Skip to main content

Homilía para la Eucaristía del domingo 11 de junio de 2017

Que Dios, Comunión-de-Personas, les llene de Paz y Amor. Pastor.

FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.

Exodo 34,4-6.8-9: Dios llega al hombre, señal de condescendencia: Dios es compasivo, bondadoso, lento para enojarse y pródigo en amor y fidelidad. Es una manifestación de la grandeza e identidad de Dios.

2Corintios 13,11-13: resumen de la enseñanza de Pablo de cómo debe ser en la comunidad cristiana la caridad. Y saludo final es una fórmula trinitaria: gracia, amor y comunión; funciones de las divinas Personas.

Juan 3,16-18: finalidad de la empresa de Jesús: dar vida, salvar. Dios Padre interviene salvando en Cristo; esto por puro amor.

1.- Si quisiéramos decir quién es Dios, la mejor respuesta la encontramos en la Palabra de Dios de hoy día. En todos los textos descuella la idea de Dios Amor. Lo que define e identifica a Dios es el amor, y no cualquier amor, sino el amor-misericordia; con este amor el Señor se manifiesta condescendiente, se abaja, se acerca a nosotros, ya que El es lento para enojarse y es bondadoso. Es el mejor retrato de Dios que nos presenta el Antiguo Testamento. Distinto a otros dioses, falsos, lejanos, con las mismas limitaciones que nosotros. Por eso decimos que Dios es trascendente, distinto y superior a sus criaturas. Y Dios es Amor porque, siendo Uno, es comunión de Personas, tres Personas distintas, eternamente unidas en un Amor infinito, sin límites de ninguna clase.

2.- Sabemos, conocemos y creemos en la Santísima  Trinidad, porque así se nos ha manifestado en el Nuevo Testamento. En todos los escritos encontramos a esta Comunidad divina actuando a favor nuestro. Dios Padre, fuente de todo amor, envía a su Hijo hecho hombre, Jesucristo, quien nos da a conocer el Amor de Dios salvándonos. Y el Padre y el Hijo derraman el Amor que ellos se tienen en la Persona del Espíritu Santo, creando entre nosotros un vínculo de amor, de comunión con Dios y con los hermanos. Por eso, la función del Padre es amar, la del Hijo es agraciar-salvar, y la del Espíritu Santo es crear comunión.

3.- Por esta razón, la auténtica espiritualidad del creyente es una espiritualidad Trinitaria, que se traduce como espiritualidad de la comunión. De modo que si nos preguntamos cómo debemos vivir nuestra Fe, la respuesta es: en Comunión. Y yo diría, en triple comunión: con Dios, con los hermanos y con toda la creación. Esto produce en el creyente el “shalom”, la armonía total. Porque la única manera de entender el misterio de la Santísima Trinidad es viviendo la comunión.

Y vivir la comunión significa y supone aceptar y vivir la unidad en la diversidad. Nos cuesta vivir esto; por eso nos cuesta creer en la Santísima Trinidad.

Pero esto no basta. Aceptarnos distintos nos lleva a abrirnos al otro. No es fácil, pero así es Dios. Si creemos en u  Dios misericordioso, entonces, como enseña Jesús, debemos ser misericordiosos como el Padre Dios lo es. Sólo así seremos canales del amor de Dios al mundo, haremos creíble a Dios.

4.- Celebrar este misterio es un desafío, una misión. Desafío, ya que creemos en la unidad dentro de ala diversidad.

Una misión, ya que debemos ser constructores de esta unidad.

En el mundo no se cree ni vive esta verdad, por eso no existe la armonía, la paz.

Nosotros siempre celebramos la comunión. Esto supone que vivimos la comunión, la triple comunión.

Hoy vamos a hacer comunión con y en el Cuerpo de Cristo. Que en verdad nos mueva a vivir la auténtica unidad, la de Dios. Así fue lo que Jesús deseó: “Padre, que todos sean Uno, como Tú y Yo somos Uno”.

                                        Hermano Pastor Salvo Beas.