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Homilía para la Eucaristía del Domingo 12 de Febrero de 2017

Paz y Bien para todos. Les deseo un lindo fin de semana. Hno. Pastor.

DOMINGO SEXTO DEL AÑO.

 

Fuente : www.laicoscapuchinos.cl

Eclesiástico 15,15-20: Dios ha creado al hombre libre. Esta libertad le coloca ante opciones opuestas: agua o fuego, vida o muerte. Esto lo hace responsable. Por su voluntad el hombre puede optar libremente.

Mateo 5,17-37: en este  discurso se nos propone la manera de ser justo, de cumplir con toda justicia.

1.- La sentencia de Jesús es lapidaria: “Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos”. Si queremos comprender a Jesús debemos tener claro lo que significa Justicia en la Sagrada Escritura. Sin pretender agotar el tema, diría que Justicia viene a significar: rectitud de conducta, vivir conforme al Plan de Dios, hacer lo que Dios ordena; en una palabra, cumplir la Voluntad de Dios expresada en los Mandamientos. Y a eso viene el Señor. Porque como ya se ha dicho en otra ocasión, Jesús viene a implantar el Reino de Dios; y lo hace con su ejemplo; El viene a dar cumplimiento a la Ley, es decir, a la Voluntad de Dios. Por eso El es el Justo por excelencia, ya que supo obedecer a Dios plenamente. En esto El es el Maestro verdadero de la ley, que viene a darle el sentido pleno a la Voluntad de Dios. No como los escribas y fariseos. Estos presumían de ser fieles cumplidores de la ley, pero no vivían en el Reino, no eran justos, porque no vivían conforme al Plan de Dios.

2.- ¿Qué quiere Jesús de nosotros? Nos quiere verdaderamente justos, que vivamos lo que Dios quiere de una manera diferente.

Con Jesús la ley alcanza toda su plenitud, pero también es superada. Las antítesis “Han oído que se dijo…pero Yo les digo” expresan la novedad que va más allá de las actitudes exigidas a los israelitas. Estas antítesis expresan la manera “superior” de ser justos. El Señor no viene a abolir, sino propicia una nueva forma de vida, basada en la vivencia de la Voluntad de Dios.

No perdamos nunca de vista que lo único absoluto para nosotros es el Reinado de Dios, que su Voluntad se realice en este mundo. Es que Jesús nos quiere diferentes, es decir, santos; no mediocres.

3.- Lejos está de Jesús la mediocridad; El no nos quiere así. Mediocre es el que se conforma con el mínimum, con el cumplimiento literal de los Mandamientos, pero no con su espíritu. No faltan los que se enredan en una casuística agobiante.

Desgraciadamente caemos en este error; entonces, como nos decía el Señor el domingo pasado, somos una sal sin sabor, no servimos para nada.

Cuando una mercadería pierde su calidad se busca otra mejor. Cuando el cristianismo es banalizado se buscan otras ofertas, desgraciadamente no mejores. ¡Y así estamos!

El Señor nos pide más. Nosotros hemos de vivir ese “Plus” que Cristo exige a sus discípulos para poder entrar en la esfera del Reino.

4.- ¿Difícil? ¿Imposible? Dios nos responde: “Si quieres, puedes observar los mandamientos y cumplir fielmente lo que agrada al Señor”.

Dios nos ha regalado el precioso don de la libertad por el que podemos optar,  elegir. Y esto es fruto de la Sabiduría de Dios, que nos conoce y busca nuestro bien.

Felices los que siguen la ley del Señor”, los que en verdad le hacen caso, porque éstos están viviendo el Reino de Dios.

Al hacer la comunión queremos entrar en comunión con Jesús, cuya comida fue hacer la Voluntad del Padre (cfr. Juan 4,34). Entonces sí que la justicia nuestra será superior a la de los mediocres.

                                                               Hermano Pastor Salvo Beas.