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Homilía para la Eucaristía del domingo 19 de marzo de 2017.

«Ojalá hoy escuchemos la voz del Señor y no endurezcamos nuestro corazón».
Fuente :  https://www.laicoscapuchinos.cl/laicos/index.php/2017/03/17/homilia-para-la-eucaristia-del-domingo-19-de-marzo-de-2017/

DOMINGO TERCERO DE CUARESMA.

Exodo 17,3-7: en el trayecto a la Tierra Prometida Israel carece de agua en el desierto. La carencia de agua significa carencia de vida, presencia oculta de Dios, que el pueblo no alcanza a percibir. Por eso el pueblo duda de su presencia.

Romanos 5,1-2.5-8: por la fe hemos sido justificados; por eso estamos en paz con Dios. Y El ha derramado en nosotros su Amor, el Espíritu Santo.

Juan 4,5-42: Diálogo con un lenguaje lleno de símbolos:

El pozo de Jacob = Israel es el depositario de las promesas (la salvación viene de los judíos)

La samaritana: es el pueblo de Samaria, conformada por cinco pueblos que tenían sus “maridos” o ídolos.

Agua viva: el Espíritu Santo, que saciará al que crea en Jesús (ver Juan 7,37-39).

Revelación y Fe: Jesús se da a conocer (El es el que es), y la mujer cree.

1.- La historia de Israel no es como la de otros pueblos, ya que es una Historia de Salvación. Lo que a Israel aconteció acontece también al creyente, a la Iglesia, a la humanidad. Peregrinamos por el desierto, es decir, no siempre percibimos la presencia de Dios o le hemos dado muerte a Dios. “Dios ha muerto”, su cadáver apesta, hay que retirarlo de la sociedad. El Pueblo de Dios en el desierto en repetidas ocasiones dudó de “Yavé”, es decir, del Señor que está siempre presente. Lo acabamos de escuchar. Esta duda le lleva a la rebelión, a experimentar una terrible sed.

Muchas veces la sed de Dios lleva a echar mano de cualquier medio, incluso falso, con tal de saciarse. De allí las supersticiones, religiosidades de dudosa calidad, un neo paganismo que conduce a prácticas poco ortodoxas: sectas, prácticas satánicas, etc.

2.- Frente a esta realidad surge el Mensaje de la Palabra. Israel en el desierto dudó, lo que indica una carencia de fe en el Señor. San Pablo afirma en su carta que estamos en paz con Dios, justificados, mediante la fe en Jesucristo. Leemos en san Juan: “El que tenga sed venga a Mí; y beba el que cree en Mí…de sus entrañas brotarán manantiales de agua viva. El se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en El” (7,37-39).

Es el Espíritu Santo, el Amor de Dios,  el que comunica vida en plenitud, el que en verdad sacia esa sed de infinito que todo hombre tiene.

Jesús le ofrece a la samaritana agua viva, es decir, el Espíritu Santo. Sólo así podrá saciar esa sed que ella siente.

En el diálogo se nota un proceso de fe, el que culmina cuando Jesús se le revela: “Yo soy”, es decir, como Dios a Moisés: “Yo soy el que soy”, el que siempre está presente en la vida del hombre. Jesús da a entender que El es la fuente de la vida. Hay que tener presente que en el vocabulario de san Juan la expresión “vida” equivale a “Reino de Dios” en los otros evangelistas.

3.- La mujer creyó en el Señor. Señal de esto: ella dejó su cántaro, es decir, algo indispensable para sacar agua; sin cántaro es imposible sacar agua, lo que la misma mujer hizo ver a Jesús. Podría decirse entonces que ella, dejándolo todo, salió. ¿A dónde? A su pueblo, a los suyos. Porque creyó se convirtió en apóstol, anunció a Jesús a los suyos. Solamente anuncia a Jesús el que lo descubre, lo experimenta. No importa lo que uno haya sido: si tuvo cinco maridos, es decir, muchos ídolos, si fue un perseguidor, un cobrador de impuestos, uno que lo negó, etc. Lo importante es experimentar su presencia salvadora, que nos ofrece el Agua viva, la participación en su Reino.

Cuando experimentes la ausencia de Dios renueva tu fe en el Señor presente, que siempre está junto a nosotros.

4.- Hoy el Señor está junto a nosotros, no en el pozo de Jacob. El es el único y verdadero centro de encuentro con Dios, ya que El es el verdadero Templo de Dios. En El adoramos al Padre en Espíritu y en verdad. “Ojalá escuchen la voz del Señor”; creamos en El y démoslo a conocer a los demás.

                                                               Hermano Pastor Salvo Beas.