El Papa en Santa Marta: ‘La docilidad al Espíritu llevó a difundir el cristianismo’
El Santo Padre recuerda que en Antioquía es donde llamaron por primera vez ‘cristianos’ a los discípulos de Jesús
•9 mayo 2017•Redaccion•El papa Francisco
Misa en Santa Marta, 9 mayo 2017 (Osservatore © Romano)
Misa en Santa Marta, 9 mayo 2017 (Osservatore © Romano)
(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 9 Mayo 2017).- Paz y dominio de sí son los frutos de quien acoge la palabra de Dios. No hay que oponer resistencia al Espíritu Santo, sino aceptarlo con docilidad. Esta ha sido el punto central de la homilía del papa Francisco en la misa que ha celebrado este martes por la mañana en Santa Marta.
La misa fue ofrecida por las hermanas de la Casa Santa Marta que “celebran el día de su fundadora, Santa Luisa de Marillac”.
Francisco retomó la idea desarrollada en los días pasados, de que san Esteban “reprochaba a los doctores de la ley”. En cambio hoy “las Lecturas nos hablan de una actitud contraria, la del cristiano que “es dócil al Espíritu Santo”.
Partiendo de la Primera lectura, el Papa recuerda que con la persecución en Jerusalén se quedaron solamente los apóstoles, en cambio los creyentes se habían disperso en Chipre, Fencia y Antioquía; y anunciaban a Jesús solo a los judíos. En cambio algunos ‘laicos’ en Antioquía iniciaron a anunciar a Jesús a los griegos y a los ‘paganos’ porque sentían que el Espíritu les empujaba a hacer esto. “Fueron dóciles, explica Francisco”.
El primer paso para ser dóciles es “acoger la Palabra”, Para ello es necesario estar abiertos y no ser rígidos. El segundo es “conocer la Palabra”, y el tercero es la “familiaridad con la Palabra”. Y “la familiaridad con la palabra es un gran fruto”.
Esta docilidad al Espíritu Santo, “me llevara a un modo de vivir y de actuar”. Debemos así “recibir con docilidad la Palabra, conocer la palabra y pedir al Espíritu Santo la gracia de hacerla conocer y después darle espacio para que germine y crezca en actitudes de bondad, mansedumbre, benevolencia, paz, caridad, dominio de sí: todo esto es parte del estilo cristiano”.
En la primera Lectura se conoce que cuando a Jerusalén llega la noticia que gente en Chipre y Cirene anunciaba la Palabra a los paganos, ellos se asustaron, y enviaron a Bernabé para que vea como era posible que ‘gente que no conocemos’ predicaran la Palabra a los no circuncisos.
Y “es bello, cuando Bernabé llega a Antioquía y “ve la gracia de Dios”.
Así el Santo Padre invita a interrogarnos: ¿Oponemos resistencia al Espíritu? ¿O lo recibimos con docilidad? . El Papa concluyó invitando a pedir la gracia de la docilidad.
Un particular que recordó el Papa, fue que en Antioquía justamente por primera vez los discípulos fueron llamados Cristianos.