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EDD. sábado 29 de julio de 2017.

Fuente :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2017-07-29
Sábado de la decimosexta semana del tiempo ordinario
Santa Marta
Memoria obligatoria 
Color: blanco
Marta aparece tres veces en el Evangelio: en la cena de Betania cuando, con María su hermana, acoge a Jesús en su casa; en la resurrección de su hermano Lázaro, cuando profesa su fe en Jesús y, finalmente, en el banquete ofrecido al Señor, seis días antes de la Pascua. En cada circunstancia, el relato del evangelio destaca su rol de dueña de casa.
Antífona de entrada Cf. Lc la, 38
 
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, cuyo Hijo aceptó hospedarse en la casa de santa Marta; concédenos, por su intercesión, que sirviendo fielmente a Cristo en nuestros hermanos, podamos ser recibidos por ti en la morada eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Ésta es la sangre de la Alianza que el Señor hace con ustedes-
Lectura del libro del Éxodo     24, 3-8
Moisés fue a comunicar al pueblo todas las palabras y prescripciones del Señor, y el pueblo respondió a una sola voz: “Estamos decididos a poner en práctica todas las palabras, que ha dicho el Señor”.
Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación de las doce tribus de Israel. Después designó a un grupo de jóvenes israelitas, y ellos ofrecieron holocaustos e inmolaron terneros al Señor, en sacrificio de comunión. Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. Luego tomó el documento de la Alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: “Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho”.
Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: “Ésta es la sangre de la Alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas”.
Salmo responsorial     49, 1-2. 5-6. 14-15
R/. ¡Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza!
El Dios de los dioses, el Señor, habla para convocar a la tierra desde la salida del sol hasta el ocaso. El Señor resplandece desde Sión, que es el dechado de toda hermosura.
“Reúnanme a mis amigos, a los que sellaron mi Alianza con un sacrificio”. ¡Que el cielo proclame su justicia, porque el Señor es el único Juez!
Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza y cumple tus votos al Altísimo; invócame en los momentos de peligro: Yo te libraré, y tú me glorificarás.
EVANGELIO
Aclamación al Evangelio     Sant 1, 21bc
Aleluya.
Reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos. Aleluya.
EVANGELIO
Dejen que crezcan juntos hasta la siega.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo      13, 24-30
Jesús propuso a la gente esta parábola:
El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: “Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?”.
Él les respondió: “Esto lo ha hecho algún enemigo”.
Los peones replicaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” “No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero”.

Reflexión :
Fuente :  http://ocarm.org/es/content/lectio/lectio-divina-mateo-1324-30
• El evangelio de hoy nos presenta la parábola del trigo y la cizaña. Tanto en la sociedad como en las comunidades y en nuestra vida personal y familiar, todo está mezclado: cualidades buenas e incoherencias, límites y fallos. En nuestras comunidades se reúnen personas de diversos orígenes, cada una con su historia, con su vivencia, con su opinión, con sus anhelos, con sus diferencias. Hay personas que no saben convivir con las diferencias. Quieren ser juez de los demás. Piensan que sólo ellas están en lo cierto, y que los demás se equivocan. Hoy, la parábola del trigo y la cizaña ayuda a no caer en la tentación de querer excluir de la comunidad a los que no piensan como nosotros.
• El telón de fondo de la parábola del trigo y la cizaña. Durante siglos, por causa de la observancia de las leyes de pureza, los judíos habían vivido separados de las demás naciones. Este aislamiento marcó su vida. Y hasta después de haberse convertido, algunos seguían estas mismas observancias que los separaban de los demás. Ellos querían la pureza total. Cualquier señal de impureza debía de ser extirpado en nombre de Dios. “No puede haber tolerancia con el pecado”, así decían. Pero otros como Pablo pensaban que la Nueva Ley de Dios traída por Jesús estaba pidiendo ¡el contrario! Ellos decían: «¡No puede haber tolerancia con el pecado, pero hay que ser tolerantes con el pecador!»
• Mateo 13,24-26: La situación: el trigo y la cizaña crecen juntos. La palabra de Dios que hace nacer la comunidad es la buena semilla, pero dentro de las comunidades aparecen siempre cosas que son contrarias a la palabra de Dios. ¿De dónde vienen? Era ésta la discusión, el misterio que llevó a conservar y recordar la parábola del trigo y de la cizaña.
• Mateo 13,27-28a: El origen de la mezcla que hay en la vida. Los empleados preguntan al dueño: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?” El dueño respondió: Un enemigo lo hizo. ¿Quién es este enemigo? El enemigo, el adversario, satanás o diablo (Mt 13,39), es aquel que divide, que desvía. La tendencia de división existe dentro de la comunidad y existe en cada uno de nosotros. El deseo de dominar, de aprovecharse de la comunidad para subir y tantos otros deseos interesados, dividen, son del enemigo que duerme en cada uno de nosotros.
• Mateo 13,28b-30: La reacción diferente ante la ambigüedad. Ante la mezcla entre bien y mal, los siervos querrían arrancar la cizaña. Pensaban: «Si dejamos a todo el mundo dentro de la comunidad, ¡perdemos nuestra razón de ser! ¡Perdemos nuestra identidad!» Querían expulsar a los que pensaban de forma diferente. Pero no era ésta la decisión del Dueño de la tierra. El dice: «¡Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega!» Lo que va a decidir, no es lo que cada uno habla y dice, sino que cada uno vive y hace. Es por el fruto producido que Dios nos juzgará (Mt 12,33). La fuerza y el dinamismo del Reino se manifiestan en la comunidad. Aún siendo pequeña y llena de contradicciones, la comunidad es una señal del Reino. Pero no es dueña ni señora del Reino, no puede considerarse totalmente justa. La parábola del trigo y de la cizaña explica la manera en que la fuerza del Reino actúa en la historia. Es preciso hacer una opción clara por la justicia del Reino y, al mismo tiempo, junto con la lucha por la justicia, tener paciencia y aprender a convivir y a dialogar con las contradicciones y con las diferencias. En el momento de la siega, se hará la separación.
• La enseñaza en parábolas. La parábola es un instrumento pedagógico que usa la vida cotidiana para mostrar que la vida nos habla de Dios. La realidad se vuelve transparente y hace que la gente tenga una mirada contemplativa. Una parábola apunta hacia las cosas de la vida y, por esto mismo, es una enseñaza abierta, pues de las cosas de la vida todo el mundo tiene experiencia. La enseñanza en parábolas hace que la persona parta de la experiencia que tiene: semilla, sal, luz, oveja, pajarillo, flor, mujer, niño, red, pez, etc. Así, la vida cotidiana se vuelve transparente, reveladora de la presencia y de la acción de Dios. Jesús no solía explicar las parábolas. Dejaba que el sentido de la parábola quedara abierto y no lo determinaba. Señal de que creía en la capacidad que la gente tenía de descubrir el sentido de la parábola desde su experiencia de vida. De vez en cuando la petición de los discípulos, explicaba el sentido (Mt 13,10.36). Por ejemplo, como hace con la parábola del trigo y la cizaña (Mt 13,36-43).
4) Para la reflexión personal
• ¿Cómo se manifiesta en nuestra comunidad la mezcla del trigo y de la cizaña? ¿Qué consecuencias trae para nuestra vida?
• Mirando en el espejo de la parábola, ¿a quién me parezco más: a los siervos que quieren arrancar la cizaña antes de tiempo, o al dueño que manda esperar hasta la siega?