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Homilía para la Eucaristía de la Noche de Navidad ( Misa del Gallo. ).

Felicidades para todos.
Un abrazo. Hermano Pastor.

Homilía para la Noche de Navidad.

 
Isaías 9,1-6: Un contra punto: donde hay tinieblas brilla la luz. Galilea está devastada y sumida en tinieblas; allí es donde primero brillará la luz, reinará la paz. ¿Cómo? ¿Cuándo? El nacimiento de un Niño misterioso a quien se le dará todo el poder, y con atributos carismáticos.
Tito 2,11-14: la presencia de Cristo en el mundo es gracia, fuente salvación.
Lucas 2,1-14: se nos da una Buena Noticia: nos ha nacido un Salvador: Mesías y Señor.
1.- Hoy celebramos el gran acontecimiento: nos ha nacido el Mesías, es decir, el Ungido de Dios, cuya misión es comunicar la vida, el amor y la paz. Nos ha nacido un Niño que es el SEÑOR, título que el Antiguo Testamento utiliza exclusivamente para YAHVEH = Dios. Este Niño, que nace sin brillo, lo es todo; eso quiere proclamar san Lucas. ¿Y a quiénes? A los pastores, a los pobres de la sociedad, los que tienen ojos y oídos sencillos, ellos saben entender a la Palabra hecha carne. Más adelante Jesús, lleno de gozo exclamará: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo ocultado estas cosas  a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños” (Lucas 10,21). Es que esa es la manera de actuar del Señor. El actúa por medio de lo humilde, lo sencillo, y así da a conocer su benevolencia a la humanidad.
Nos ha nacido un Niño, que es el Príncipe de la Paz, de esa Paz verdadera, la que sólo el Señor sabe y puede dar.
 
2.- Con Jesús ha brillado la luz no sólo en la región norte de Israel, sino en todo el mundo, porque la humanidad toda yacía bajo las sombras de la muerte. Este Niño es la luz del mundo. La noche ya no es el imperio de la oscuridad, sino de la luz. Y es lo que la gente quiere expresar al encender luces en sus casas.
No queremos tinieblas, no queremos la oscuridad. No queremos que reine la mentira, el pillaje, la corrupción: todo es tiniebla.
No queremos que reine el odio, la violencia, la guerra y los enfrentamientos: todo eso es tiniebla.
No queremos que reine la ignorancia, la superstición y el miedo: todo es tiniebla. ¡Cuántas veces  nos hemos dejado dominar por las tinieblas!
 
3.- Esta mañana decía que la noche es tiempo de salvación. Esta es la Noche buena, la noche santa, en la que ha brillado la luz de Cristo en nosotros. Dejémonos iluminar por El.
Con gozo celebremos este misterio, esta noche que en realidad es y debe ser Noche de Paz, Noche de amor.
Cristo es nuestra Paz y nuestro amor. A El celebramos y a El recibimos.
Hermano Pastor Salvo Beas.