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Homilía para la Eucaristía del domingo 29 de julio de 2018.

Hermanos, mucha paz y bien en el Señor.

DOMINGO XVII DEL AÑO.

2Reyes 4,4-44: En esta sección de la Sagrada Escritura se narran los milagros de Eliseo. Aquí el profeta multiplica los panes. Con esto demuestra que es el Señor y no los dioses paganos el que alimenta a su Pueblo.

Juan 6,1-15: la multiplicación de los panes en la versión de Juan. Algunos detalles: tanto en Eliseo como aquí el pan es de cebada. Es señal  de que Jesús trae el nuevo alimento: el “pan de vida”. Y se realiza al acercarse la Pascua.

 

1.- La Sagrada Escritura resalta con fuerza el poder de Dios en situaciones límites. Así, por ejemplo, tenemos algunas situaciones límites: mujeres estériles y maridos ancianos destinados a ser padres; personajes inexpertos, débiles, limitados, destinados a un ministerio difícil (ej.: Moisés era tartamudo); el enfrentamiento de una persona débil con un poderoso: David-Goliat, Judit-Holofernes. En estos y otros casos se quiere resaltar la desproporción entre los medios humanos y lo que se pretende conseguir. De esta manera aparece con fuerza el poder de Dios, el único que salva.

En la primera lectura, la desproporción entre 20 panes y 100 hombres. En el evangelio la desproporción es mayor, 5 panes y 2 peces para unos cinco mil hombres. ¿Cuál es la intención de todo esto? Sólo Dios es Dios y sólo Él puede salvar. En el caso del evangelio se nos muestra a Jesús que trae vida.

2.- En los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas (los Sinópticos) la idea de Reino de Dios domina toda la predicación de Jesús. En cambio en el evangelio de Juan predomina la idea de “Vida eterna”. Jesús trae el Reino de Dios, lo que equivale a decir: trae la Vida eterna. Así aparece en varios diálogos de Jesús y en las curaciones que realiza. Jesús manifiesta la obra del Padre, que siempre crea y da vida. Jesús nos trae una vida plena-eterna. Vida que no está relegada al más allá, sino es para ahora, para todo aquel que lo acepta en la fe.

Si en el Antiguo  Testamento la salvación – el Reino es significado con el Banquete, también los Sinópticos quieren significar el Reino con el banquete gratuito. Juan quiere significar con esta señal que Jesús es quien trae la vida a su Pueblo, a la humanidad. Es una vida en abundancia. Es interesante lo que dice el texto: “la gente al ver el signo que Jesús acababa de hacer, decía: este es verdaderamente el Profeta que debe venir al mundo”. El signo provoca una fe, pero imperfecta, ya que lo quieren hacer rey.

3.- La multiplicación de los panes evoca la conmemoración de la Pascua, cuando Israel salió de Egipto. No sin razón el texto dice que se acercaba la Pascua. También evoca el Maná y las murmuraciones en el desierto. En Jesús y con Jesús Dios alimenta a su pueblo.

“Al levantar los ojos”, gesto que indica expectación, vio a la multitud que acudía a Él. Multitud que busca a Jesús porque tiene hambre.  Tal vez ni ellos mismo se dan cuenta qué tipo de hambre tienen, pero es un hambre de felicidad, hambre de plenitud. El hombre cuando no puede satisfacer esta hambre, busca hasta en los tarros de la basura, busca la comida chatarra, que no alimenta. ¡Cuántas veces echamos mano de cualquier cosa para satisfacer esta hambre de felicidad: el dinero, las cosas, lo esotérico, etc.

Jesús levanta los ojos y ve esta multitud que lo busca. ¿Qué hacer?  Aquí aparece la desproporción: de un poco de pan y dos pescados come una multitud. Así actúa Dios, el Señor.

4.- Esta señal nos indica que el Señor quiere invitarnos a un banquete abundante y gratuito. Se trata del Reino de Dios, que es para todos. Pero hoy existen pocas señales del Reino: la exclusión, la cesantía, el hambre, el despilfarro, el acaparamiento de unos pocos, cuando se impide a muchos entrar al banquete de la vida y se los aborta. Todo esto es No-Reino de Dios, es muerte, No vida en plenitud. Y Jesús trae y quiere lo contrario. Jesús ha venido para que tengamos vida en plenitud.

Si cada uno de nosotros aportara de sí lo que tiene se produciría una nueva multiplicación en la sociedad, en el mundo.

Hoy el Señor nos multiplica el pan, ya lo sabemos. Pero no basta con esto. No le quitemos a la Eucaristía la dimensión social que tiene.  Que se note que hemos celebrado la santa Cena en que nosotros la vamos a proyectar en nuestro entorno, siendo más solidarios y caritativos.

Hermano Pastor Salvo.