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Homilía para la Eucaristía del Domingo 14 de enero de 2018

 
Queridos hermanos, paz y bien. Pronto llegará a Chile el santo Padre Francisco. Les insto a rezar mucho por él, para que su visita sea provechosa para nuestra tan vilipendiada Iglesia chilena. Pidamos al Padre Dios que proteja al Papa de tanto ataque gratuito, de tanta mentira, que no sólo hiere a él, sino a todos los católicos. Paz y Bien para todos.

DOMINGO SEGUNDO DEL AÑO

Samuel 3,3-10.19: La vocación de Samuel. Se destaca lo siguiente:

  • La inexperiencia de fe en Samuel y desconocimiento de la Palabra de Dios.
  • La asesoría de Elí, el anciano, para discernir.
  • Una vez discernido, la respuesta generosa de Samuel y disposición a escuchar al Señor.

Juan 1, 35-42: uno de los tantos encuentros-llamados que se hallan en el evangelio. Es el proceso fundamental y típico de cualquier vocación cristiana.

1.- Encontramos hoy un mensaje clave: la vocación. El Señor siempre está llamando. Podemos distinguir dos tipos de llamados: un llamado natural y un llamado sobrenatural.. Sin pretender agotar el tema, entre los llamados naturales está el llamado a la vida. Si existimos es porque fuimos llamados a la existencia por Dios. El es quien llama, pero se vale de mediaciones.  A este llamado la respuesta la dan los padres. Entre los llamados sobrenaturales tenemos el llamado a la fe, el ser discípulos, a determinado estilo y forma de vida. Porque la vida en matrimonio es una vocación, la vida en celibato es una vocación, la vida al servicio ministerial es una vocación. Dios es quien llama y cada uno responde generosamente a este llamado.

2.- La vida cristiana es una vocación, es el Señor quien nos llama a su seguimiento. La respuesta nuestra es una respuesta de fe, y a partir de esta fe es que hacemos una opción esencial: optamos por el Señor.

Llama la atención la pregunta de Jesús: ¿Qué buscan?  También aparece esta pregunta al inicio de su Pasión (18,4) y en su Resurrección (20,15). Pregunta que se le hace al que se acerca a la comunidad: ¿A quién buscas? Hoy muchos están como a ciegas, buscan y no saben qué buscar y a quién buscar. Jesús pregunta y ellos se interesan por El. Es el momento culminante: Jesús los invita a quedarse con Él, es decir, la convivencia con Jesús es fundamental para reconocerlo y anunciarlo. Quien no conoce al Señor no lo puede anunciar; hay que compartir con El, como los Apóstoles, como Zaqueo, el cual al admitir en su espacio a Jesús lo reconoció y se convirtió.

3.- Jesús invita-llama a su seguimiento. También nosotros somos llamados a ser sus discípulos. Jesús conoce a quien llama; llama, pero al mismo tiempo  da una tarea, una misión.

Jesús cambia el nombre a Simón; eso expresa un cambio de identidad, es decir, una nueva vocación y misión. Como Pedro, todo discípulo recibe por el poder salvador de Jesús, un nombre nuevo, una identidad nueva para vivir la vocación.

San Pablo en la carta a los Efesios 4,1 dice: “los exhorto a comportarse en coherencia con la vocación a la que han sido llamados”.

Todos hemos sido llamados; más aún, hemos sido convocados, de modo que como Pueblo de Dios podamos vivir un estilo nuevo de vida. La vocación de Israel fue ser santo, es decir, diferente al resto de los pueblos. La vocación de los cristianos también es ser santos, diferentes. De ahí lo que nos dice san Pablo en la segunda lectura de hoy: tener una conducta sexual diferente al resto de los paganos.

4.- Dios nos llama. ¿Hemos escuchado su llamado? ¿Hemos discernido qué nos pide el Señor? Es imprescindible el discernimiento para saber vivir de acuerdo a lo que Dios nos pide. De lo contrario andamos a la deriva. ¿Hemos sabido vivir de acuerdo con la vocación que se nos dio? Es decir, como seguidores de Cristo.

Este Eucaristía nos ayude a vivir lo que la Palabra nos enseña. Compartimos con El, nos asimilamos con Él, para darlo a conocer mejor.

                                                  Hermano Pastor Salvo Beas.