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Homilía para la Eucaristía del domingo 14 de mayo de 2017.

Fuente :            https://www.laicoscapuchinos.cl/laicos/index.php/2017/05/12/homilia-para-la-eucaristia-del-domingo-14-de-mayo-de-2017/
Paz y Bien a todos. Especial y cordial saludo a todas las madres. Gracias por existir, no renuncien nunca a esta tremenda realidad. Besos para todas.

PASCUA V.

 

Hechos 6,1-7: se muestra un conflicto que ya existía en la comunidad cristiana primitiva: la pugna entre los cristianos griegos y los cristianos hebreos. Estos discriminaban a los griegos por razones culturales y legales. Problema que llevará a dos reuniones; una, la que aparece en el texto de hoy, la otra, el llamado concilio de Jerusalén. En ambas el protagonista es el Espíritu Santo.

1Pedro 2,4-10: los cristianos, al aceptar a Cristo,  formamos con El una construcción, un Templo espiritual. Heredamos las prerrogativas del antiguo Pueblo de Dios: ser Pueblo sacerdotal, santo, adquirido por el Señor.

Juan 14,1-12: suena a despedida, pero Jesús sigue en medio de los suyos; El es el Camino, la Verdad y la Vida.

1.- Ante los textos proclamados podemos hacernos una pregunta: ¿qué es la Iglesia? Hay muchas respuestas; sin embargo la que mejor se acomoda a lo que nos dice la Palabra es: La Iglesia es el Pueblo de Dios. Como el antiguo Pueblo de Dios, Israel, también la Iglesia va peregrinando por el desierto de este mundo. Meterse en el desierto es riesgoso, se puede desorientar, extraviar, perder, ya que no hay puntos de referencia. Por eso, Jesús es el Camino, es decir, la forma concreta y correcta de vivir el evangelio. Andando como Cristo anduvo el cristiano, la Iglesia, camina seguro a través del desierto de este mundo. Andando como Cristo anduvo podemos vivir la auténtica  verdad, que es Cristo mismo. Andando en Cristo llegamos a puerto seguro.

Por ser Pueblo de Dios no estamos exentos de problemas y tensiones. Siempre existirá el conflicto al interior de la comunidad: distintos puntos de vista, las distintas culturas, etc.

2.- Pero por encima de estas legítimas diferencias hay mucho más que nos une. Nos une el que

– somos el Templo vivo de Dios, El está en medio.

– somos un Pueblo elegido, propiedad especial de Dios.

– somos una raza elegida, santa, distintos al resto del mundo.

– somos un Pueblo sacerdotal, es decir, cercanos a Dios, siempre listos para ofrecer nuestro culto espiritual y rogar por los demás.

Es verdad que hay diferencias, pero es más cierto que todos somos Uno en Cristo por estar cimentados en El, única piedra que le da consistencia a todo el edificio espiritual.

3.- Es lindo todo esto, pero es difícil vivirlo ya que cada uno se aferra a su propia verdad y la quiere imponer. Y esto engendra tensión, división. Y así no se construye el Pueblo de Dios.

Debemos aprender a ser unidos en la diversidad; debemos tener la única verdad segura, que es Cristo. En una cultura líquida, inestable, donde la verdad es manipulada, distorsionada y administrada, nos aferramos a Cristo, la verdad que significa lealtad, fidelidad, porque nos libra de todo engaño. Hoy se habla de la “Pre-verdad”; otros prefieren hablar de la “Post-verdad”. Es decir, manipular la verdad por motivos mezquinos, la veracidad de la información es falseada por mezquinos intereses. Amemos y vivamos la verdad, que es Cristo.

4.- Celebramos al Señor y con El, único y verdadero Sacerdote, rendimos culto a Dios, ofrecemos el mejor sacrificio, que es El mismo, e intercedemos por el mundo, que tanto necesita de nosotros.

No estamos solos, El va con nosotros y nos enseña cómo caminar – vivir una vida nueva en este mundo. Porque somos un Pueblo peregrino El nos alimenta con el mejor alimento: su Cuerpo y su Sangre, además de su Palabra.

Entonces sintamos la alegría y el orgullo de ser cristianos, de formar parte del Pueblo  santo de Dios, que es un pueblo sacerdotal y de reyes, una raza elegida por el Señor.

                                                 Hermano Pastor Salvo Beas.