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Homilía para la Eucaristía del domingo 12 de noviembre de 2017

Fuente :  https://www.laicoscapuchinos.cl/laicos/index.php/category/homilia-del-domingo/
Hermanos, un cordial saludo. Recuerdo que estamos en el Mes de María, el que se reza todos los días de lunes a sábado de 11’30 a 12 (santa Misa) y de 19 a 19’30 (santa Misa).
Hoy iniciamos la Campaña de la Canasta de Navidad que irá en beneficio de familias necesitadas del sector. Gracias.
DOMINGO XXXII.
 
 
Sabiduría 6, 13-17: la Sabiduría de Dios atrae a los hombres, deja ver fácilmente y el hombre ama y busca la sabiduría. La Sabiduría de Dios es un anticipo de la verdadera Sabiduría del Padre: Jesús.
Mateo 25,1-13: Parábola que ilustra la actitud que hay que tener para participar en el Reino.
1.- Ya sabemos que el Reino de Dios es como un Banquete de bodas. La imagen de por sí es elocuente. El Esposo viene a celebrar la boda. Es decir, Jesús viene a encontrarse con su Esposa, que es la Iglesia. La imagen de las jóvenes viene a significar la presencia de la comunidad de los creyentes. En toda comunidad cristiana hay miembros con disposiciones diversas.
El domingo pasado el evangelio nos mostraba la actitud que había que tener para vivir o sentarse a la mesa del Reino: la fraternidad y la humildad. Ya que en la comunidad cristiana todos somos hermanos, ninguno es padre, ni doctor ni maestro. Hoy la Palabra da un paso y nos muestra cómo debemos estar los que pertenecemos a comunidad del Reino: atentamente vigilantes, saber esperar. Saber esperar de una manera positiva, activa. No sabemos ni el día ni la hora. Lo único que sabemos que El va a venir.
2.- La espera está significada en la lámpara y el aceite. Es decir, hay que estar preparados: tener la lámpara y el aceite. No basta la lámpara; es necesario el aceite para que ésta ilumine. No basta con las estructuras, el tener buenos esquemas, es necesaria la presencia de la caridad. No basta con estar en la comunidad, hay que brillar. A pesar de que algunos han sido llamados desde el principio a formar parte de la comunidad, si no están vigilantes serán separados de la comunidad.
La Sabiduría sale al encuentro del hombre, pero éste debe buscarla y velar por ella Y esta Sabiduría no es otra que la presencia del Señor. No basta con saberlo, hay que anhelar su presencia.
3.- Hay en la comunidad muchos que son como las jóvenes descuidadas, no son previsoras; les falta una esencial actitud de colaboración para participar en el Reino.
En la carta a los Efesios 4,1 san Pablo nos exhorta que vivamos de acuerdo con la vocación a la que hemos sido llamados. Cuando alguien no vive de acuerdo a su vocación entre en crisis. Nuestra vocación como cristianos es tener las lámparas encendidas, ser luz para este mundo en tinieblas, ser sal para esta sociedad sin sabor alguno.
Hay algunos que se conforman con tener la lámpara, pero no se preocupan del aceite. El aceite es la vida de Dios, su amor, que todo lo vivifica y engrandece. Sin Amor nada somos.
4.- Las jóvenes imprudentes no sólo no llevaban el aceite, sino también se quedaron dormidas. ¡Cuidado! Camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Que la Iglesia no sea un nido de camarones dormidos, porque se los lleva la corriente de este mundo. Y con muchos ya ha sucedido.
¡Viene el Esposo, salgan a su encuentro! Quien desea espera y vigila. Nosotros esperamos que El venga hoy. No estemos desprevenidos. Al contrario, con el salmo digamos: “Mi alma tiene sed de Ti, Señor”. O también: “Ven, Señor Jesús”.
                                                           Hermano Pastor Salvo Beas.