Skip to main content

Homilía para la Eucaristía del domingo 21 de mayo de 2017.

Fuente :  https://www.laicoscapuchinos.cl/laicos/index.php/2017/05/19/homilia-para-la-eucaristia-del-domingo-21-de-mayo-de-2017/
Paz y Bien para todos ustedes. Hno. Pastor.

PASCUA VI.

Hechos 8,5-8.14-17: los Apóstoles comunican el Don del Espíritu Santo a los bautizados por la imposición de las manos.

1Pedro 3,15-18: Cristo resucitó por el poder del Espíritu Santo. El creyente acepta a Jesús y por eso debe glorificarlo y dar razón de su esperanza.

Juan 14,15-21: Jesús promete el Espíritu Santo a sus discípulos, ya que hay un vínculo de amor entre Jesús y el discípulo que le es fiel.

1.- Estamos muy cerca de la celebración del Misterio de la Ascensión del Señor. Esto quiere decir que la presencia de Jesús ya no será física. No le verán, ni oirán más de una manera física, sino la presencia del Señor será ahora mucho mejor. El está presente a través de su Espíritu. De allí la importancia que tiene el comunicar el Espíritu al bautizado. La escena de Samaria también se dará en Éfeso, cuando Pablo llegue a imponer las manos a los nuevos cristianos para que reciban el Espíritu Santo (cfr. Hechos 19,1-7). Porque es muy importante que el cristiano tenga el Espíritu de Cristo. Porque, según el decir de san Pablo, “El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo” (Romanos 8,9). De allí la importancia del Espíritu Santo que el Señor promete. Hay muchos textos en el  nuevo Testamento que hablan de esto.

2.- Hoy día hay muchos bautizados, pero no han recibido el Espíritu Santo o, si lo han recibido, no se dejan conducir por El. Es cierto que en cada sacramento se nos da el Espíritu Santo, pero es en la Confirmación donde somos marcados por el Espíritu Santo como propiedad de Dios. Hoy, tal vez debido a la ignorancia, existe un gran desinterés por este sacramento, por eso son muchos los que no han celebrado la confirmación. Y por  esto mal pueden ser buenos cristianos, mal pueden tener esa vida nueva, diferente, que  Jesús regala.

Nadie da lo que no tiene. Jesús puede darnos su Espíritu porque está lleno de Él. Al morir en la cruz “entregó su Espíritu” (cfr. Juan 19,30); del mismo modo, al resucitar entregó su Espíritu a los Apóstoles reunidos e n el  Cenáculo (cfr. Juan 2,22). Y en el texto de hoy, lo promete a sus discípulos.

3.- Estamos inmersos en este mundo, no como simples habitantes, sino como protagonistas en este escenario, en nuestra sociedad. Los que están en la platea son los que contemplan el espectáculo, porque “somos un espectáculo para el mundo” (1Corintios 4,9). Es por esto que en la carta de Pedro se nos dice que “debemos glorificar al Señor en nuestros corazones y estar siempre prontos para dar razón de nuestra esperanza”.

Difícilmente podremos dar un buen espectáculo, dar razón de nuestra esperanza, si no tenemos en nosotros al Espíritu Santo. Ya lo dijo Jesús: “Pediré al Padre que les dé otro defensor, que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad”. ¿Por qué otro Defensor? Porque Cristo, al estar físicamente presente, era el defensor de los suyos. Al estar presente por su Espíritu, con El nos defenderá. Entonces, teniendo al Señor presente con su Espíritu, conducidos por El, daremos un buen espectáculo y sabremos dar razón de nuestra esperanza.

4.- Hoy Jesús está presente y ya sabemos cómo. El nos anima y consuela, pero nos exhorta a ser verdaderos testigos suyos.

Si hoy hacemos Eucaristía es porque el Señor se hace presente y con el mismo Espíritu que lo resucitó transforma este alimento material en comida espiritual.

Nutridos por El ya podemos ser testigos, buenos acores en el espectáculo de la fe. Animémonos.

                                                                               Hermano Pastor Salvo Beas.