será tiempo de cosechar.

3- Esperanza en las promesas de Cristo.

Debemos vivir siempre en la Esperanza, que es una virtud sobrenatural, infundida por Dios en nuestra alma, y con la cual deseamos y esperamos la vida eterna que Dios ha prometido a los que le sirven, y los medios necesarios para alcanzarla.

Recordemos con San Agustín que: “Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar, te enseña a que hagas cuanto puedes, y a que pidas lo que no puedes”.

A la Virgen Santa, nos encomendamos, con mucha esperanza y confianza en Dios, sabiendo que el Reino de los Cielos siempre viene, vence y se afirma, cuando el hombre se deja guiar por Dios con humildad.

Fuente  :  https://santavirgenmaria.com/2017/07/31/la-reflexion-del-evangelio-san-mateo-1336-43-catolico/