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EDD. viernes 20 de enero de 2017

Viernes de la segunda semana del tiempo ordinario.
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20170118

Carta a los Hebreos 8,6-13.
Hermanos:
Cristo ha recibido un ministerio muy superior, porque es el mediador de una Alianza más excelente, fundada sobre promesas mejores.
Porque si esta primera Alianza hubiera sido perfecta, no habría sido necesario sustituirla por otra.
En cambio, Dios hizo al pueblo este reproche: Llegarán los días -dice el Señor- en que haré una Nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá,
no como aquella que hice con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos de Egipto. Ya que ellos no permanecieron fieles a mi Alianza, yo me despreocupé de ellos -dice el Señor- :
Y ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor- : Pondré mis leyes en su conciencia, las grabaré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.
Entonces nadie tendrá que instruir a su compatriota ni a su hermano, diciendo: «Conoce al Señor»; porque todos me conocerán, desde el más pequeño al más grande.
Porque yo perdonaré sus iniquidades y no me acordaré más de sus pecados.
Al hablar de una Nueva Alianza, Dios declara anticuada la primera, y lo que es viejo y anticuado está a punto de desaparecer.
Salmo 85(84),8.10.11-12.13-14.
¡Manifiéstanos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación!
Su salvación está muy cerca de sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra tierra.
El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo.
El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos.
Evangelio según San Marcos 3,13-19.
Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él,
y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar
con el poder de expulsar a los demonios.
Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro;
Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno;
luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo,
y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
 
Comentario del Evangelio por San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia. Homilías sobre el Cantar de los Cantares, 84, 1.5
“Llamó a los que quiso…para que estuvieran con él.”
“De noche busqué al amor de mi alma.” (Ct 3,1) ¡Qué bien tan grande buscar a Dios! Para mí no hay bien mayor. El primer don de Dios no se añade a ninguna virtud, porque no hay virtud anterior a este don de buscar a Dios. ¿Qué virtud se podría atribuir a aquel que no busca a Dios, y qué límite poner a la búsqueda de Dios? “Buscad siempre su rostro” dice el salmo (104,4) Yo creo que incluso cuando se le haya encontrado no cesaremos de buscarlo.
No se busca a Dios corriendo hacia alguna parte sino deseándolo. Porque la felicidad de haberlo encontrado no apaga el deseo sino, al contrario, lo agranda. El colmo de la alegría…es más bien como aceite sobre el fuego, porque el deseo es una llama. La alegría será colmada (Jn 15,11) pero el deseo no tendrá fin, y tampoco la búsqueda…
Pero, que cada alma que busca a Dios sepa que Dios se le ha adelantado, que es buscada por él antes que ella se haya puesto en movimiento para buscarle. ..A esto os llama la bondad de aquel que os precede y os busca y os ha amado el primero. Pues, si no hubieseis sido buscados nunca os hubierais puesto a buscarle. Si él no os hubiera amado primero no lo amaríais. El os pasó delante, no por una gracia única sino por dos gracias: por el amor y por la búsqueda. El amor es la causa de la búsqueda. La búsqueda es el fruto del amor y es también la prueba del amor. A causa del amor no teméis de ser buscados. Y porque habéis sido buscados no seréis amados en vano.