Skip to main content

EDD. jueves 13 de julio de 2017.

Fuente :  http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2017-07-13

Jueves de la decimocuarta semana del tiempo ordinario

Santa Teresa de Los Andes, virgen
Fiesta
Color: blanco
Nació en Santiago de Chile el 13 de Julio de 1900 y fue bautizada con el nombre de Juanita Fernández Solar. Cursó sus estudios en el Colegio del Sagrado Corazón de Santiago. En 1919, ingresó en la Orden de las Carmelitas Descalzas de Los Andes.
Alegre, servicial, comunicativa y bromista, puso todo su amor en Cristo, en la Eucaristía, en la Virgen y en la oración. Buscó siempre ofrecer su vida a Jesús, a favor de la humanidad. Murió el 12 de abril de 1920, a los 19 años de vida y a los once meses de carmelita.
Fue beatificada en Santiago de Chile en 1987 y canonizada el 21 de marzo de 1993.
Antífona de entrada
Esta es una Virgen sabia y prudente, que salió a recibir a Cristo con la lámpara encendida.
Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso, alegría de los santos, que encendiste el corazón juvenil de santa Teresa (de Jesús de Los Andes) con el fuego del amor virginal a Cristo y a su Iglesia y la hiciste testigo gozoso de la caridad, aun en medio de los sufrimientos; concédenos, por su intercesión, que también nosotros proclamemos de palabra y de obra el Evangelio de la caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Yo te desposaré para siempre.
Lectura de la profecía de Oseas   2, 14-20
Así habla el Señor:
Devastaré su viña y su higuera, de las que ella decía: “Este es el salario que me dieron mis amantes”. Las convertiré en una selva y las devorarán los animales del campo.
Le pediré cuenta por los días de los Baales, a los que ella quemaba incienso, cuando se adornaba con su anillo y su collar e iba detrás de sus amantes, olvidándose de mí –oráculo del Señor-.
Por eso, yo la seduciré, la llevaré al desierto y le hablaré a su corazón. Desde allí, le daré sus viñedos y haré del valle de Acor una puerta de esperanza. Allí, ella responderá como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto.
Aquel día –oráculo del Señor- tú me llamarás: “Mi esposo” y ya no me llamarás: “Mi Baal”. Le apartaré de la boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mencionados por su nombre. Yo estableceré para ellos, en aquel día, una alianza con los animales del campo, con las aves del cielo y los reptiles de la tierra; extirparé del país el arco, la espada y la guerra, y haré que descansen seguros.
Salmo responsorial     33, 2-11
R/. ¡Bendeciré al Señor en todo tiempo!
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren.
Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor: Él me respondió y me libró de todos mis temores.
Miren hacia Él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
El Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles, y los libra. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en Él se refugian!
Teman al Señor, todos sus santos, porque nada faltará a los que lo temen. Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no carecen de nada.
EVANGELIO
Aclamación al Evangelio   Mt 5, 3
Aleluya.
Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluya.
EVANGELIO
Si ustedes no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 18, 1-4
Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: “¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?”.
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.
Reflexión :
Fuente :  http://lectiodivinacamo.blogspot.cl/2014/10/lectio-divina-jueves-2-octubre-2014.html

• El evangelio de hoy presenta un texto sacado del Sermón de la Comunidad (Mt 18,1-35), en el cual Mateo reúne frases de Jesús para ayudar a las comunidades del final del siglo primero a superar los problemas que debían abordar en aquel momento, es decir, la salida de los pequeños por causa del escándalo de algunos (Mt 18,1-14) y la necesidad de diálogo para superar los conflictos internos (Mt 18,15-35). El Sermón de la Comunidad aborda distintos asuntos: el ejercicio del poder en la comunidad (Mt 18,1-4), el escándalo que excluye a los pequeños (Mt 18,5-11), la obligación de luchar para que los pequeños vuelvan (Mt 18,12-14), la corrección fraterna (Mt 18,15-18), la oración (Mt 18,19-20) y el perdón (Mt 18,21-35). El acento cae en la acogida y en la reconciliación, pues el fundamento de la fraternidad es el amor gratuito de Dios que nos acoge y nos perdona. Sólo así la comunidad será señal del Reino.
• En el evangelio de hoy vamos a meditar sobre la acogida que hay que dar a los pequeños. La expresión, los pequeños, no se refiere sólo a los niños, sino a las personas sin importancia en la sociedad, inclusive a los niños. Jesús pide que los pequeños, estén en el centro de las preocupaciones de la comunidad, pues «el Padre quiere que ni uno sólo de estos pequeños se pierda» (Mt 18,14).
• Mateo 18,1: La pregunta de los discípulos que provoca la enseñanza de Jesús. Los discípulos quieren saber quién es el mayor en el Reino. El mero hecho de preguntar indica que no han entendido bien el mensaje de Jesús. La respuesta de Jesús, es decir, todo el Sermón de la Comunidad, es para que se entienda que entre los seguidores y las seguidoras de Jesús tiene que primar el espíritu de servicio, de entrega, de perdón, de reconciliación y de amor gratuito, sin buscar el propio interés.
• Mateo 18,2-5: El criterio de base: el menor es el mayor. “El llamó un niño y lo puso en medio”. Los discípulos quieren un criterio para poder medir la importancia de las personas en la comunidad. Jesús responde que el criterio son ¡los niños! Los niños no tienen importancia social, no pertenecen al mundo de los mayores. Los discípulos, en vez de crecer por encima o hacia el centro, deben crecer hacia abajo y hacia la periferia. ¡Así serán los mayores en el Reino! Y el motivo es éste: “Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.” El amor de Jesús por los pequeños no tiene explicación. Los niños no tienen méritos, son amados por los padres y por todos por ser niños. Aquí se manifiesta la pura gratuidad de Dios que pide ser imitada en la comunidad por los que creen en Jesús.
• Mateo 18,6-9: No escandalizar a los pequeños. El evangelio de hoy omite estos versículos de 6 a 9 y continúa en el versículo 10. Damos una breve clave de lectura para estos versículos de 6 a 9. Escandalizar a los pequeños significa: ser motivo por los cuales los pequeños pierden la fe en Dios y abandonan la comunidad. El insistir demasiado en las normas y en las observancias, como hacían algunos fariseos, alejaba a los pequeños, porque no encontraban la práctica libertadora traída por Jesús. Ante esto, Mateo guarda unas frases bien fuertes de Jesús, como aquella de la piedra de molino agarrada al cuello, o la otra: “¡Ay de aquel que fuera causa de escándalo!” Señal de que en aquel tiempo los pequeños no se identificaban con la comunidad y buscaban otros refugios. Y ¿hoy? Cada año, en Brasil casi un millón de personas abandonan las iglesias históricas y emigran hacia las iglesias pentecostales. Y son los pobres los que transitan. Si se van, es porque los pobres, los pequeños, no se sienten a gusto en nuestra casa. ¿Cuál es el motivo? Para evitar este escándalo, Jesús manda cortar la mano o el pie y arrancar el ojo. Estas afirmaciones de Jesús no pueden tomarse al pie de la letra. Significan que hay que ser muy exigente en combatir el escándalo que aleja a los pequeños. No podemos permitir, de ninguna forma, que los pequeños se sientan marginados en nuestra comunidad. Pues en este caso la comunidad dejaría de ser señal del Reino di Dios. No sería de Jesucristo. No sería cristiana.