Homilía para la eucaristía del domingo 13 de agosto de 2017.
Mucha Paz y Bien a todos. El Señor los colme de bendiciones. Pastor.
DOMINGO XIX.
1Reyes 19,9.11-13: Dios se manifiesta a Elías en el Horeb, pero no está en el huracán, ni en el terremoto, ni el fuego, sino en la suave brisa. ¿Por qué? Porque así es Dios: suave, y quiere que su Profeta sea suave con todos.
San Mateo 14,22-33: dos aspectos, dos escenas:
- Jesús a solas con el Padre en la oración.
- Jesús calma a sus discípulos. Él está por encima de la tempestad; Él es Dios.
1.- Llama la atención el que Jesús obligue a sus discípulos a subir a la barca y cruzar el lago. ¿Por qué? El texto dice que Él quería estar a solas, pero con su Padre; Jesús siente la necesidad de estar a solas con su Padre. Con esto Él nos da a entender que es imprescindible para nosotros que estemos en contacto con Dios. Ya que, por más que el hombre progrese y se libere de muchas cosas, necesita de Dios. Es cierto que el hombre moderno, gracias a la ciencia, tiene mayor autonomía, ha logrado liberarse de muchos miedos, incluso de miedos religiosos. Pero esto no significa que se las pueda solo. Si cae en esto, entonces cae en el ateísmo. Un cristiano moderno se siente liberado de muchos miedos, de muchas supersticiones, pero tiene fe en el Señor.
2.- La imagen de la barca agitada por los elementos está indicando sufrimiento, agitación…porque ha caído la noche y la tormenta arrecia. Todo indica temor y muerte. Pero es al amanecer cuando Dios interviene, el Señor infunde calma. Esto presagia otra intervención, otro acontecimiento salvador más importante: la muerte vencida por la vida en la resurrección de Jesús.
Jesús se muestra superior al mal, camina sobre las aguas. Como dice un salmo: “El Señor está por encima de la tempestad”.
Este cuadro nos muestra la experiencia de la Iglesia, que navega a veces por aguas turbulentas. Las aguas llegan incluso cubrir la nave, literalmente, el agua nos llega hasta el cuello.
También se aplica esta imagen al discípulo, al creyente. En la vida espiritual, vida de fe, se habla a veces de vivir en tinieblas, estar en una noche oscura, estar en un túnel oscuro sin vislumbrar la luz.
3.- En estas circunstancias no es conveniente caminar o tomar una decisión precipitada. Puede suceder lo que a Pedro. No basta el entusiasmo, como tampoco es buena la depresión. A veces nos asustamos por la dificultad, no alcanzamos a vislumbrar a Dios. Creemos encontrarlo en lo espectacular, y no nos damos cuenta que Él está en el murmullo de una suave brisa. Debemos saber actuar con fe. Precisamente Jesús reprochó a apóstol Pedro su poca fe. Tuvo miedo…dudó. No es bueno dejar entrar el miedo, la angustia, la duda. El mejor antídoto es la FE, el asegurarse en algo firme, sólido, estable. ¿Y qué es más firme que una roca? Dios es nuestra Roca salvadora. La noche, por larga que sea, pasa y amanece la luz.
4.- Jesús se acerca a nosotros, a la Iglesia. A todos nos dice lo mismo: “Tranquilícense, soy Yo; no teman”. Como dice el salmo responsorial, “el Señor promete la paz para su Pueblo y sus amigos”. Tal vez no desaparezcan los problemas, pero con fe y paz los problemas se pueden enfrentar y sobrellevar.
“En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó”. La presencia del Señor siempre infunde paz, ya que trae salvación.
Dejemos que el Señor suba a nuestra barca. Esa barca eres tú, es tu casa, tu familia, es tu entorno, es la comunidad, es la Iglesia.
El está presente e infunde calma porque El está conectado directamente con su Padre. ¿Y nosotros qué esperamos para ser o estar conectados a Él? Todo esto es posible aquí y ahora por medio de la santa comunión. Acerquémonos con fe.
Hermano Pastor Salvo Beas.