Skip to main content

EDD. lunes 09 de enero de 2017

Lunes de la primera semana del tiempo ordinario.
http://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2017-01-09

El Bautismo del Señor:
Fiesta
Color: blanco
Antífona de entrada            Cf. Mt 3, 16-17
Los cielos se abrieron después del bautismo del Señor, y el Espíritu, en forma de paloma, descendió sobre él. Se oyó la voz del Padre: Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección.
Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste a Cristo como Hijo tuyo muy amado, cuando era bautizado en el Jordán, y el Espíritu Santo descendía sobre él; concede a tus hijos, renacidos del agua y del Espíritu, perseverar siempre en el cumplimiento de tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Éste es mi servidor en quien se complace mi alma.
Lectura del libro de Isaías   42, 1-4. 6-7
Así habla el Señor:
Éste es mi Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. Él no gritará, no levantará la voz ni la hará resonar por las calles. No romperá la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Expondrá el derecho con fidelidad; no desfallecerá ni se desalentará hasta implantar el derecho en la tierra, y las costas lejanas esperarán su Ley.
Yo, el Señor, te llamé en la justicia, te sostuve de la mano, te formé y te destiné a ser la alianza del pueblo, la luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para hacer salir de la prisión a los cautivos y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas.
Salmo responsorial  28, 1a. 2-3ac. 4. 3b. 9c-10
R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
¡Aclamen al Señor, hijos de Dios! ¡Aclamen la gloria del nombre del Señor adórenlo al manifestarse su santidad! El Señor bendice a su pueblo con la paz.
¡La voz del Señor sobre las aguas! El Señor está sobre las aguas torrenciales. ¡La voz del Señor es potente, la voz del Señor es majestuosa!
El Dios de la gloria hace oír su trueno. En su Templo, todos dicen: ¡Gloria! El Señor tiene su trono sobre las aguas celestiales, el Señor se sienta en su trono de Rey eterno.
Segunda lectura
Dios lo ungió con el Espíritu Santo.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles   10, 34-38
Pedro, tomando la palabra, dijo:
Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a Él.
Él envió su Palabra al pueblo de Israel, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él.
EVANGELIO
Aclamación al Evangelio   Cf. Mc 9, 7
Aleluya.
Los cielos se abrieron y se oyó la voz del Padre: Éste es mi Hijo muy querido. Aleluya.
EVANGELIO
Apenas fue bautizado, Jesús vio el Espíritu de Dios descender sobre Él.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   3, 13-17
Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. Juan se resistía, diciéndole: Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!
Pero Jesús le respondió: Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo. Y Juan se lo permitió.
Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia Él. Y se oyó una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección.
Comentario :
http://ofsdemexico.blogspot.cl/2013/06/el-evangelio-segun-san-mateo-comentarios.html

3,13-17 Bautismo de Jesús. La brevedad con que narra Mateo esta escena deja, aparentemente, muchas preguntas sin responder. ¿Fue Jesús discípulo de Juan? Y si lo fue, ¿qué le movió a formar parte del movimiento reformador iniciado por el profeta del desierto? Pero, sobre todo, ¿por qué se sometió, también Él, al rito simbólico de purificación? En el relato del bautismo se narra un hecho histórico (Jesús es bautizado por Juan) con ayuda de elementos de la apocalíptica. De ella procede el rasgarse el cielo que hace posible la aparición del Espíritu y la audición de la voz divina. Como resultado se obtiene un relato de vocación sapiencial-apocalíptica.
Con el reconocimiento por parte del Bautista de la superioridad de Jesús, Mateo responde tanto a los discípulos de Juan que habían sobrevivido a la muerte del profeta y que continuaban aferrados a su memoria, como a los primeros cristianos que podían escandalizarse del gesto de Jesús. Pero es en sus palabras enigmáticas, que acallan la reticencia del Bautista, donde hay que buscar el sentido profundo de todo el episodio: «conviene que realicemos la justicia plena» (15).
Si el rito era para otros señal de arrepentimiento, para Jesús es plenitud de la justicia. El evangelista adelanta así uno de los temas fundamentales que, junto con el reinado de Dios, va a desarrollar a lo largo de todo su evangelio. La justicia de Dios no es otra cosa sino su voluntad de salvación gratuita ofrecida a todos sin discriminación, y es esta justicia la que Jesús llevará a su plenitud en cada palabra y en cada gesto de solidaridad y de perdón con que acogerá a los pobres, a los oprimidos y alejados. Bautizándose con los pecadores en el Jordán, Jesús carga sobre sus hombros solidarios todo el peso del pecado y del sufrimiento humano.
Sólo después de pasar Jesús por este bautismo del pueblo pecador se abre el cielo y el Padre lo señala como su hijo «predilecto» y se hace explícita su misión. El gesto bautismal de Jesús viene completado con la visión celestial, en forma de estructura trinitaria, puesta de relieve por la posterior tradición cristiana: voz del Padre, presencia del Espíritu y título de Hijo. Es la segunda Epifanía, la manifestación solemne de una identidad que ya se había ido perfilando en los capítulos de la infancia. La expresión «éste es mi Hijo querido, mi predilecto» (17) es una adaptación de las palabras del Señor dirigidas al Siervo (cfr. Is 42,1), figura misteriosa que, aunque inocente, sufre por su pueblo. Y así, al gesto de Jesús se une la palabra del Padre para indicarnos que este Hijo es también el Siervo sufriente de Dios.